Muy respetuosamente me refiero al artículo: Barranquilla, ¿una ciudad sin cultura arquitectónica? Publicado el domingo 8 de abril de 2018, por Carlos Bell, encontré que se había cambiado el nombre de la iglesia de San Nicolás de Tolentino por la de San Roque, en la página 6C de la sección Tendencias. Y aproveché el magnífico artículo para hacer algunas anotaciones interesantes.
No solo en Barranquilla está ocurriendo este fenómeno de los trancones y atracos en motos, en estos sectores dizque privilegiados el nuevo perfil de la ciudad da miedo, se cambiaron los árboles por moles de concreto, diseñados en PC, donde se termina manejando programas como Autocad, AutoDesk o lo último en guaracha Architrion. Y las vivencias de los arquitectos para el diseño de espacios acordes con las determinantes físicas, espaciales, sociales, legales, económicas, etcétera, son dejadas a un lado a la hora de concebir y dar la respuesta a un problema arquitectónico propuesto.
¿O cómo expresamos ahora al negocio? Eso por un lado, por el otro hay mucha presunción del acceso de dineros “non santos” al negocio de la construcción de todo tipo de necesidades arquitectónicas y civiles en nuestra región, y ya eso es harina de otro costal… los POT se los pasan por el forro y corre mucho dinero para que se aprueben, en las oficinas encargadas de proteger el medio ambiente y todo lo que se relacione con el vivir acorde con las necesidades reales de la población, soluciones que corresponden a otros escalones de los niveles sociales y culturales de la ciudad. Por ahora ahí les dejó ese trompo sin perilla, bailando, para que me lo cojan en la uña. Se me olvidaba, fui alumno de Vittorio Maggana, me fue muy bien en sus clases casi desiertas, ya que los alumnos le tenían terror a la hora de analizar los criterios conceptuales que llevaron al estudiante a proponer una solución a un problema arquitectónico propuesto por el maestro. Había mucha revista Proa en circulación para los que podían adquirirla y esta era ‘La Biblia’ de muchos aspirantes a ser Arquitectos, lástima de no poder recrear esta información con el arquitecto Ricardo González Ripoll.
Con sentimiento de respeto y consideración.
Ramiro Mendoza González
C.C. 3.694.266
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