El Heraldo
Los ‘pimpineros’ comercializan la gasolina colombiana en botellas, en las vías más transitadas de Valledupar. Néstor De Ávila
Cesar

El negocio de los ‘pimpineros’ está ahora en el menudeo

En Valledupar compran el combustible colombiano en las estaciones de servicio y lo revenden en las calles, como comercializaban la gasolina que traían de Venezuela.

En Valledupar los llamados ‘pimpineros’ (pequeños distribuidores informales de combustibles) han retomado el negocio, pero con la gasolina colombiana tras la caída que produjo en el contrabando el cierre de la frontera entre Venezuela y La Guajira. El provecho está en el menudeo que le permite ganancias de $2.000 por cada galón que compran en las estaciones de servicio. 

Las investigaciones de las autoridades dan cuenta de que, usando en parte la estructura de la gasolina que procedía de Venezuela – como lugares de almacenamiento, tanques, pimpinas y botellas–, ahora los comerciantes ilegales venden el mismo combustible colombiano, que compran en las estaciones de servicios de esta capital, para revenderlo en las calles.

El galón de combustible corriente en las estaciones de servicio de Valledupar tiene un costo de $7.140, pero en la investigación que realizó la Policía se halló que en las calles lo están vendiendo por encima de ese valor. “El galón lo dividen en tres botellas, cada una la venden en un promedio de tres mil pesos y en la prueba que le hicimos a ese combustible nos mostró que es colombiano. Es decir que por galón le están ganando casi dos mil pesos”, dijo el mayor Miguel Ángel Mercado, comandante de Policía Fiscal y Aduanera en el Cesar.

Si bien es cierto que desde agosto de 2015 se frenó el flujo de la gasolina venezolana con el cierre de la frontera por orden del gobierno de ese país y que los fuertes controles de la Policía y el Ejército en el territorio colombiano han reducido en un 99% el contrabando de combustible en el Cesar, quienes buscan tratar de mantenerse en el negocio irregular, se las han ingeniado para seguir obteniendo ingresos.

La Policía Fiscal y Aduanera tiene identificados tres sectores de Valledupar, donde están comercializando combustible, que según las pruebas químicas es de origen colombiano.

“Existen tres vías que son la queja en el municipio de Valledupar, me refiero a La 44, la avenida Los Militares y Fundación. Debido a la situación y los controles que se están viendo en Venezuela, el galón de combustible del otro lado sale más caro que el colombiano. Hicimos un censo y nos fuimos a la venta de combustible y notamos que el colombiano es el que están vendiendo”, manifestó el mayor  Mercado.

Los sitios donde se revende la gasolina están señalizados como se observa aquí. Néstor De Ávila

Las sanciones
 
Frente a esta situación, las autoridades empezarán a imponer sanciones en el Código Nacional de Policía y de Transito a las personas que sean sorprendidas vendiendo y suministrando combustible a vehículos.

“Las herramientas que estamos aplicando para crear conciencia, es la aplicación del Código Nacional de Policía y Convivencia por manipulación de sustancias prohibidas y a la persona que este suministrando combustible en la vía pública se le aplica el Código Nacional de Tránsito”, indicó el oficial.

La infracción por comercializar gasolina sobre las vías públicas y barrios, acarrea una multa de $833.324 y bloquear una calzada de la carretera para tanquear combustible tiene una sanción de $390.915.   

La Secretaría de Gobierno municipal adelanta un programa de reconversión laboral para las personas que viven de la venta de combustible ilegal.

“Tenemos un programa de reconversión laboral en el cual están participando aproximadamente 20 ex-pimpineros que van a empezar hacer parte de este proceso que hace la Alcaldía y además se les dará una ayuda para el emprendimiento frente a unas ideas que ellos tienen. No solamente aquí en Valledupar por la 44, si no en Río Seco, donde estamos trabajando con la Polfa para que de manera efectiva sean erradicados estos puntos”, señaló Gonzalo Arzuza, secretario de Gobierno municipal.

Un vendedor ofrece la gasolina a un motorizado Néstor De Ávila

Bienes a extinción de dominio
 
En el mes de septiembre, el cupo de combustible para el Cesar fue de 11 millones 666 mil 376 galones, de los cuales se consumieron 11 millones 451 mil 293, esto equivale al 98% consumido.

Sin embargo, las autoridades han evidenciado que aún persisten personas dedicadas al comercio de gasolina venezolana. “Se está vendiendo combustible extranjero, pero no en gran cantidad”, precisó el comandante La Policía Fiscal y Aduanera Cesar.

Es por ello, que dentro de la ofensiva para acabar con este flagelo, de una vez por todas, se tienen identificados vehículos, viviendas y fincas en el municipio de La Paz y Valledupar, utilizados para esta actividad ilícita y que serán objeto de extinción de dominio.

“Tenemos unos sectores en La Paz priorizados; puntos donde venda combustible se pasa a extinción de dominio y eso se traslada a la Sociedad de Activos Especiales; para que la persona pierde su predio. Lo que se evidenció en La Paz son lugares donde ya se han hecho allanamientos. Tenemos identificados ciertos vehículos que están en el proceso y a finales de octubre se harán las primeras extinciones de bienes, como vehículos y fincas que también son utilizadas para eso”, indicó el oficial.

Tener, almacenar o transportar más de 20 galones de combustible de contrabando, es un delito que impone una pena de prisión de tres a cinco años, según la Ley 599 de 2000.

En lo que va corrido de este año han sido capturadas 26 personas por el delito de contrabando de hidrocarburos y sus derivados, así como la inmovilización de 42 vehículos usados para esta actividad, mientras que en el 2017, fueron capturados 48 personas y 21 automotores aprendidos por contrabando de combustible.

Aristóbulo Cortés, jefe de la oficina de rentas del Cesar, dijo que la orden del gobierno venezolano de cerrar la frontera con el departamento de La Guajira, “frenó bruscamente el ingreso de combustible de contrabando, entonces en Valledupar, por ejemplo, se desnudó la necesidad que teníamos de los cupos, que en ese entonces no alcanzaba. Teníamos un cupo de 2 millones 536 mil galones con subsidio, pero no alcanzaban y se hacían las enormes colas, luego el Ministerio amplió el cupo a 3 millones 333 mil galones”.

Como si se tratara de la gasolina de contrabando, el combustible colombiano es comercializado a mayor valor en las avenidas de la capital del Cesar, de acuerdo con la denuncia de las autoridades. Néstor De Ávila

Pese al cierre de la frontera en Paraguachón, jurisdicción de Maicao, el contrabando de gasolina continúa en La Guajira.

Las autoridades tienen identificadas alrededor de 80 trochas en ese departamento, por donde ingresa el hidrocarburo, que es llevado hasta Montelara, en Venezuela, región fronteriza con La Guajira, de donde hacen tránsito a territorio nacional.

Esta es una de las principales rutas por donde ingresan gasolina y ACPM de manera ilegal hasta diferentes centros de acopio en Cuestecitas, La Guajira y de allí es distribuida hacia el Cesar.

No obstante, el mayor Miguel Mercado, señaló que “con Policía Judicial  tenemos controles en los ingresos a Valledupar, pero lastimosamente hay caminos en los alrededores de las vías principales, donde logran eludir los puestos de control para llegar a esos términos. Estamos apuntando en buscar quiénes son los líderes de quienes están trayendo el combustible, para crear estructuras criminales, vamos a desarticular eso y ponerlos a disposición de las autoridades competentes”.

Los controles al contrabando de gasolina triplicó el presupuesto de ingreso por concepto de sobretasa en el Cesar, “Entre el 2012 y el 2014, el departamento recibía $4.400 millones, desde entonces hoy estamos hablando de $12 mil millones anuales, lo mismo se refleja en las arcas del municipio de Valledupar”, explicó Aristóbulo Cortés.

Según el funcionario la venta ilícita de combustible se redujo ostensiblemente en el departamento, puesto que “hace tres años en el Cesar cerró el 40% de las estaciones de servicio; en Valledupar de las 25 estaciones que hay, habían cerradas ocho, en Codazzi de seis estaciones, estaban cerradas cuatro, en la Jagua de Ibirico igual, las dos de La Paz estaban cerradas al igual que las de San Diego, pero hoy todas están abiertas”.

Pero “el fenómeno no ha desaparecido, sigue ahí, y hay gente que por cultura, desconocimiento o por engaño, compran botellas y resulta que sale más barata la gasolina en las estaciones de servicio”, dijo Cortés.

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