Hay muchas, muchísimas cosas que cambiar y mejorar en nuestra ciudad, nuestro país, y en todos los países del mundo, hasta en los más desarrollados.

Se trata no es de criticar, sino de colaborar, no dejarle toda la carga a la autoridad, así estén para eso, sin olvidarnos, obviamente, siempre seremos los protagonistas principales, en especial de los perjuicios.

Hace rato ya, tenemos la incomodísima situación de la paradera en plena vía y tráfico de los vehículos particulares para revisar estén al día los certificados de seguro obligatorio, revisado técnico-mecánico, licencia de conducir y otra cantidad de requisitos más como el equipo de carretera, estando dentro de la ciudad, su correspondiente ubicación dentro del vehículo, el estado de las llantas, el color de los vidrios aún siendo de fábrica, el levantador para cambio de llanta, el estado de la llanta de repuesto y otros más, sin dejar por fuera la prueba de alcoholimetría. Esta circunstancia permanente afecta la importante relación de la ciudadanía con la autoridad, llámese Policía de Tránsito o Policía Nacional, porque se volvió una relación de miedo y fastidio –lo cual no debe ser concebible por principio– así el conductor y su vehículo estén al día en los documentos y requerimientos de movilidad, que entre otras cosas son tantos, que realmente es difícil tenerlos todos en debido orden, pero eso no debe convertir al conductor en un infractor de la ley, es la ley la que hay que modificar por estar sobre-legislada.

Sabemos de sobra que las infracciones generan importantes ingresos para la ciudad y el departamento, pero eso no puede ser razón equívoca en su aplicación porque, con todo respeto, está invirtiéndose el espíritu de la ley que debe ser a favor del ciudadano y no en contra, los vehículos deben ser detenidos cuándo haya razón evidente para hacerlo, como mal manejo, infringir las señales y prohibiciones de tránsito, mal estado visible del vehículo como luces irregulares, falta de retrovisores etc.,  salvo que sea para búsqueda de armas, drogas o delincuentes, pero eso es otro tema.  

Propongo con todo respeto se reúnan las autoridades correspondientes con delegados de los gremios y las asociaciones cívicas para encontrarle solución a esta circunstancia de orden legal y social cuyo principal efecto ha sido el desmejoramiento de la calidad de vida de barranquilleros y foráneos.

Feliz año para todos.
Hector Asaf Quintero