
Incendio en la Sierra afecta a 70 familias indígenas
Comienza a llegar la ayuda humanitaria a las comunidades afectadas La emergencia se atenderá con 600 its de alimentos, frazadas y carpas.
Literalmente sin nada quedaron 70 familias indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, tras el incendio forestal que afecta al macizo, con jurisdicción en los departamentos del Cesar, Magdalena y La Guajira. El fuego destruyó 53 viviendas, consumió más de 800 hectáreas de bosques y cultivos, arrasó con un colegio y un restaurante escolar.
El balance de las afectaciones lo entregó el jueves el director de la Unidad Nacional para la Gestión de Riesgo de Desastres, Eduardo José González, quien indicó que en total son 600 personas damnificadas, entre ellas 250 niños. El funcionario lideró junto al ministro de Ambiente, Ricardo Lozano, una mesa de trabajo en Valledupar, donde se analizaron los impactos del incendio y se tomaron medidas para llevarles ayuda a las comunidades afectadas.
En la reunión se determinó enviar 600 kits de alimentos para la zona afectada en Pueblo Bello y Valledupar, 600 kits de cocina, 1.200 frazadas, y 100 carpas para atender a la población afectadas, además de trabajar de la mano con las autoridades locales el tema de agua y salud.
Además desde el Puesto de Mando Unificado que se instaló de manera permanente en la capital del Cesar se seguirán adelantando las acciones respectivas. “Vamos a trabajar unificadamente los temas de agua, vivienda y educación, siempre respetando a las autoridades indígenas, sus costumbres y tradiciones”, sostuvo González.
El pico más alto de la sequía
El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Ricardo Lozano, sostuvo que “estamos en el pico más alto de la sequía en el Caribe”, lo que genera impactos graves en la Región.
“Precisamente estamos frente a una gran sequía por la variedad climática, por el fenómeno de El Niño, que lo anunciamos desde septiembre pasado; por supuesto en la región Caribe hace más de cinco meses que no llueve, lo mismo pasa en la Orinoquía, esta misma situación la hemos tenido en el centro del país, infortunadamente como lo hemos dicho, a pesar de ser un Niño débil, fíjense los impactos tan graves que causan acá en la región, sobre todo en los departamentos de La Guajira, Cesar, Magdalena, y Bolívar”, señaló.
Dijo que “estos territorios se han caracterizado, infortunadamente, primero por no tener coberturas verdes o forestales; la alta deforestación que hemos tenido en la Sierra, y en la parte baja hacen que no se protejan los suelos, y también una y otra vez hemos dicho que en estas temporadas, llevamos 25 años reiterando, no hacer fogatas, quemas, ninguna actividad que genere chispa o cualquier situación porque los vientos fuertes hacen que la vulnerabilidad sea muy alta a finales de enero, febrero y comienzo de marzo”.
“Las consecuencias son estas, muchos de estos incendios que se están registrando en el Caribe, yo diría que más del 95% son provocados por el hombre, algunos son prácticas que se hacen a nivel de quemas, otras son quemas que se hacen de las basuras, otras por capturar cualquier animal, o pirómanos que lo hacen de manera criminal, por eso hemos insistido que las denuncias de los ciudadanos permanentemente ante la Fiscalía o la Policía, frente a esas actividades, es la única manera que podemos prevenir esos incendios”, puntualizó.
Siguen labores de control
Entre tanto continúan las labores de las diferentes entidades para controlar el fuego en el macizo. La Alcaldía de Valledupar, Gobernación del Cesar, Parques Nacionales y la Corporación Autónoma Regional de Cesar han coordinado esfuerzos con el Resguardo Arhuaco de la Sierra, la Confederación Indígena Tayrona, la Fuerza Aérea Colombiana, Ejército Nacional, Defensa Civil y el Cuerpo de Bomberos, para realizar todas las acciones que permitan controlar y extinguir las llamas que no también ha afectado a la fauna.
Por las condiciones climáticas de la zona como nubosidad, humo y fuertes vientos, sumadas a las dificultades geográficas, habían impedido el avance de las operaciones, pero estas se han desarrollado logrando controlar la conflagración en más del 90%, quedando aun pequeños focos.
