Viaje por la S1, la ruta que mueve el 60% de los usuarios del Transmetro
Durante el recorrido de una de las rutas más usadas, desde la estación Joe Arroyo al Portal de Soledad, algunos leen, oyen música, ven series, duermen y hasta planifican su fin de semana.
Unas 80 personas esperan el articulado S1 en la estación Joe Arroyo de Transmetro. Son las 2:45 de la tarde y los usuarios se encuentran ordenados en cuatro filas. El bus se acerca a la parada y la muchedumbre se agrupa en las zonas donde se abrirán las puertas. La formación se rompe.
La aplicación de predicción meteorológica del celular indica que la temperatura en Barranquilla es de 32 grados centígrados, la humedad de 71% y la velocidad del viento es de 11 km/h. Por esta razón la mayoría de las personas se abanican con cualquier objeto que tienen en las manos.
Es viernes, y los acordes de una salsa que suenan en un local en las afueras de la estación, hacen mover los pies y pone a tararear a más de uno.
Comienza así un viaje más de la ruta S1 de Transmetro, una de las más utilizadas del sistema, que conduce de Joe Arroyo a Soledad y que en sentido contrario (Soledad-Joe Arroyo) se denomina R1. Se estima que el 60% de los usuarios utilizan cada día este trayecto, tal vez el más largo del sistema. (Leer recuadro)
El articulado TM 11055 abre sus puertas. El bus se tambalea de lado a lado por el peso de los pasajeros que se suben de prisa para poder ocupar un asiento, varios se quedan de pie y el vehículo arranca. Son las 2:50 p.m.
En el segundo tramo del articulado, en el puesto 5 hacia la derecha, se sienta una mujer vestida con un uniforme blanco. Es enfermera. Coloca su bolso sobre las piernas, saca un rosario y un folleto que dice: ‘Novena a la virgen de Las Mercedes’, se persigna e inicia su ritual.
Justo al lado de la mujer se sienta un hombre, pone su bolso sobre las piernas, saca el celular, conecta el cable de unos audífono y los auriculares se los lleva a los oídos. Acto seguido apoya la cabeza en el bolso. El bus llega a la estación Catedral a las 3:02 p.m. Acá se bajan siete personas, pero se suben muchas más y el vehículo comienza a ‘tomar’ vida.
Una planificación
Una señora que va sentada en la última fila del articulado, justo en la mitad, identifica al equipo de EL HERALDO. “Deberían subirse a tomar fotos a las 6 de la tarde para que vean la falta de educación en las personas a esa hora. Esto que ven a esta hora es decente”, expresa.
La enfermera avanza sus dedos sobre las cuentas, sus ojos están cerrados y sus labios en constante movimiento. Su compañero de al lado comienza a moverse con el tambaleo del bus.
-“Se durmió”, dice una mujer que va detrás del hombre de los audífonos.
-“Se puede es caer”, le responde otra mujer que va diagonal.
El bus toma la calle Murillo. Un grupo de escolares que van de pie, planifican su fin de semana.
“Yo creo que voy al cumpleaños de Marcela”, dice una de las estudiantes, quien detalla que ya tiene el regalo. “Yo le compré una blusa que vimos el otro día por la 72. Ya mi mamá me dio permiso”, sentencia.
Dentro del grupo, otras dos adolescentes indican que irán a la playa y visitarán a sus abuelos. El bus llega a La Arenosa.
En está estación se suben muchas personas y el paso a lo largo del articulado queda interrumpido.
En la última fila izquierda, del primer tramo del articulado, un hombre ve en su teléfono una serie. Levanta el celular hacia la altura de la cara y revela lo que lo lleva entretenido. Es uno de los capítulos de la serie The Crown, una historia que narra la vida de la reina Isabel II de los años 40 a los tiempos modernos.
Los lectores y el calor
Al lado del hombre que ve la serie está sentado otro de mayor edad. Sobre sus manos lleva un libro de carátula verde, pero no da pistas sobre el contenido del libro, delante de él un joven va de pie ojeando también un libro.
Así transcurre el viaje. El articulado se moviliza por las estaciones Chiquinquirá y Atlántico, pasajeros bajan y otra gran cantidad sube.
El bus ha perdido la frescura del aire acondicionado y el sol, que pega con fuerza sobre la parte derecha del vehículo, comienza a calentar el vidrio y provoca que las personas sentadas a lo largo de esta zona tomen medidas para protegerse.
Una mujer saca una hoja de periódico y se cubre la cara y el brazo izquierdo. “Con suerte hoy me logré sentar. Las veces anteriores camino hasta el ‘acordeón’ y allí me recuesto”, comenta.
Precisamente en esta zona del articulado un hombre va dormido de una forma peculiar. Lleva los dos brazos estirados sujetados de los dos tubos que funcionan como agarradera.
“Ese va como crucificado”, le comenta en tono jocoso una mujer que va de pie a otra que, al parecer, es su amiga.
“El pobre con este calor no pensará en más nada”, le responde también con una sonrisa, pero el bus frena de forma abrupta, lo que interrumpe el sueño del pasajero.
El recorrido llega a las 3:20 p.m. a la estación La Ocho. Aquí son más los pasajeros que descienden y menos los que se suben.
Una estudiante de la Universidad Simón Bolívar (la identifica su uniforme), revisa su celular con gran habilidad. Su dedo pulgar abre la aplicación del Facebook, revisa la línea del tiempo en las historias de su red, sale y revisa el Instagram y se dispone a responder un WhatsApp.
Se montan los vendedores
Precisamente el hecho de que el articulado haya quedado más vacío permite la subida de los primeros vendedores.
“Una Barranquilla linda y bella que me regale las buenas tardes”, saluda el vendedor y continúa. “Sé que esto es incómodo, pero es la única forma que tengo para sobrevivir acá, ya que soy venezolano y llevo acá varios meses. Con este trabajo también ayudo a mi familia que está en el estado Zulia”, explica el vendedor.
Una vez dada la introducción, el vendedor pasa puesto por puesto y entrega a los pasajeros “un rico majar”, que no es más que un bocadillo cuyo centro está compuesto por dulce de leche por un costo es de 500 pesos.
Una mujer compra tres bocadillos y le da uno a su compañera.
En la misma estación se subió un joven que amenizaba la parte delantera del articulado. “Dale siempre las gracias a Dios por lo que tienes, valora lo que la vida te da, hoy estamos aquí mañana no lo sabemos”, es lo que se logra escuchar tras finalizar un improvisado cántico y solicita a los usuarios: “Damas y caballeros apóyenme con un aplauso”.
La enfermera termina la novena, guarda el rosario y el folleto, mientras que el joven de los audífonos se despierta con cara de extrañado.
“Casi se cae cuando el bus dio la vuelta en el Banco de la República, se durmió muy rápido”, le dice la enfermera a su compañero, quien solo le responde con una sonrisa.
A las 3:20 el articulado llega a la estación Joaquín Barrios Polo, donde la mayoría de los pasajeros descienden del bus y el clima fresco va llenando de nuevo los espacios. Una señora coloca la cartera en el puesto de al lado que se desocupó, mientras un adolescente estira sus piernas y sus brazos.
El bus entra al Portal de Soledad a las 3:30 p.m. Las puertas se abren y el ‘camino’ de personas de ramifica. Un hombre con varias bolsas corre para subir en un alimentado, otro pega un silbido a un mototaxista que está en las afueras; mientras que una señora con un niño en brazos sale de la estación y se sube a un motocarro.
145.000 usuarios
El Sistema Integrado de Transporte Masivo de Barranquilla, Transmetro, en la actualidad moviliza en promedio al día 145.000 personas, a través de un servicio que cuenta con 246 buses programados para la operación, de los cuales 75 son articulados, 79 son padrones y 92 busetones.
Además utiliza 6 rutas troncales en las 15 estaciones, los 7 días de la semana, desde el Portal de Soledad hasta el Joe Arroyo y viceversa; desde el Joe Arroyo-Barranquillita-Joe Arroyo; y Barranquillita-Portal de Soledad-Barranquillita.
Además, de lunes a viernes habilita unas rutas troncales expresas. R10, S10, R40, S40, B10 y S20. El servicio además cuenta con los servicios de 27 rutas alimentadoras que cubren el área metropolitana de Barranquilla.
Esta ruta, según su trayecto origen-destino, es la ruta troncal que más moviliza usuarios. Tanto como R1, que es de Soledad a Joe Arroyo, como cuando esa ruta se convierte en S1, que es en sentido contrario.
El municipio de Soledad es el principal cliente, teniendo en cuenta que el 60% del total de los usuarios residen en el municipio.