En Colombia es todo un show pedir una cita médica y acudir a la cita. El usuario de la EPS o ARS soporta el mal genio de las o los funcionarios, siempre encrespados, de mal genio y refunfuñando.

Al pasar al profesional de la salud, este con cara de guayabo o cara de queso y como siempre hablando por celular, sin mirar al cliente (antes paciente), mientras charla por celular, mira el computador y a la vez atiende al usuario.

La pregunta mientras efectúa el trío de amplitud de campo consciente: ¿Qué te trae por aquí?

El usuario parece hablar con la pared y, sin son ni ton, trascribe receta y le manda a reclamar la orden para que retire su guarapito o pepitas de harinas, y como el usuario es ‘adicto a la farmacodependencia’, ya sabe qué le formulan y listo. Reclama su bolsa y sale como cualquier cliente de supermercado, sonriente, llevando en sus manos una bolsa con más de 200 o 300 pepas, y por esa línea van los siguientes, y así continúa la pandemia generalizada de los trastornos metabólicos aplacados con paliativos y placebos.

No sucede lo mismo en un consultorio veterinario, cuando el amo lleva a su mascota, el veterinario, sea hombre o mujer, ante un perro horrible, de esos feos, lo primero que se observa es el trato humano a la mascota: ¿Qué tiene mi bebecito? Ay, pobrechito, está enfermito… mientras lo acaricia, lo soba, lo besa, lo revisa, le toca el abdomen, lo ausculta, revisa oídos, garganta, ojos, las patas, el pulso, las preguntas de rigor al amo, y la atención AAA para la mascota, sea un gato, un perro, un canario, una serpiente, un mico, un loro, etc.

Antes de entrar a la universidad manifiestan que servirán a la humanidad; cuando salen ya están transformados, no tienen la mentalidad humanitaria de antes, se acabó el humanismo, salen arrogantes, mezquinos y con el dogma de academia que no les permite ver más allá del horizonte de conocimientos. Su mente programada y secuestrada por el cartel químico farmacéutico.

Dos profesionales de la salud  en campos diferentes. Uno con humanismo trata a sus pacientes, las mascotas, y otro con un sistema inhumano de salud trata a los usuarios peor que a unos animales.

Solamente que seas amigo del profesional de la salud la situación cambia un poco.

José de Jesús Tejada Maury