En video | Cannabis, una salida para paliar el dolor crónico en el Caribe
En Barranquilla abrió sus puertas una clínica que utiliza estos medicamentos de forma terapéutica.
Barranquilla se ha convertido en una de las ciudades en las que se adelantan tratamientos para el dolor con medicamentos a base de cannabis. La semana pasada empezó sus funciones en la ciudad Integralgia, la segunda clínica especializada en el país para tratar el dolor crónico con cannabis (la primera en la región Caribe).
Desde hace poco más de dos años esta terapia se ha venido implementando con algunos pacientes. Laura Patricia Cortecero, de 32 años, lleva dos meses tratándose con cannabis.
Para el sistema de salud, Laura es considerada “paciente de alto riesgo” pues recibe un tratamiento oncológico. Sufre de lupus ha desarrollado una neuropatía crónica que hace que los dolores que padece sean “insoportables”.
“Siento corrientazos fuertes en la cabeza que me recorren todo el cuerpo”, describe. De acuerdo con la mujer de 32 años, para estos dolores no existen medicamentos.
Dice que debido a sus múltiples padecimientos y a sus constantes hospitalizaciones, los especialistas “tiraron la toalla”, por lo que decidió someterse por recomendación de su médico al tratamiento con cannabis.
De este había escuchado en otros países y buscando una solución a lo que consideraba “una pesadilla” no dudó y aceptó someterse a él.
Uno de los episodios más fuertes lo vivió en diciembre pasado. Debido a los fuertes dolores en su cuerpo, la mujer tuvo que ser ingresada a una unidad de cuidados intensivos donde permaneció cerca de dos meses.
“Un múltiple microinfarto cerebral me llevó a estar internada entre diciembre y enero”.
Recuerda que en un llamado desesperado pidió que le cambiaran el tratamiento, puesto que ya su cuerpo estaba haciendo resistencia a los medicamentos que le suministraban.
En la clínica especializada en dolor a la que acudió empezaron a suministrarle medicamentos opioides, el objetivo era retirarle aquellos que eran fuertes como la morfina, hidromorfona y fentanilo.
Hace dos meses empezó a consumir cannabis en gotas y en alcohol, este último se aplica en el cuerpo. Según detalla, esto le ha ayudado en gran manera, pues sus visitas al hospital se han visto reducidas.
“Yo estaba yendo a la clínica hasta tres veces cada 15 días. Ahora lo hago solo una vez al mes porque hay ciertos dolores de cabeza que no se pueden controlar, ya que no me llega el suficiente oxígeno a la cabeza”.

Hasta el momento, desde que empezó su tratamiento con cannabis, dice sentirse mejor y ha notado avances con respecto a su debilidad en la parte izquierda de su cuerpo. Afirma que su organismo ha asimilado bien todo, aunque de vez en cuando sufre uno que otro leve mareo, pero esto hace parte de los efectos secundarios del mismo.
La anestesióloga Karina Pérez también especialista en tratamiento del dolor, explica que el procedimiento que la clínica adelanta con Laura se da con medicamentos que están avalados desde el 2016.
Cabe recordar que en Colombia la Ley 1787 de 2016 autoriza el cultivo y procesamiento de cannabis con fines medicinales. Además, dentro de la normativa, se exige registro Invima para todos los productos a base de esta milenaria planta, ya sean médicos o cosméticos.
Pérez explica que entre los usos que permite el Invima se encuentran la epilepsia refractaria, náusea y vómito posquimioterapia, dolor crónico neuropático y oncológico.
La especialista indica que en la planta de cannabis se han encontrado dos componentes que han demostrado su eficacia. Estos son el cannabidiol (CBD) y el tetrahidrocannabinol (THC).
Con respecto al tratamiento del dolor con estos componentes, la experta explica que es primordial hacer una valoración y de ahí empezar todo.
“No todos los organismos funcionan de la misma forma. Por ejemplo, a un paciente se le pueden aplicar dos gotas y a los dos días se debe incrementar la ingesta hasta encontrar la dosis que hace efecto”, indica.
Así funciona
De acuerdo con Pérez, el CBD ha sido muy útil en el tratamiento del dolor crónico, ya que se adhiere a ciertos receptores en el cuerpo, en el sistema nervioso, y lo reduce al producir su efecto en dicha parte.
Un artículo académico de la revista CNS Neurol Disord Drug Targets explica que el cuerpo humano también produce cannabinoides por sí mismo, receptores CB1 y CB2, en el cerebro y en el cuerpo respectivamente.
“El uso del CBD influye en el organismo humano para que crezcan más de sus propios cannabinoides y ayuda a activar el sistema endocannabinoide”, afirma el estudio.
La especialista explica que uno de los requisitos para asistir a este tipo de tratamientos es que el dolor persista por cerca de tres meses sin importar su intensidad. “Eso lo determina el médico tratante. Hace una valoración del paciente para determinar a qué va ligado este”, dice.
Pérez destaca que es importante entender que este medicamento es coadyuvante por lo que no reemplaza ningún otro tratamiento que se tenga con anterioridad. “Lo que hace es sumar”.
Historia
Según el investigador Kevin Márquez, en las culturas india, persa y romana se empleaba el cannabis para aliviar malestares como la gota, el reumatismo, el síndrome premenstrual y el dolor.
De acuerdo con Márquez, basado en el libro ‘Marihuana: los primeros doce mil años’, de Ernest Label, existen documentos que datan del año 2900 a. de C. en los que se comprueba que en Asia ya hablaban de esta planta en el uso de tratamientos como anticonvulsionante.
También cita que en Arabia “en 1877 se prescribieron gotas de cannabis vía nasal para aliviar las convulsiones epilépticas”.
El Reino Unido también tiene datos del siglo XIX en los que se habla de la administración de tres dosis diarias durante seis meses para controlar las convulsiones de pacientes.