El Heraldo
Estudiantes colombianos aprenden aspectos de ciencia y tecnología al experimentar en proyectos. Archivo particular
Ciencia

Clubes de ciencia, una incubadora para el desarrollo

El proyecto involucra a jóvenes residentes en el país o en el extranjero • Enseñan a grupos de niños a través de experiencias.

Aprender haciendo, esa es la filosofía de los clubes de ciencia. Una idea desarrollada por jóvenes para jóvenes basada en un curso gratuito de una semana con niños de diferentes proyectos sociales en zonas con dificultades sociales.

En estos cursos los estudiantes desarrollan un miniproyecto científico liderados por dos instructores, uno nacional y uno que viene del exterior. 

“Normalmente son de 20 niños junto a colombianos que están desarrollándose profesionalmente por fuera del país”, explica Camilo Buitrago, miembro del comité organizador de los clubes. 

La idea principal de estos clubes es presentarle un problema o un reto específico y darles a los estudiantes las herramientas necesarias para que los aborden siguiendo el método científico durante la semana de aprendizaje. 

En el último día los estudiantes presentarán el resultado de su trabajo en forma de un póster o una demostración científica en la feria de ciencias.

Jorge Archbold es un barranquillero que hace parte del comité organizador de este proyecto. Él y ‘Milo’, como le dicen los amigos a Camilo, estudian en la Universidad de California, en Berkeley.

Jorge tiene 26 años y realiza un doctorado en Ingeniería Civil y especialización en Ingeniería Estructural, mientras que Camilo tiene 31 y estudia un doctorado en Física y especialidad en Ciencias del Espacio.

Un grupo de estudiantes desarrolla un proyecto en una actividad vacacional. Archivo particular

La misión de este proyecto es expandir el acceso a educación científica de la más alta calidad y motivar a la siguiente generación de científicos, tecnólogos e innovadores del país mediante la creación de redes de talento internacional.

“Buscamos contribuir con un granito de arena a lo que se está realizando en el país”, dice Jorge con la convicción de lograr que Barranquilla vuelva a ser sede de estos clubes, tal como sucedió en 2016. 

“En ese año hubo una versión que se realizó en la Universidad del Norte. Estuvo dentro de los mejores clubes de ciencia que se han realizado y la idea es volver pronto”, afirma Jorge. 

Las estadísticas indican que han sido 161 clubes en 14 sedes, y 3.016 estudiantes impactados con la ayuda de 322 instructores.

Ambos participaron por primera vez en la edición del año pasado, en Bucaramanga, y fue casi que un “amor a primera vista”. 

“Fuimos como instructores, nos enteramos de la convocatoria y nos enamoramos del proyecto. Ahora somos parte de los que están tras bambalinas organizando todo”, señalan con gracia, sin perder sus acentos colombianos y el deseo por ayudar a su país.

Estos clubes, afirma Jorge, se realizan durante el verano “para que coincidan con las vacaciones de los niños”. 

Proceso

Lo que más se necesita, cuentan ambos, “son las ganas por ayudar”. Esa, según ellos, es la base para ser un instructor de estos pequeños con deseos de aprender ciencia. 

Luego viene tener un alto nivel de español. “Puede ser colombiano viviendo en el exterior o un extranjero, no importa”.

Tras el proceso de selección, un internacional se junta con un instructor nacional. “Ellos dos ponen el programa en marcha, llegan a Colombia y hablan con los niños”, así empieza el proceso de creación.

“Fue una experiencia completamente maravillosa. Cambió mi perspectiva de una manera impresionante, no sabía que existía un programa como este en Colombia”, son las palabras de Jorge al hablar de las enseñanzas del proyecto respaldado por Colciencias y el Sena. 

Jorge Archbold junto a su club de ciencia. Archivo particular

Los niños tienen “ganas de conocimiento”, señala. “Llegaban todos los días después de hacer un esfuerzo increíble y querían aprender, superarse, disfrutarlo”.

Lo que más destaca ‘Milo’ de estos pequeños es el “constante sentimiento de asombro por todo”. Confiesa que las preguntas más difíciles que le han hecho fueron planteadas por niños. 

“Conceptos que uno da por sentado y no se hace preguntas ellos las formulan. Los chicos todo lo cuestionan y botan cosas como: ¿Por qué el cielo es azul? ¿Por qué el sol es verde y no amarillo como aparentemente lo vemos?”, recuerda. 

Convocatoria

El 18 de marzo cierra el proceso de convocatoria para instructores de estos clubes.

“Como requisito se necesita mínimo una profesión terminada, que hable español y esté trabajando activamente en un tema de ciencia y tecnología”, explican los jóvenes.

El proceso se puede realizar a través de la web www.clubesdeciencia.co.

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