El Heraldo
El alcalde de Cartagena, Antonio Quinto Guerra, toma posesión ante la notaria segunda del Circuito, Eudenis Casas. Carlos Graterol
Bolívar

La galaxia de poder que rodea a Quinto Guerra

Un repaso a la movida política que se dio en Cartagena en torno a la postulación del exconcejal conservador, que al final recibió el respaldo de toda la clase política de esa ciudad para llegar a la Alcaldía.

Los celulares se mandaron a apagar en medio del almuerzo. Un menú cartagenero -posta negra, arroz con coco, patacón y ensalada- acompañó el mediodía del 8 de febrero de 2018 la reunión con la prensa donde el candidato del partido de la U y de la casa García, Andrés García Zuccardi, rompió el hielo y entonces comenzó a responder interrogantes sobre el futuro de la ciudad y la incertidumbre que se posaba tras la interinidad que no parecía conocer fin.

Aún no se convocaba a elecciones atípicas, pero en esa reunión el joven senador dejó ver el claro respaldo de su familia hacia una posible candidatura del conservador Antonio Quinto Guerra, quien hasta ese momento no tenía claro si aspirar o no, atendiendo lo que podía ser una posible inhabilidad.

El debate electoral para senado y cámara fue fundamental y se convirtió en la antesala para que la balanza se inclinara en favor de uno u otro candidato. Los problemas de la ciudad parecían pasar a un segundo plano y era necesario que los ‘astros’ se alinearan para que todo tuviera un rumbo normal en estas elecciones atípicas de las que solo se supo la fecha el 28 de febrero, cuando el ministro del Interior, Guillermo Rivera, hizo el anuncio oficial. Serían entonces el 6 de mayo y no el 15 de abril como se había señalado inicialmente.

Seis días antes del anuncio del ministro, un grupo de empresarios locales, encabezado por Rodolfo Segovia Salas, Alberto Araujo Merlano (QEPD), Reynaldo Martínez Emiliani, Héctor Trujillo Vélez y Rafael Pérez Martínez manifestaron en una carta pública que lideraba un gran acuerdo cívico-social-empresarial-ciudadano y político, de cara a la elección inmediata de alcalde para un periodo atípico en la ciudad.

“Creemos que usted puede dirigir un gobierno de grandes consensos, un gobierno incluyente, un gobierno que no llegue a improvisar ni a dividirnos más como sociedad, un gobierno que combata la corrupción”, expresaron en su momento los empresarios.

Los respaldos y apoyos, pese a los cuestionamientos, continuaban llegando. El 27 de marzo la cita fue en un reconocido hotel de la ciudad. Los representantes a la Cámara de Bolívar Karen Cure y Hernando Padauí, de Cambio Radical, organizaron un evento para respaldar la candidatura de Quinto Guerra.

En círculos políticos aseguraron en ese momento que detrás de Karen Cure llegó el respaldo económico de la exempresaria del chance, Enilce López. A estos apoyos se sumaron entonces los del excongresista condenado por parapolítica William Montes, quien aún mantiene su curul en el Congreso con Emeterio Montes.

Innumerables fueron las llamadas del clan Blel a la campaña de Quinto Guerra. Vicente Blel, quien fue condenado por parapolítica en 2010, decidió junto con su hija Nadia respaldar los intereses de Quinto Guerra a la alcaldía junto con Yamilito Arana.

En este panorama de respaldos y apoyos no podían quedarse por fuera los liberales Silvio Carrasquilla y Lidio García, quienes anunciaron su apoyo el 20 de marzo, en una rueda de prensa. Lidio García se convirtió el pasado 11 de marzo en el mayor elector liberal en el país con más de 117.000 votos, de los cuales 18.000 los obtuvo en Cartagena.

Y finalmente, el Centro Democrático anunció desde la dirección de Bolívar el respaldo a la campaña, pero a las directivas en Bogotá no les gustó la decisión y quisieron desmarcarse de Guerra, por lo que dejaron al general Gabriel Ernesto Arango Bacci y al excandidato al concejo por ese partido, Luis Guillermo ‘El Mello’ Otoya Gerdt, respaldándolo de manera independiente, pero usando el nombre del Centro Democrático.

El respaldo para Guerra del grupo uribista en Cartagena no fue bien visto en Bogotá ante una campaña que venía siendo muy cuestionada. Cortesía

Un camino expedito

Con un camino expedito para la aspiración lo único que se debía dejar atrás era el fantasma de la inhabilidad que rondaba al candidato. Al comienzo del debate la incertidumbre hizo parte de este proceso en el que el excabildante del partido Conservador, nacido en Mahates, no tomaba la decisión pese a contar con respaldos claros y decididos.

Muy a pesar de que él ha insistido en que “cesó la horrible noche”, el espectro continúa paseándose por los bajos del Palacio de La Aduana encarnado en la Procuraduría General de la Nación, que a pocas horas de concluido el escrutinio, anunció que instaurará una acción de nulidad electoral.

De hecho, la PGN anunció que pedirá a la autoridad contenciosa que declare la nulidad electoral y mientras decida de fondo, se ordene la suspensión provisional del alcalde Quinto Varela. Un panorama que pareciera repetirse una y quién sabe cuántas veces más. La interinidad parece ser parte de la vida político–administrativa de Cartagena.

El exconcejal cuenta hoy con todo el respaldo de la clase política tradicional cartagenera. Conservadores, uribistas, Cambio Radical, La U y hasta liberales. Muy seguramente estos apoyos le sirvieron a Quinto Guerra para superar algunos impases que se le presentaron con el Consejo Nacional Electoral y que la balanza se inclinara en su favor.

Según la ley electoral, ningún candidato puede contratar con el Estado en el año inmediatamente anterior a las elecciones. Con la Gobernación de Bolívar Guerra firmó un contrato en marzo de 2017, y aunque no fue en el año anterior a las votaciones, la ejecución y la finalización del mismo se dio en diciembre de 2017.

El pasado 27 de abril, el Consejo Nacional Electoral dejó en firme la candidatura de Quinto Guerra con una votación 6 – 2 a su favor, después de que la Procuraduría pidiera anular su inscripción.

El viceprocurador Juan Carlos Cortés interpuso después un recurso para solicitarle al CNE revisar el veredicto, pues según el Ministerio Público, Guerra firmó un otrosí con el Ministerio de Vivienda el 30 de octubre del año pasado para “brindar apoyo jurídico en la gestión, estructuración e implementación de esquemas de aseguramiento de la prestación de servicios públicos de Agua potable y saneamiento básico en el departamento de Bolívar”.

Tras su posesión el pasado viernes, Quinto Guerra tendrá 18 meses para enrumbar la ciudad e intentar encontrar una salida al laberinto administrativo en el que se encuentra. Los proyectos están listos para la ciudad y los recursos comprometidos para proyectos como el Plan de Drenajes Pluviales por más de 150 mil millones; la Protección Costera por 100 mil millones; la construcción de un canal de 2 kilómetros en la Bahía de Cartagena por USD $ 90 millones.

Una multitudinaria posesión se registró el pasado viernes. Momento del discurso del alcalde electo, Quinto Guerra.

Mucho apoyo y pocos votos

Pese a los respaldos definidos en favor de Quinto, estos no se vieron traducidos en las urnas. La apatía de los electores se reflejó en que solo 169.835 ciudadanos votaron, de los 749.593 habilitados para hacerlo, lo que evidenció entonces una participación de 22,65% y una abstención que llegó a 77,35%, una de las más altas en la historia electoral reciente del país. Ante estos planteamientos y al ser cuestionado por los periodistas en torno a la abstención el alcalde electo respondió de moto grotesco: “Yo que voy a saber quién votó por mí, yo no tengo la capacidad de ser brujo”.

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