Lo acontecido en la Universidad del Magdalena, donde unos estudiantes con enormes competencias y habilidades, bien preparados académicamente y excelentes alumnos ‘pilos’ suplantaron a unos aspirantes a medicina en el examen de admisión. ¿Dónde quedaron sus capacidades intelectuales?, a sabiendas de que el acto que iban a realizar es un fraude, lo cual desacredita la imagen, moral y valor del ser humano.
Comenzamos a tener valores cuando somos niños. Aprendemos a tener aprecio por las cosas que satisfacen nuestras necesidades básicas, pero valoramos especialmente a las personas que nos las proporcionan. Su comportamiento hacia nosotros se vuelve la principal referencia de lo que es valioso.
Por esta razón, nuestro carácter y personalidad se moldea con las actitudes y comportamientos de las personas que nos rodean, bien sea los padres u otros familiares. Sus conductas tienen el principal peso de lo que después se convierte en nuestros principios éticos y morales.
Los cuales se fortalecen en las instituciones educativas. Así que la consistencia y la coherencia en el comportamiento de nuestros padres es lo que le da solidez a nuestra formación en valores. Si ellos hacen lo que dicen nuestra personalidad será más fuerte que cuando ellos no practican lo que pregonan. ¿Dónde quedo el respeto, la responsabilidad, la honestidad y el amor al prójimo, la equidad, etcétera de estos alumnos que decidieron suplantar a los propios aspirantes, pero las presiones sociales y presiones de valores diferentes a los de ellos en donde los llevaron a cometer este fraude por unos cuantos pesos? Rompió la fortaleza de sus valores.
Es que en nuestro país no se está formando en valores sociales, parece que todo gira a conseguir el dinero fácil a costa de lo que sea. Estos alumnos fueron aprovechados y manipulados por la parte económica que le daban, por eso a diario en nuestro país se descubren ollas podridas de corrupción, fraude, chanchullos, etc.
Anuar Cortazar Caez
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