No se puede negar que la mujer es el ser más hermoso que existe sobre la tierra, es lo más adorable que hay, y muchas complementan su existencia con ese maravilloso acontecimiento que es el de ser madre.
El trabajo de las mujeres ha sido, y es, un valioso aporte que ha impulsado y hecho posible el resurgir de una economía familiar. La mujer ha cargado con trabajos y obligaciones como algo natural, inherente a su condición de mujer; su papel es fundamental en la sociedad y es un pilar en el hogar, dada su sensibilidad y su entrega en la formación y socialización de los hijos. Todas las mujeres ejercen un doble trabajo. Ellas cuidan de sus maridos, de los hijos y de sus nietos y hasta de los padres en la vejez. Realizan fielmente infinidad de trabajos no retribuidos ni pagados.
Bastante se escribe y se dice sobre la mujer, hasta hay un día en el calendario dedicado especialmente a destacar el derecho de la mujer, sin embargo, nada cambia para ellas en, muchos casos, donde la mujer es casi una esclava, una sirvienta y hasta golpeada y maltratada infamemente por un incorregible y acomplejado machismo.
Lamentablemente, y sin el ánimo de generalizar, también la sociedad en todos sus estamentos, el cine, la televisión, el lenguaje musical, las redes sociales y los medios de comunicación, han convertido a la mujer en objeto de placer morboso, muy útil para presentarla de la manera más aberrante y cruel, pisoteando su dignidad.
No hay duda de que la mujer, en múltiples eventos de la vida, es más reflexiva, más madura y hasta más responsable que el hombre, por eso es contraproducente que alguien de este género, la someta o la humille ya sea en privado o públicamente. La mujer ha demostrado estar lista para gobernar una ciudad, para dirigir los destinos de un país, para legislar, para gerenciar, para ser líder de opinión, para brillar en todos los campos donde tenga la oportunidad de demostrar su habilidad, su inteligencia, incluso, brilla más por su honestidad.
Para todas las mujeres, un merecido reconocimiento con amor y mucho respeto.
Roque Filomena Angulo
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