Transmetro suspendería operaciones desde el 15 de julio por falta de recursos
Los operadores aseguran que los ingresos no logran cubrir los gastos de operación.
El fantasma de la parálisis vuelve a rondar a Transmetro. Debido a la aguda crisis financiera que sufre el Sistema de Transporte Masivo a causa de la cuarentena por la COVID-19, los operadores anunciaron que el servicio sería suspendido de forma indefinida desde el próximo 15 de julio.
A través de una carta dirigida al alcalde Jaime Pumarejo, los gerentes de Unión Temporal Sistur, Grupo Empresarial Metrocaribe y Recaudos SIT Barranquilla expusieron que entre los meses de abril y junio han tenido ingresos por el orden de $9.341 millones, los cuales no han sido suficientes para cubrir los gastos de operación, que ascienden a $21.815 millones.
En el documento, los operadores explicaron que $4.981 millones son producto de la tarifa que pagan los usuarios, mientras que $2.360 millones han provenido de fondos del sistema y otros $2.000 millones de un crédito gestionado por la Alcaldía Distrital.
“Los recursos adicionales gestionados por su despacho han sido útiles para abonar a facturas más antiguas de las deudas de combustible, pago de nómina, repuestos y demás. Sin embargo, nuestros proveedores decidieron bloquear el despacho de repuestos e insumos importantes para la operación”, explicaron los tres operadores.
En la misiva, que se conoce en medio del décimo aniversario de operación comercial de Transmetro, también explicaron que han realizado “esfuerzos y gestiones” ante distintas entidades para así “mantener la operación con la calidad que nos ha caracterizado”.
“A pesar de la manifiesta voluntad de encontrar soluciones de parte de nuestros interlocutores, hasta la fecha estas no se han concretado. Estamos muy preocupados por el ahora, en lo qué haremos para finalizar este mes con la disponibilidad de recursos para operar”, sostuvieron los operadores.
De conjurarse la suspensión, se afectaría a 35 mil usuarios que a diario se movilizan en este servicio y a más de 1.000 familias que dependen directamente del trabajo en las empresas concesionarias.
“Son diez años que no han sido color de rosa, en los que nuestros inversionistas han puesto incluso en riesgo sus propias empresas, para continuar ofreciendo el servicio a todos los barranquilleros y su área metropolitana”, puntualizaron los operadores.
