Carta al infectólogo Villanueva
Siguen insistiendo la entidades de salud pública en medir la progresión del COVID-19 con base en el número de casos positivos con la prueba serológica RT-PCR.
Asumiendo que algunos son pacientes potenciales contaminantes sin estar enfermos, es decir, portadores asintomáticos. Con ese indicador nos han mandado a cerrar fábricas, a dejar a miles de niños sin escuela y a no dejarnos salir de casa.
No han usado otros indicadores más objetivos como el número de cama en UCI con pacientes con neumonía ni tampoco los muertos con esta enfermedad pues no cuenta con los test suficientes y, es lo llamativo, se han dado cuenta que esta prueba no es fidedigna pues tiene baja sensibilidad (muchos falsos negativos posiblemente por defectos de fabricación o de embalaje) y poca especificidad (muchos falsos positivos en parte debido a que el coronavirus es un viejo colonizador del ser humano).
La biopsia pulmonar al fallecer, que sería la prueba de oro para saber si tuvo COVID-19, casi nunca se ha practicado en los centros hospitalarios por lo que es incierto decir que se han muerto de neumonía por COVID-19 o por otro tipo de patología. En resumen, no hay datos ciertos para tomar decisiones que afectan a tanta gente y que ha causado ya gran detrimento de la economía con mucho desempleo formal y dificultad para los informales. Las ayudas que brinda el gobierno para aliviar las necesidades son ridículas y temporales. La gente está en su mayoría desesperada excepto por los que no tienen dificultades económicas y por lo que se han aprovechado de esta situación para hacer negocios legales y también negociados.
Las autoridades Colombianas se dejaron llenar de pánico (provocado por imágenes macabras y fake news de otras ciudades, especialmente de Italia y de Nueva York) y transmitieron ese terror a los ciudadanos para que siguieran sus normas y se encerraran. El encierro por supuesto, fue la mejor medida para controlar una virosis respiratoria pero no la única y si la más costosa pues paralizo al país productivo.
Pero lo malo es que siguen insistiendo en que el virus sigue presente en gran escala y para ello se han agarrado del test PT-PCR como único indicador biológico con el agravante que demoran mucho en dar el resultado. Falta conocer cuánto dinero han costado estas pruebas y quienes las han vendido siendo que no han tenido la calidad que se necesitaba.
Tampoco hay un estudio reciente que demuestre que los positivos sean portadores asintomáticos (o al menos en qué proporción) ni cuanto es en realidad la carga viral que se requiere para uno enfermarse con neumonía. Pero suponiendo que las pruebas sean fidedignas y que el 4% de esos portadores terminen con neumonía en una UCI hospitalaria, ya el país tiene la capacidad de atenderlos en forma adecuada. Así pues, que el gobierno debe ajustarse el cinturón y abrir el encierro y las fronteras municipales, todo de una vez, pues de nada sirve abrir rutas si no hay pasajeros o fabricas si no hay buses. Estoy de acuerdo con el colega Villanueva-
Alvaro Jurado Nieto
juradoalvaro@hotmail.com
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