
Mejor tributación, baja productividad y pobreza: informe de OCDE en Colombia
A través de un extenso documento la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico presentó un balance general en materia fiscal, administrativa, tecnológica y ambiental del país.
‘Llenando los vacíos: ampliando la protección social en Colombia' es el documento publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, que se configura como un extenso estudio sobre la situación financiera, social y ambiental de Colombia en la actualidad.
El documento publicado este jueves, inicia realizando un análisis sobre el efecto de la pandemia de covid-19 en el agravamiento de problemáticas sociales de vieja data en Colombia: la informalidad, la sostenibilidad fiscal y la corrupción.
Señala que efectivamente el número de desempleados en el país creció abruptamente, aunque al mismo tiempo reconocen que en el marco del trabajo de reactivación económica que se ha implementado los últimos meses, la recuperación del mercado laboral ha sido exitosa.
En ese mismo sentido, la Organización destaca la implementación de los nuevos programas sociales dirigidos a la población vulnerable, señalando que “han protegido a millones de personas de la pobreza”.
No obstante, recalcan que es necesaria una reforma en materia de tributación, explicando que “los ingresos fiscales que se sitúan tan solo en el 20% del PIB no son suficientes para satisfacer las crecientes demandas sociales y preservar la necesaria inversión pública en infraestructuras, educación y salud”.
Aunque la sostenibilidad fiscal ha mejorado, según la OCDE, gracias a los ajustes en materia de recaudo, en la lucha contra la corrupción son grandes los desafíos que aún no ha superado Colombia.
“Continuar la lucha contra la corrupción requerirá cambios en las compras públicas, la protección al denunciante y el financiamiento de los partidos políticos”, explica el documento.
Si bien es innegable la fuerza que cada día toman las industrias creativas en el país, y la creciente exigencia social para que se implementen políticas públicas que favorezcan el emprendimiento; la radiografía de la OCDE indica que la cultura competitiva es escasa en el país.
De acuerdo a lo que expresan los balances del sector productivo publicados en el informe, en las últimas dos décadas el crecimiento de la productividad ha sido “débil”, sobre todo en comparación con otros países de la región. Y esta situación obedecería a varias razones.

En primera instancia, la OCDE señala que “la presión competitiva es baja y cada vez en menos sectores”. No hay suficientes estímulos para la innovación y grandes retos para la tecnificación de los gremios productivos.
De igual manera, la responsabilidad recaería también sobre las vastas regulaciones a la que se somete el empresariado en Colombia, que según el estudio, “dificultan la entrada al mercado de empresas nuevas”, y al mismo tiempo, incentivan que las que ya están “continúen siendo pequeñas”.
A propósito de esto se explica también, que la baja productividad estaría relacionada con “las barreras arancelarias y no arancelarias que obstaculizan una mayor participación en el mercado internacional”.
Pese a los reconocimientos por la implementación de programas sociales en Colombia, sobre todo en medio de la pandemia de covid-19, la OCDE es clara en mencionar que estas ayudas económicas “apenas contribuyen a paliar las desigualdades”.
Insistiendo además, en que “la mayor parte del gasto social no se destina a los más desfavorecidos” sobre todo en materia pensional.

Para esta problemática recomienda la habilitación de regímenes paralelos de transferencias monetarias, pensiones y salud, además de estrategias más duras contra la informalidad laboral, tomando como punto de partida que el 60% de los trabajadores informales no tienen acceso a seguridad social.
En otras cuestiones señalan que los problemas de cobertura educativa inciden en que Colombia tenga uno de los niveles de pobreza y desigualdad de ingresos más elevados de América Latina.
La OCDE sostiene que durante 2020 las tasas de abandono escolar crecieron en todos los niveles educativos, mientras que solo el 50% de los niños entre los 3 y los 5 años tienen acceso a educación preescolar.