El Heraldo
Una hicotea es sostenida por una persona con guantes especiales para evitar la mordedura del animal. Hansel Vásquez
Barranquilla

Tráfico y comercio ilegal, el ‘viacrucis’ de los animales en Semana Santa

Autoridades ambientales del Distrito y el Departamento dicen que la venta de fauna silvestre ha disminuido.

Durante la Semana Santa las hicoteas y las iguanas viven su propio ‘viacrucis’. El consumo de carne y huevos de estas especies se ha convertido, con el paso de los años para esta temporada, en el plato “predilecto” para muchos hogares, sobre todo los de la región Caribe.

El tráfico y comercio ilegal de fauna silvestre es una problemática de la que no escapan Barranquilla y el departamento del Atlántico. 

En una visita realizada de manera incógnita en el Mercado de Granos en el Centro de Barranquilla, el equipo periodístico de esta casa editorial logró constatar que aún se sigue comercializando estas especies pero de forma discreta.

Por ser esta una práctica ilegal, los captores y vendedores de estos animales y sus huevos se cuidan de ser sorprendidos por las autoridades y de una manera sagaz logran ofrecer “el producto” y realizar así una venta “exitosa”.

Los animales no están a la vista de todos, se encuentran ocultos en algún lugar de esta zona, igualmente los huevos de iguana, solo son mostrados cuando ya la venta está pactada. Otra forma de comercialización es por encargo.

El tema se habla muy bajo y de forma sutil, hasta se establecen códigos en la comunicación donde están vetadas las palabras ‘hicoteas’ y ‘huevos de iguana’, que en reemplazo de estas deben ser utilizados los términos ‘mascotas’ y ‘productos’, a fin de no ser descubiertos.

El valor de las hicoteas varía de acuerdo a su tamaño, las grandes y con huevos se consiguen a $35.000 y $40.000. Las de tamaño un poco más pequeño están a $20.000. Por su parte, los huevos de iguana, la ‘vara’ de 50 unidades cuesta $25.000. 

Sin embargo, según las autoridades ambientales del Distrito y el Departamento, esta práctica de comercio ilegal ha disminuido considerablemente con respecto a años anteriores.

La reducción se debe —según las autoridades— a las campañas de prevención, sensibilización y de educación ambiental a la comunidad en eventos desarrollados en instituciones educativas, plazas públicas y en los diferentes municipios del Atlántico.

Un policía y el veterinario de Barranquilla Verde incautan huevos de iguana en el sur de la ciudad.

Incautación

De acuerdo con el comandante de la Policía Ambiental Metropolitana de Barranquilla, Ever González, en la ciudad se redujo notoriamente el tráfico y comercialización de estos animales. Aseguró que disminuyó más de un 70% el número de incautación en 2017 con respecto al 2016 para la misma fecha. 

Según reportes entregados, en 2016 se incautaron 300 hicoteas y 1.000 huevos de iguana. Para 2017, 37 hicoteas y 382 huevos de iguana. Es decir, que hubo una reducción del 87,6% y del 61,8%, respectivamente.

“Venimos trabajando desde inicio del trimestre, se ha hecho énfasis, se magnifica el delito y esta vez ganó la prevención. Hemos creado una cultura nueva en Barranquilla y se ha evitado el delito al máximo”, sostuvo el Comandante de la Mebar Ambiental.

Años anteriores —relató—se observaba en las calles, en restaurantes y sitios abiertos al público el comercio y el consumo de tortuga, ahora debe ser por encargo y eso porque, según el oficial, los traficantes de estas especies se percatan de cómo hacerlo. “Públicamente en los sitios de expendio de comidas, en donde antes era fácil encontrarse con 20 tortugas o en el Mercado en donde llegaron a incautarse hasta 100 tortugas, ya no se ve el comercio de estos animales porque se aplicaron los controles previos y la prevención ganó”, recalcó.

Por su parte, Joe García, biólogo de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA), indicó que los decomisos de estas especies en el Departamento han disminuido.

Esto se debe, según García, a dos variables. Uno es que posiblemente hayan cambiado el modus operandi de cómo hacer el tráfico de especies o dos por los controles que ha ejercido las autoridades y la gente haya tomado conciencia de lo importante que es proteger estos animales.

“En el caso de la hicotea antes la comercializaban viva, hoy día los decomisos que se hacen son animales que vienen ya sacrificados en cavas con hielo y provienen de otros departamentos del país”, contó el biólogo.

Según cifras de la CRA, en el Atlántico en lo corrido de 2018 la entidad ha decomisado 12 hicoteas (muertas) y 78 huevos de iguana.

Andrés Polo, veterinario de EPA Barranquilla Verde, sostuvo que la disposición final de los huevos de iguana que son decomisados se procede a incinerarlos como lo establece la norma.

“Hay unos protocolos que establece el Ministerio de Ambiente y es que los productos y subproductos sean inutilizados, a menos que tengan una importancia para su destinación. En estos casos son incinerados, así lo contempla el artículo 2064 de2010 del Minambiente”, explicó.

La Policía Ambiental Mebar en un operativo en restaurantes ubicados por la Intendencia Fluvial.

Pedagogía

Sara Rodríguez, directora de la Establecimiento Público Ambiental (Epa) Barranquilla Verde, manifestó que es cierto que para esta época de la Semana Mayor en la ciudad aumenta el tráfico y consumo de estas especies como una costumbre generalizada en la Costa Caribe.

En tal sentido, sostuvo que la entidad viene trabajando en campañas de pedagogía para evitar que se siga causando daño a estos animales. “La idea es tratar de preservar estas especies y concientizar a los ciudadanos que estos animales tienen su hábitat propio y cumplen una función importante en el ecosistema”, dijo Rodríguez.

Barranquilla Verde con la campaña ‘Las iguanas también sienten’, en donde muestran a través de flyers una imagen que refleja la tortura que padecen las iguanas cuando les extraen sus huevos, ha sensibilizado a estudiantes de 38 instituciones educativas del Distrito.

Entre tanto en el Atlántico, según Joe García, biólogo de la CRA, con campañas de educación ambiental se ha llegado a las diferentes comunidades del Departamento en donde se resalta la importancia de conservar estas especies en el ecosistema.

Asimismo, con la Policía Ambiental y de los municipios se dictan capacitaciones para fortalecer el control y la vigilancia en estas zonas y en los diferentes peajes del Atlántico por donde se trafican los animales silvestres.

Los profesionales de las entidades y autoridades  ambientales en Barranquilla y Atlántico, coinciden en que las campañas de pedagogía en todo el territorio han surtido un efecto positivo y se ha logrado, en gran medida, cambiar el ‘chip’ de las personas sobre esta práctica ilegal de tráfico y comercio de especies.

Lo que dice la ley

Artículo 328 del Código Penal. Ilícito aprovechamiento de los recursos naturales renovables: El que con incumplimiento de la normatividad existente se apropie, introduzca, explote, transporte, mantenga, trafique, comercie, explore, aproveche o se beneficie de los especímenes, productos o partes de los recursos fáunicos, forestales, florísticos, hidrobiológicos, biológicos o genéticas de la biodiversidad colombiana, incurrirá en prisión de 48 a 108 meses y multe hasta 35.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes. La pena se aumentará de una tercera parte a la mitad, cuando las especies estén categorizadas como amenazadas, en riesgo de extinción o de carácter migratorio, raras o endémicas del territorio colombiano. 

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