
Tres lugares ideales para ‘pajarear’ en Colombia
A propósito del primer lugar de Colombia en el Global Big Day, conozca tres departamentos y sus múltiples reservas en donde cada vez se disfruta más de esta particular práctica.
“No sorprende para nada” que Colombia, el país con el mayor número de especies de aves en el mundo, ocupara el puesto número 1 en el Global Big Day (1.538 especies); el concurso que impulsa el avistamiento de aves a nivel mundial.
El pasado catorce de mayo todos los ‘pajareros’ del mundo tomaron su binoculares, sus cuadernos, prepararon sus ojos y sus oídos y se adentraron en los bosques y reservas para ver, con suerte, algunos de sus pájaros favoritos.
En Antioquia, Caldas y La Guajira, el ‘aviturismo’ no solo se vive en días especiales como este, sino que poco a poco se ha ido convirtiendo en una práctica que muchos eligen como alternativa para la diversión mientras se cuida y se incentiva la conservación de la diversidad del país.
Desde hace 21 años, Proaves, con sede principal en Antioquia pero con presencia en muchas partes del país, se dedica a promover la conservación de las especies endémicas y migratorias que se observan en Colombia, y a el cuidado de los hábitats en los que estas se encuentran.
Juan Lázaro, Ingeniero forestal y Director en Estrategias de Conservación de esta fundación, cuenta orgulloso sobre las reservas, que están enfocadas a la preservación de ciertas especies, que se encuentran en su departamento.
Se destacan la reserva Loro Orejiamarillo, ubicado en la vereda Ventanas a una hora del casco urbano del municipio de Jardín.
Visitada para ver, entre otras especies, al Loro Orejiamarillo (Ognorhynchus icterotis) y el Colibrí de Frontino (Coeligena orina).
También la reserva Lora Carirosada creada en el año 2014 para proteger el hábitat de la Lora Carirosada (Pyrilia pulchra) y la Tangara bigotuda (Tangara johannae), especies catalogadas como de preocupación menor y casi amenazado.
Durante el Global Big Day los guardabosques de Proaves guiaron a los participantes en diferentes rutas.
Mauricio Ossa es fotógrafo de profesión, pero el avistamiento de aves es una de sus grandes pasiones.
Con ‘Birds Colombia’ y ‘Guardianes de las aves’ busca incentivar el amor por al conservación de las especies en niños y adultos.
Junto a la Sociedad Caldense de Ornitología han contabilizado alrededor de 60 rutas en 27 municipios del departamento en donde se puede avistar una gran variedad de aves.
Ossa asegura que “Caldas es atractivo para esta práctica pues tenemos una variedad de aves endémicas del departamento, es decir, solo se pueden ver acá”
Una de ellas es el Barbudito de páramo ( Oxypogon stuebelii) que se puede ver en el Parque Nacional Natural Los Nevados, pero también especies migratorias como el Turpial castaño (Icterus spurius).
Mauricio también recomienda visitar en Caldas la Reserva Río Blanco en Manizales, la Hacienda El Bosque, Hotel Termales del Ruiz y al oriente del departamento Pensilvania.
El Tiranuelo diminuto (Inezia tenuirostris), la Paloma Cardonera (Patagioenas corensis) y la especie también amenazada Vulnerable el Rey Guajiro (Cardinalis phoeniceus) son tres de las especies endémicas que hacen de La Guajira un lugar atractivo para los apasionados a esta práctica.
Según Lenix Lázaro Molina, Director de la Fundación Ornitología de la Guajira IISHO, solo en Riohacha hay más de 20 localidades en dónde se pueden ver especies de aves endémicas y migratorias.
Las más frecuentadas son la Reserva Natural Moua, la reserva natural El encanto y el Distrito regional de manejo integrado del Río Ranchería.
Lenix también es el coordinador del Global Big Day en esta región. Un grupo de 30 organizaciones se reunieron y lograron avistar 324 especies en la última edición.

Juan Lázaro, Mauricio Ossa y Lenix Lázaro coinciden en que “el avistamento de aves cada día crece más”.
No solo es una práctica que beneficia al medio ambiente, sino que además muchos aseguran haber presenciado efectos positivos en su salud mental y física a raíz de practicarla.
Requiere concentración, disciplina, pero además se da en zonas verdes, ya sean bosques o jardines. Por esta razón lo han catalogado como “la yoga de la naturaleza”.