El Heraldo
Cesar

Aluvión de candidatos a alcaldías mineras

A pesar de las riquezas del carbón, municipios como El Paso o Codazzi siguen sumidos en la pobreza. Sin embargo, en cada debate electoral llueven candidatos. Son 40 aspirantes tras cinco alcaldías

El apetito de los políticos por llegar o mantenerse en las alcaldías que más dinero manejan por regalías del carbón en el Cesar se nota en el número exagerado de candidatos que tienen algunos municipios, donde históricamente ha campeado la corrupción.

En Codazzi, son 10 los aspirantes, con el caso singular del exalcalde Efraín Quintero, quien pretendía repetir mandato con aval de La U y coaval del partido Liberal, pero el pasado 24 de julio, un día después de inscribirse ante la Registraduría como aspirante, le expidieron una orden de captura por un presunto millonario desfalco al Programa de Alimentación Escolar, en  2015; actualmente está huyendo de la justicia, y en cambio asumió como candidato su hijo Efraín Alfredo Quintero, respaldado por estos partidos.

En la misma localidad aspira por el partido Cambio Radical, Ibeth Lafaurie, tía del actual alcalde Luis Peñaloza, quien acaba de ser destituido e inhabilitado por 10 años, luego que la Procuraduría lo hallara responsable de irregularidades en un convenio por $356 millones; la medida se la aplicaron estando suspendido por otro proceso administrativo.

La estela de quienes quieren ostentar el poder en esta localidad sigue con Luis Ovalle, avalado por el partido Alianza Democrática Afrocolombiana, ADA. Es  hijo del exalcalde de esa población Tomás Ovalle, y tiene el respaldo del actual senador Didier Lobo, a quien la Contraloría General de la República le imputó cargos  de responsabilidad fiscal, el año pasado, por detrimento patrimonial de $2.914 millones por sobrecostos con recursos de regalías en el suministro de paquetes alimenticios en 2012, cuando fungió como alcalde de La Jagua de Ibirico.

En el ramillete de candidatos en la otrora ‘capital blanca del Colombia’, llamada así por el auge que tuvo ese municipio con el algodón, figuran el diputado Omar Benjumea, quien renunció en 2018 a la presidencia de la Asamblea, postulándose como aspirante a la alcaldía, contando con el aval del partido Alianza Verde; Hernán Baquero Rodríguez, es la primera vez que aspira e inscribió su campaña por el movimiento ciudadano Honesto Bueno y Responsable, además cuenta con el coaval del partido Conservador y el apoyo del representante a la Cámara Alfredo ‘Ape’ Cuello.

Igualmente están como candidatos Cástulo Alfaro, abogado y exconcejal del municipio, se inscribió por el partido Colombia Justa y Libres; el ganadero David Hernández, por el Centro Democrático; Indra Núñez Anaya, Aida Álvarez Quintero y Rose Mary Guerra.  

¿Qué tiene Codazzi?

A simple vista, Codazzi pareciera no ser atractivo para gobernar. De aquella ciudad próspera que fue en la década de los 70 cuando la bonanza del algodón estaba en su furor, hoy poco queda. Con 50.829 habitantes, según proyección del Dane, este municipio en el norte del Cesar está golpeado por la pobreza. El 43% de la población en la cabecera urbana tiene necesidades básicas insatisfechas, indicador que se eleva en la zona rural.

Para los lugareños, el triste panorama no es más que el resultado de las malas administraciones. Codazzi maneja un presupuesto anual superior a los 70 mil millones de pesos, de los cuales 18 mil millones son del Sistema General de Regalías, lo que se convierte en un atractivo para que muchos pretendan ser alcaldes. En parte de su territorio se encuentra uno de los más grandes yacimientos  a cielo abierto, como lo es El Descanso, operado por la multinacional Drummond.

Sin embargo, a pesar de los millonarios recursos, Codazzi padece por desempleo, informalidad, cobertura y calidad de servicios públicos. Aun así, este pueblo es polo de desarrollo. “Solo se requiere voluntad política, y que quien llegue al poder verdaderamente gobierne a favor de las comunidades”, indicó Miguel Ángel Mendoza, habitante de esa localidad.

Robinson Celsa, otro lugareño, dijo que “todos estos candidatos buscan llegar a la alcaldía, pero no se sabe realmente cuáles son sus intereses, porque hemos tenido muchos mandatarios y no han hecho nada por el pueblo. Tenemos bastantes necesidades, entre ellas la salud, el servicio es precario, la gente ha ido perdiendo la fe en los políticos”.

Codazzi tiene tierras productivas, es potencia ganadera, tiene minería y gente pujante; pero a decir de sus habitantes lo que no tiene son buenos gobernantes. “Esperamos que el próximo mandatario sea alguien que realmente le duela este municipio”, indicó Miguel Ángel Mendoza.

Doce aspirantes en El Paso

Si en Codazzi hay una ‘lluvia’ de candidatos a la Alcaldía, en el municipio de El Paso lo que se registra es un ‘aguacero’. En total 12 aspirantes se disputan el primer cargo, entre ellos algunos que ya fueron alcaldes y otros que llegan apoyados por las maquinarias políticas. Esta localidad conocida por ser la tierra del juglar y primer Rey Vallenato, Alejandro Durán, y por sus riquezas carboníferas, también está en el atraso y la pobreza, pese a las millonarias regalías.

En el abanico de aspirantes están los exalcaldes Luis Alberto Murgas Pupo, avalado por el partido de la U, esta es su tercera candidatura, y ya ha sido alcalde en otras dos oportunidades en esta población cesarense; y José David Ortiz Bolaño, avalado por Cambio Radical con el respaldo del senador Didier Lobo. Ortiz es tío del actual mandatario Hidalfo De La Cruz.

Igualmente aspiran Idalides de Jesús Castro Cantillo, avalado por el partido Conservador. En las elecciones pasadas también fue candidato; asimismo figuran como aspirantes Ruviela Sanguino Ortega, por el Centro Democrático, esposa del exalcalde Gunder Escobar, quien fue investigado por celebración indebida de contrato cuando fungió como mandatario en el periodo 2008-2011, además de ser inhabilitado por la Procuraduría  por presuntas irregularidades en manejo de las regalías; Andry Enrique Aragón Villalobos, por el Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS), quien aspira por primera vez a la alcaldía.

También son candidatos Silvino Darío Arzuaga Martínez, avalado por el partido Liberal; Martín Altamar Escobar, con aval de Colombia Justa y Libres; Roberto José Castillejo Ruiz, por Colombia Renaciente, fue secretario de Hacienda en la actual administración; Jesús Alberto Ortiz Cervantes, avalado por Alianza Democrática Afrocolombiana (ADA), es apoyado por el exalcalde Geoberto Ruiz; Ney Enrique Restrepo Ditta, por el Partido de Reivindicación Étnica (PRE); Carlos Alberto Morales Castilla, con aval del Partido Alianza Verde; y Faber Imbreth Martínez, por el Polo Democrático.

Las necesidades de El Paso

El agua que llega hasta los hogares en El Paso no es apta para el consumo humano. Tiene cerca de 23 mil habitantes, la mayoría de estos ubicados en el corregimiento Loma de Calenturas, atraídos por el auge de la minería que para este año fija una transferencia de 7 mil millones de pesos y un presupuesto municipal de 34 mil millones. Desde la puesta en marcha de las regalías la localidad ha recibido más de $250 mil millones. Sin embargo, sus gobernantes no han solucionado las necesidades básicas del pueblo.

La disminución de dineros por compensación de la exploración minera alcanza el 60 por ciento; no obstante, la comunidad cuestiona que cuando se recibían ‘chorros’ de dinero por regalías no se remedió la falta de agua.

Margarita Eugenia De Piñeres, habitante en este municipio, dijo que “lo que en verdad se necesita, el agua potable, no la tenemos y lo que nos llega no se puede consumir”.

Otro lugareño, José Fernando Álvarez Viloria, sostuvo que “el municipio de El Paso en inversión social se ha quedado corto y eso no es un secreto para ningún habitante de aquí”.

 

 

 

Desde que se pusieron en marcha las regalías, El Paso ha manejado más de $250.000 millones.

Otros municipios con regalías

La Jagua de Ibirico es el municipio del Cesar más cuestionado por el despilfarro de las regalías. Los alcaldes, en su mayoría, han terminado presos o investigados. Sin embargo, en cada contienda electoral sale a flote un abanico de candidatos postulándose como la tabla de salvación para esta localidad con indicadores de pobreza, pese a los millonarios recursos que recibe.

En los últimos seis años La Jagua de Ibirico ha tenido asignaciones directas de regalías por más de 380 mil millones de pesos, mientras que para 2019 tiene presupuestado ingresos corrientes y compensaciones por 58 mil millones de pesos, sin incluir las que le llegan indirectamente.

En este pueblo minero, son cinco los aspirantes a ocupar el cargo de alcalde. Se trata de Leonardo Hernández, hijo del exalcalde fallecido Juan Hernández Sierra, tiene aval del partido Liberal y los coavales de la Unidad Nacional, Cambio Radical, Alianza Democrática Afrocolombiana, ADA, y el movimiento Alianza Social Independiente, ASI; además cuenta con el respaldo del senador Didier Lobo y de la casa de gobierno municipal; Ovelio Jiménez, se inscribió por firmas y tiene el apoyo del representante a la Cámara Alfredo ‘Ape’ Cuello, y coaval de los partidos Conservador 
y MAIS.

También aspiran Heberth Parodi, por el partido Alianza Verde; Misael Liz, por el movimiento ‘Unidos por el progreso’, y Carlos Ediver Arias, candidato del partido Centro Democrático.

En Becerril, que igualmente goza de los recursos que deja el carbón, dos primos, entre siete candidatos se disputan la alcaldía. Se trata de Raúl Machado Luna, quien ya fue mandatario de este municipio y quiere repetir con aval de la U, respaldado por el senador José Alfredo Gnecco; y Edward Machado, por el partido Conservador, hermano de la Gestora Social, Claudia Machado Luna, y cuñado del actual alcalde Juan Francisco Rojas.

En este municipio son candidatos además Fabián Martínez, por una coalición entre Alianza Social Independiente, ASI, partido Liberal y Cambio Radical; Adriana Bolaño, avalada por AICO; Leonardo Acosta, por el partido de Reivindicación Étnica; Andrés Alfonso Fernández y Adalberto Antonio Orozco.

Seis candidatos en Chiriguaná

Chiriguaná es otro municipio en el corredor minero del Cesar; y también recibe regalías por la explotación del carbón. Allí seis candidatos se disputan la Alcaldía para el periodo 2020-2023. Son ellos Óscar Alfonso Namén Saad, Manuel Guillermo Quiroz Arzuaga, Juan  Carlos García  Mejía, Davinson Enrique Troconys, Carlos Iván Caamaño Cuadro y Augusto Botero  Martínez.

Esta localidad también se ha caracterizado por el despilfarro de los recursos y las obras inconclusas, entre ellas un millonario acueducto, que sigue sin prestarles un óptimo servicio a sus cerca de 22.000 habitantes.

Una calle principal en La Jagua de Ibirico.

Chimichagua, un caso especial

Chimichagua no tiene carbón, pero si un buen flujo presupuestal cercano a los $40 mil millones y un hospital que se ha convertido en un fortín burocrático, al punto que alrededor de este se ha generado una puja por su poder. En este municipio al centro del Cesar, con 32.657 habitantes, son 10 los candidatos que pretenden llegar a ser alcalde. Celso Moreno Borrero, avalado por el conservatismo, tiene el apoyo de la actual administración en cabeza de Maritza Pérez; Javier Martínez, quien se inscribió por el Polo Democrático; Fernando Soto López,  por el MAIS, es tío del gerente de la empresa de acueducto municipal.

Con el aval de la U,  se inscribió Dalma Ospino, exgerente del Hospital Inmaculada Concepción. En la lista sigue el exconcejal Carlos Andrés Cadena Cárcamo, avalado por Cambio Radical; Fabio Alberto Mendoza Campo, por el partido Liberal; Jaime Rafael Martínez Jiménez por Alianza Democrática Afrocolombiana, ADA; José David Rocha Quintero, por Alianza Verde, y Yirlania Yamile Bedoya Rentería, avalada por firmas.

Para Celia Cervantes, habitante de Chimichagua, lo importante es que cada uno de los 10 candidatos tiene sus propuestas, pero lo importante es que las cumplan. “Lo que queremos es que ayuden a sacar al pueblo adelante, no que busquen sus propios intereses, que no pierdan su calidad, porque cuando llegan al poder cambian”. Sostuvo que una de las necesidades más apremiantes de este municipio es el suministro de agua potable.

El Hospital de Chimichagua se ha convertido en fortín burocrático.
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