El Heraldo
Opinión

Cartas de los lectores

‘IN MEMORIAM’
Elegía a mi hermano

Imposible olvidarte, amado hermano Germán Alberto. Imposible no pronunciar tu primer apellido, precedido del adjetivo con el cual te conoció casi todo el mundo: ‘El Loco’ Mejía.

Y por qué no derramar una lágrima tras otra cada vez que me acuerde de tus ocurrencias emocionalmente inestables, a veces irreverentes, de la inagotable admiración hacia los idiomas extranjeros, a la lectura, a la música del Gran Combo de Puerto Rico, sobre todo esa salsa que dice: “Los zapatos de Manacho son de cartón, son de cartón, de cartón...”, al béisbol, deporte que practicabas con calidad en la posición de cátcher y, por supuesto, al poeta Gonzalo Arango, fundador del nadaísmo.

Hablar contigo, Germán Alberto, era una fiesta, por tus charlas llenas de gracejos y humanidad, de vivencia cotidiana. No me queda otra cosa que seguir indagando  en el piélago de los versos para lograr tus recuerdos de un presente que se volverá histórico en  la querencia de los días, como “cuando recibiste el título de bachiller en la primera promoción del Colegio Oriental de Santo Tomás, y la felicidad no cabía en tu propio cuerpo. Es que es muy duro y triste, un hermano sin su hermano.

Aunque nos despidiéramos de un todo, Germán, llevaremos tu nombre escrito en el alma porque la pasión fraternal no tiene límites para recordarles a propios y extraños lo mucho que tú valías y seguirás valiendo así los días devoren las horas con facilidad inusitada.

¡No tengas prisa, Germán Alberto, que numerosos serán los recuerdos de este eterno viaje que ahora emprendes, como aquel navío de sed por la palabra que venía de tinta en tinta a untarse el corazón en otros mares!

¡Gracias por existir, ‘Loco’ Mejía, no importa que la luna se envuelva en los bordes de la noche con sus silencios voraces y el tiempo para muchos quiera cicatrizar las heridas, aunque no se vea la ilusión cumplida! ¡Gracias por existir, hermano!

¡Until we meet again, brother! ¡Hasta la vista hermano!

Tito Mejía Sarmiento

RECUERDOS
Ritmos musicales

A finales de la década del 60, en esta ciudad estaban de moda dos agrupaciones musicales que se destacaron por sus ritmos guapachosos, significando con eso la música tropical. Tratándose para el caso de Ariza y su combo y Nelson Díaz y Duque Palomino. Así, el combo de Ariza contaba con un formato de saxofón, bajo, guitarras eléctricas y percusión. De la vocalización hicieron parte Víctor Salamanca y Gustavo Barros.

Entre los temas de Carlos Ariza merecen señalarse: El Escorpión, todo un emblema musical que trae gratos recuerdos en la voz de Víctor Salamanca. Existiendo para la época una caseta en Puerto Colombia con ese nombre y en donde el combo de Ariza compartía tarima con Pacho Galán, Aníbal Velázquez y La Protesta, con las voces de Johnny Arzuza  y Joe Arroyo.

Por su parte, Nelson Díaz y Duque Palomino sobresalieron con el tema Que me Coma el Tigre, de la autoría del barranquillero Eugenio García, grabado en ritmo de paseíto bajo la dirección de Duque Palomino y del saxofonista Nelson Díaz, vocalizando Gustavo Barros, dicho tema constituyó todo un éxito. Igualmente, Díaz y Palomino grabaron otros éxitos, como: Cañaveral -voz de Gustavo Barros-, Joselina, versión original de Alejandro Durán, Seis Chorreao, Chili y El Enamorado, también vocalizando Gustavo Barros.

En definitiva, tanto Ariza y su combo, como Nelson Díaz y Duque Palomino, aportaron de manera significativa a la música tropical colombiana y su música trascendió las fronteras nacionales.

Edgardo Enrique Salebe Morr

 

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