El Heraldo
Las injusticias de la guerra me llevaron a defender los derechos de las víctimas, dice Baute. Néstor de Ávila
Cesar

“Hubo injusticia con muchos inocentes”

Nicolás Baute hizo parte de las AUC y hoy representa a víctimas.

Los paramilitares tal vez vieron en Nicolás Baute, un profesor de informática en las escuelas rurales en el norte del Cesar, un potencial e importante nexo entre la comunidad y su estructura ilegal. Además, venía de ser víctima del conflicto, luego que guerrilleros del ELN y Farc hicieran tránsito con frecuencia por una finca de su tío donde solía trabajar y pasar vacaciones en el corregimiento Casacará, en el municipio de Codazzi. Al punto que tuvo que desplazarse.

En 2002, a integrantes del frente Mártires del Cesar, del Bloque Norte de las Autodefensas, que tenía gran parte de su poder concentrado en estas tierras, no les fue difícil pedirle ‘favores’ al entonces docente para que les arreglara un computador, llevara un mensaje o transportara algunos víveres.

“Ellos estaban por todas partes, incluso para entrar a algunas zonas a dictar clases se necesitaba de su permiso, entonces en esa relación fue vinculándome al grupo, y cuando menos pensaba ya estaba en la organización, no como combatiente, sino encargado de la logística y víveres en los campamentos”, comentó Nicolás. Además en algunas ocasiones cumplía misiones de inteligencia en las cabeceras urbanas.

Tres años y algunos meses dentro de la estructura ilegal fue tiempo suficiente para que este profesor se diera cuenta de la barbarie de la guerra y de que en muchos casos gente inocente tuvo que desplazarse o resultó víctima, siendo ajena al conflicto.

Esto lo conllevó a que incluso, antes de la desmovilización, comenzara al interior del frente paramilitar a hablarle a sus compañeros más cercanos de los Derechos Humanos, a costa de ser descubierto y poner en riesgo su propia vida, teniendo en cuenta las cruentas arremetidas que realizaba el grupo en el norte del Departamento.

En 2006, cuando el Bloque Norte de las Autodefensas, al mando de alias Jorge 40, abandonó las armas, Nicolás continuó con su labor de promover los Derechos Humanos, buscar a las víctimas que tanto guerrilleros como paramilitares dejaron en esta confrontación y ayudarlas en sus procesos de atención por parte del Estado en temas de salud, vivienda, educación, entre otros, como una forma de reivindicación. Hoy Nicolás es coordinador de la mesa departamental de desplazados en el Cesar, posición que le ha servido para representar a las víctimas a nivel nacional.

NO HA SIDO TAREA FÁCIL. Nicolás Baute ha cargado con el estigma de haber pertenecido a una de las organizaciones ilegales más violentas en el Cesar, departamento que tiene en su lista a 304. 800 víctimas, 85% de ellas desplazadas por el conflicto. En su tarea de promulgar y defender sus derechos encuentra quienes aun resentidos por el accionar, le reclaman y hasta cuestionan que defienda derechos, cuando el grupo al que perteneció se los vulneró.

Nicolás después de la desmovilización ingresó al programa presidencial para la reintegración, de manera autodidacta y empíricamente aprendió a conocer sobre las normas y leyes de protección de Derechos Humanos y pasó a ser secretario técnico de la mesa de fortalecimiento para la población desplazada, lo que le permitió ser vocero de las víctimas a nivel nacional, teniendo en cuenta que tras su desplazamiento por la guerrilla, se inscribió en el registro de esta población ante el Estado.

En su rol de vocero, solo se relacionaba como desplazado, más no como ex integrante de las AUC, temiendo el rechazo o cuestionamiento, considerando que la mayoría eran víctimas de los paramilitares, pero poco a poco, con su labor fue demostrando que él mismo también fue una más, porque en medio de ese conflicto, huyendo de un grupo, se encontró con otro al que decidió pertenecer para escapar de la presión que en la zona ejercía la guerrilla.

Tras ser parte de la mesa nacional de desplazados fue amenazado por nuevas estructuras ilegales que se formaron después de la desmovilización de las autodefensas, vivió entonces otro desplazamiento, hasta volver a Valledupar, donde se ha dedicado a que se reconozcan los derechos de quienes sufrieron por el conflicto, independientemente de si fueron víctimas de guerrilleros o paramilitares.

La coordinadora de corresponsabilidades de la Agencia para la Reintegración en el Cesar, Sandra Nieto, señaló que Nicolás Baute, es uno de los participantes que está en curso para graduarse y reincorporarse sirviéndole desde ya a la comunidad.
 
La situación jurídica de Nicolás está por resolverse. El hecho de no tener antecedentes penales, de contribuir con la verdad y cumplir con el proceso de reintegración del cual solo le falta un proyecto productivo para graduarse y colaborar con la construcción de la memoria histórica de las víctimas, lo llevarán a la reincorporación, después que un juez finalice su proceso.

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