El Heraldo
Un grupo de los Comandos de Fronteras patrullando en un río de Putumayo. cortesía Defensoría del Pueblo y A la Orilla Del Río
Colombia

Comandos de Fronteras: milicias emergentes que avivan el conflicto

Estos grupos serían los responsables de la reactivación de la guerra en varias zonas del país. Autoridades los responsabilizan de varios crímenes contra líderes y los desplazamientos.   

Se proclaman como una autoridad en la región y se constituyen como organizaciones que se mezclan con facilidad entre la población civil para hacer más difícil su identificación. Bajo esas características identifica la fuerza pública a los Comandos de la Frontera (CDF), esos grupos que en los últimos 20 días han estado presentes en el lenguaje castrense, tras el operativo en Putumayo que dejó 11 personas muertas.  

Hasta la fecha, es poco lo que se sabe sobre las dinámicas de estas milicias que dicen ser “una organización político-militar” que está al servicio de las comunidades afectadas “por nuevos y peligrosos enemigos”, entre los que mencionan los incumplimientos del Gobierno en lo económico, social, político, seguridad, y la “inconsecuencia” de los dirigentes del nuevo partido de las Farc. 

EL HERALDO tuvo acceso al manifiesto de uno de estos grupos que opera en el sur del país, en el que aseguran tener una ideología “de centro” y dejan claro que no comulgan con doctrinas de izquierda o de derecha. “Las teorías marxistas o fascistas no son aceptadas en nuestra estructura”. 

El nombre de CDF, según el documento que describe a estos grupos, surge como “resultado de las potencialidades” y “experiencias” de la mayoría de los combatientes que integran la estructura. 

“Somos un personal selecto sobrevivientes de muchos combates, especialistas en guerra irregular o asimétricas, nombre reciente dado a la guerra de guerrillas. En todas las estructuras militares del mundo sus fuerzas especiales las componen personal escogido por lo experimentado en el oficio o arte militar, razón suficiente para bautizar nuestro ejército con este título”, señala el libro de estatutos de la emergente organización armada.

¿Cómo nacen?.

Dentro del periodo 2016-2018, es decir tras la firma del Acuerdo de Paz, gran parte del personal armado que permaneció en el territorio y que no se acogió al Acuerdo favoreció la recomposición militar, lo que trajo como consecuencia el surgimiento de nuevos actores que tenían la clara intención de ocupar el territorio que dejaron las Farc. 

De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, en su alerta temprana 002-22 para Puerto Leguízamo (Putumayo), a finales del primer trimestre del 2018 esos actores fueron identificados como “disidencias de las Farc” o “exintegrantes del Frente 48”. 

“Para el segundo trimestre de ese año, fuentes comunitarias ya hacían referencia a una agrupación de crimen organizado conocida como ‘Los Sinaloa’, ahora “Comandos Bolivarianos de la Frontera”, a la que pertenecerían varios exintegrantes de diferentes frentes de las Farc-EP, y de organizaciones del crimen organizado como ‘La Constru’ y ‘La Mafia’”, señala la Defensoría.

Pero en julio de 2020, en el Bajo Putumayo circularon unos panfletos en los cuales se aludía a una “nueva organización” autodenominada ‘Comandos de la Frontera’, es decir que se trataría de la estructura “La Mafia–Sinaloa”, que habría cambiado su nombre “como táctica de posicionamiento territorial”, en un intento por “aglutinar estructuras armadas ilegales de menor envergadura y desmarcarse de la comisión de algunas prácticas violentas, entre las que se encuentran asesinatos de líderes/as sociales”.

Sin embargo, el comandante del Ejército, mayor general Eduardo Enrique Zapateiro, cuando habló sobre el operativo en Putumayo precisó que la maniobra se dio contra el Comando de Frontera perteneciente a la Segunda Marquetalia, brazo de las disidencias bajo el liderazgo de ‘Iván Márquez’.

Zapateiro también enfatizó que en esa zona del país (Putumayo) los grupos armados cometen “todo tipo de crímenes” contra civiles, uniformados y líderes sociales, desde hace aproximadamente tres años.

“Estos grupos armados residuales y sus comisiones se dedican a fomentar y resguardar los diferentes eslabones de la cadena del narcotráfico. Ellos se pasean por las poblaciones civiles pretendiendo evitar la acción de la fuerza pública”, resaltó el comandante del Ejército.

Según el Ejército, el Comandos de Frontera de Putumayo registra 363 integrantes en armas y 107, entre hombres y mujeres, que conforman la Red de Apoyo a la Estructura Residual, para un total de 470 integrantes. 

El portal InsightCrime señala que estos grupos controlan las zonas cocaleras, intimidando a los cultivadores para monopolizar la compra de pasta base, y también tiene cristalizaderos donde la procesa. 

Fuentes militares revelaron a este medio que grupos similares a los CDF también se han reagrupados en departamentos como Nariño, Amazonas, Arauca y Norte de Santander, y en esas zonas también se están disputando el territorio con otros grupos armados, pues su proyecto tiene intenciones expansionistas.

Varios integrantes de la milicia de estos grupos. Cortesía.
Unos cambios.

Para Estefanía Ciro, investigadora del Centro de Pensamiento A la Orilla del Río, este tipo de grupos operan en un conflicto “muy distinto” al que está acostumbrado el país, pues a lo largo de los últimos años ha habido unos cambios en las correlaciones de fuerzas. “Los mismos grupos hasta ahora están definiendo sus modos de operar”. 

“Estos grupos tienen nuevos modos de operar y su nacimiento hace alusión a lo que fue el inicio del Bloque Sur en los últimos 20 años con una economía muy arraigada con la cultura de la coca y las dinámicas de la cocaína en el conflicto armado para construir un orden de control sobre compradores, acceso a consumo y precios”, señaló Ciro. 

Hace solo dos semanas el portal al que hace parte la investigadora señaló que esta guerrilla (CDF), en su proyecto armado, “ha decidido aceptar a todo tipo de combatientes, sin importar su proveniencia y trayectoria con las armas”, por lo que consideran enemigos de los paramilitares, no somos enemigos del Estado”, pero sí del frente ‘Carolina Ramírez”, otro grupo bajo el mano de ‘Genil Duarte’ e ‘Iván Mordisco’.

“Estas tropas están compuestas por excombatientes, exmilitares y exparamilitares que comienzan a tener una orientación política, que además reciben una remuneración de acuerdo de acuerdo con su rango o responsabilidad dentro de la organización, cosa que no ocurría con las Farc. Acá se ve una transparencia de los recursos”, explica la experta. 

Los CDF dejan claro que su interés principal en la actualidad “no es atacar al Estado”, sino construir un orden territorial. 

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