El Heraldo
Alias Manuel Marulanda, Alfonso Cano y Raúl Reyes, entonces miembros del Secretariado de las Farc. Cortesía
Colombia

El Cartel de Cali y las Farc, ¿una relación conveniente?

Un documento con supuestas cartas de Manuel Marulanda da cuenta de que el entonces grupo guerrillero sostuvo conversaciones con el clan.

Unas supuestas cartas de alias Manuel Marulanda, quien cofundó la guerrilla de las Farc, dan cuenta de una posible relación con el Cartel de Cali. Precisamente, tras la confesión de Farc sobre el crimen de Álvaro Gómez Hurtado, una de las preguntas que queda en el ambiente es sí mantuvieron una relación con el cartel narcotraficante y, de ser así, en qué términos se dio esta alianza.

En el documento que se conoció esta semana y al que EL HERALDO tuvo acceso, que hace referencia al crimen de Gómez Hurtado, también se encontraron otras cartas que mencionan ciertos vínculos con los caleños.

En una del 8 de junio de 1994, Alfonso Cano (quien después sucedió a Marulanda y antecedió a ‘Timochenko’) se refirió a un dinero recibido de alias Pacho Herrera, el último de los cuatro líderes del Cartel de Cali.

El mismo día en una carta de Manuel Marulanda, dirigida al Secretariado, mencionó que unos integrantes del partido estaban “ligados al Cartel de Cali” y se refirió a unas “ayudas” que habrían recibido del mismo.

No obstante, como también se evidencia en la cita en mención, a las Farc parecía no convenirle una relación pública con el Cartel de Cali. De hecho, de acuerdo con expertos consultados por EL HERALDO no hay registros de una alianza entre ellos.

El historiador y profesor de la Universidad del Norte Roberto González Arana señaló que “de manera concreta” no ha leído nunca algo parecido.

“Lo que sí es evidente es que una vez terminó la Guerra Fría (1990), tanto las Farc como el ELN reemplazaron el apoyo que recibían del mundo socialista con su alianza con el narcotráfico”, indicó.

A su vez, el profesor de la misma alma mater Luis Fernando Trejos también aseguró que no ha encontrado ningún vínculo entre el cartel y la entonces guerrilla. Sin embargo, anotó que “no sería imposible que en cierto momento pactaran alguna alianza temporal en contra de un enemigo común”.

El docente puso de presente que a las Farc no le convenía, de haber existido, hablar de una relación con este cartel.

“La afectación era política ya que siempre se esforzaron por presentarse como una organización político-militar marxista leninista; es decir, una alianza pública con un cartel de narcotráfico los deslegitimaría como actores políticos”.

González agregó que, en términos generales, ninguna guerrilla colombiana ha admitido alianzas con el narcotráfico. “Las guerrillas en todo el mundo se supone luchan por un ideal político y por la toma del poder”.

Sin embargo, aclaró que la JEP es todavía muy joven y que se espera que, a través del tribunal de paz, se conozca la historia de las Farc y sus delitos.

“Relacionarlas cercanamente con narcotraficantes distorsiona su naturaleza pues los iguala a la delincuencia común o cualquier grupo criminal sin móviles políticos”, señaló el historiador.

Conversaciones e inseguridades.

Las cartas además revelan varios intentos de cercanías entre las Farc y el Cartel de Cali. De hecho, habían mantenido conversaciones por unos cohetes aportados por los caleños.

Dos días antes, también en comunicación a ‘Raul Reyes’ (que hacía parte del Secretariado de las Farc), Marulanda le dijo que podrían examinar “todos los pormenores” que les traería la relación con el Cartel de Cali y que en unos días daría su opinión.

Las conversaciones, no obstante, habrían empezado mucho antes. En una misiva fechada el 18 de enero, Marulanda le escribe a Raul Reyes sobre un material “de los de Cali” y le advierte de no firmar ningún documento.

“Lo del material de los de Cali, me parece conveniente cuidarnos de la firma de cualquier documento tal como se lo manifestaron a Pacho (Herrera, líder del cartel). Qué bien que toda la mercancía esté sin novedad, además porque la experiencia es buena. Los conocedores es bueno cuidarlos de salir a comisión, combates u otras tareas que impliquen riesgos para los guardados”.

La estrategia política de Farc parecía verse debilitada si se conocía sobre negocios entre ellos y un cartel narcotraficante. Por eso también se evidencia en otras cartas del mismo documento la inseguridad que tenían de concretar una alianza, pero al tiempo, de negarla tajantemente.

“Con los amigos de Cali la cosa no es fácil, además que ambas partes deben comprometerse a negar sus vínculos. Vínculos que hasta ahora son de palabra”, se lee en una carta del 15 de junio de 1995, dirigida al Secretariado de Farc.

A renglón seguido, Marulanda les pregunta qué es lo que Farc ha aceptado. “Ellos ofrecen y más ofrecen, nosotros qué les aceptamos, digan para evitar contratiempos en la política nuestra. Esta respuesta la necesitamos porque ellos quedaron en volver en estos días a conocer nuestras opiniones con relación a lo planteado por esas familias”, señaló ‘Tirofijo’ en la supuesta carta al Secretariado.

Las comunicaciones darían cuenta, además, de que el grupo narcotraficante y las Farc sostenían conversaciones para consolidar una posible alianza.

Las insistencias parecían ser por parte del clan narcotraficante, según cuenta una nota dirigida al Secretariado (sin registro de fecha), en la que además refieren el apoyo internacional que recibían las Farc.

La entonces guerrilla planeó después, según una carta del 31 de marzo, realizar un comunicado en el que no sostuvieran ningún compromiso con nadie, en relación a una extradición que ‘Tirofijo’ habría negociado con los caleños.

Si bien en las citas mencionadas, el grupo guerrillero no aclaró en qué consistía la posible alianza con el Cartel de Cali, tras varias inseguridades y conversaciones, al parecer sí habrían sostenido una relación con el clan narcotraficante. De hecho, en una nota al pie de la página en una carta del 4 de marzo, Marulanda comentó que Gilberto Grillo, del Frente 60, tenía unos amigos en Cali que podían ayudarle a pasar una mercancía.

“Ud. como conocedor de la situación del área y de los amigos en referencia es quien debe analizar y autorizar si se puede trabajar con ellos. Porque este negocio es muy delicado. Lo mejor para analizar la situación real es que Ricardo haga el viaje hasta donde usted  y detallen todo”, le dijo ‘Tirofijo’ a Alfonso Cano.

Sobre el documento que recopila varias cartas de Marulanda, el politólogo Luis Daniel González, que lo difundió esta semana a través de Twitter, le dijo a EL HERALDO que por su semiología lingüística y especificidad no duda que sea escrito por el cofundador de las Farc.

¿Qué dice el DIH sobre negociaciones con grupos armados?

El impacto que podía tener el hecho de que Farc no tuviese una connotación política, sino meramente criminal se traduce en la dificultad para entablar una salida negociada del conflicto. El profesor y jurista Gabriel Cifuentes explicó que bajo el Derecho Internacional Humanitario, a los excombatientes de los grupos armados se les puede otorgar amnistías. “Son uno de los instrumentos que se usan en el marco del proceso de justicia transicional”.

Para la negociación con un grupo, anotó el jurista, la decisión se basa en una perspectiva política más que jurídica. Indicó que, de acuerdo con las Convenciones de Ginebra, para determinar si es o no un grupo armado (y no un cartel o delincuencia común) se verifica la existencia del grupo y la capacidad de sostener, de manera prolongada, las confrontaciones armadas.

“Con la guerrilla se entendió que eran un grupo armado y por eso se operaba bajo el DIH”. De esta manera, así como podían bombardearla (a diferencia de los carteles del narcotráfico, que son combatidos por la fuerza policial), también se podía adoptar una disposición del Derecho Internacional Humanitario para negociar, tal como precisó Cifuentes. También, refirió, habría que aclararse si estuvieron involucrados con el narcotráfico de manera instrumental como medio de financiación de la guerra.

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