Lo dijo el fundador de Alcohólicos Anónimos en el año 1935. Yo llegué en el año 1985. Bill W. se llamaba el hombre que ayudó a más de 5.000 alcohólicos con la madre Ignacia. Eso es lo que Comesaña debe hacer con los jugadores de Junior, mandarlos a las reuniones de Alcohólicos Anónimos en la iglesia del Socorro, calle 68 con 46, allí hay un local arrendado con un grupo; en la Inmaculada y en la Torcoroma hay otro grupo. El alcoholismo es una enfermedad irreversible, cada día aumenta la obsesión y la compulsión, no tiene remedio, solo se puede detener por ‘Un solo día’: el enfermo repita: “por estas 24 horas no bebo, hoy no bebo”. Cuando avanzamos de 24 en 24 completamos 90 días, ya es tiempo de agarrarse de Dios o un poder superior a nosotros mismos. No le hablen de religión al alcohólico, háblale de un poder espiritual que sienta una experiencia espiritual, después llevamos a nuestros familiares a los grupos, para curarlos a ellos de la dependencia. Hay neuróticos anónimos, enfermos sexuales anónimos, nos parece que las mujeres en Barranquilla son pocas, hay obesos anónimos, nos morimos comiendo como cerdos, fumadores anónimos, es lo mismo, adiciones que contaba una señora, que el marido se murió de enfisema pulmonar y el hombre nunca fumó. El remedio es “hoy no fumo, hoy no bebo, por estas 24 horas”. En EEUU los que son alcohólicos tienen que llevar un comprobante de que asistieron a las reuniones. Señor Comesaña, mándelos a Alcohólicos Anónimos y nos ganamos el título. Somos campeones.

Pedro Rueda Vecino y
David Padilla Morales