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Hace muchas décadas llegó a Barranquilla un muchacho de 14 años nacido en Tecuala, Nayarit, acompañado de sus padres, un marino colombiano de Buenaventura y una dama mexicana. Su nombre: Domingo Ramírez Robles. Habían partido en barco desde Mazatlán, puerto sobre el océano Pacífico, y llegaron a Santiago de Cuba por un desperfecto del barco, cuando el muchacho apenas tenía 10 años. La embarcación, ya reparada, lo dejó con sus padres después de haber esperado varias horas, por lo que a la familia no le quedó más recurso que quedarse en Cuba por cuatro años. Gracias a un cura catalán, este los acogió, los hospedó, lo matriculó en un colegio y le consiguió trabajo.

Corría el año de 1929 y, aprovechando que un buque partía de Santiago, se embarcó con destino a Cartagena, en una Colombia que se debatía en una guerra contra Perú. A los pocos meses viaja con sus padres a la capital de Atlántico. Con un amigo fundó el dueto Los trovadores malagueños, y es aquí donde aparece el radiodifusor Rafael Roncallo Villar, dueño de Emisoras Unidas, quien no solo lo apoya sino que lo bautiza con el nombre artístico de Valedor. Además Roncallo interviene para pedir en matrimonio a una cubana hija de un español. Con ella se casa y tiene varios hijos.

En Barranquilla, Valedor Ramírez fue muy amigo de Rafael Mejía y grabó con el conjunto de Juancho Esquivel (sello Atlantic). De Barranquilla se radicó en Medellín, debutando con las orquestas de La Voz de Antioquia y La Voz de Medellín. Además grabó con la 0rquesta de Lucho Bermúdez (sello Lyra). A sus 90 años la farándula antioqueña lo seguía admirando, siendo objeto de un homenaje que le hizo la Asamblea departamental de Antioquia. Desafortunadamente falleció dos años después, dejando un gran legado a la música colombiana.

José Portaccio Fontalvo