El día 27 de diciembre se publicó en el periódico EL HERALDO, de la autoría del amigo periodista Rafael Castillo Vizcaíno, un artículo relacionado con nuestro excelente futbolista señor Fredy Montero. En el citado artículo aparece (aunque uno que otro adulto se concentra más en lanzarle reclamos de todo calibre al árbitro del partido, dándole mal ejemplo a los infantes).
En cuanto al artículo anterior, le aclaro al amigo periodista que la actuación de la terna arbitral del partido del día 26 fue el detonante que hizo explotar nuestra inconformidad por la forma tan descarada como se condujo dicho cotejo. El árbitro en mención validó como gol, una pelota que ingresó por un costado de la portería, a pesar de los reclamos de la inmensa asistencia. Eso desequilibró el partido que –en mi concepto– debió quedar uno a cero en favor de los chicos de la Escuela Barranquillera. Hace aproximadamente quince días, en un cotejo con el mismo equipo de la escuela del señor Montero, el partido se desarrollaba a favor de la Escuela Barranquillera dos goles por uno. Antes de finalizar el cotejo, el árbitro de turno metió la mano y a punta de faltas inexistentes, logró que los chicos del señor Montero igualaran el marcador a dos tantos. Esto produjo las inmediatas burlas de algunos de los familiares de los citados niños, contra los de la Escuela Barranquillera y contra nosotros sus padres y familiares. En el torneo, en varias ocasiones nos han puesto doce jugadores en los partidos, cuando los chicos de la Barranquillera alineaban nueve a duras penas. Nos incluyen jugadores de hasta doce años, para que jueguen contra nuestros niños con apenas ocho años.
Lamentamos que nuestros reclamos se produjeran en un tono bastante airado, pero contra estos caballeros no cabe otra forma de reclamo. Nunca hemos dado malos ejemplos a nuestros hijos ni a nadie, pero la actitud de estos árbitros sí que constituye un gran mal ejemplo. Lo que debe ser una fiesta deportiva se convierte en frustración y rabia por la forma antideportiva de algunos personajes del campeonato.
Ojalá el amigo periodista señor Rafael Castillo Vizcaíno tenga la oportunidad de conocernos mejor, en la seguridad que cambiara su forma de pensar en relación con nosotros. Tengo que, finalmente, felicitarlo por la excelente pluma con la que aparece escrito el reportaje en mención. Atentamente,
José Otero Camargo
C.c. 7401343 (abuelo de niño de la Barranquillera)