Suroriente, una localidad llena de historia y deporte
En un recorrido por sus barrios, EL HERALDO conoció el impacto de algunos proyectos. Inseguridad y tarifas de servicios públicos, problemáticas que aquejan a la comunidad.
En las calles del Suroriente de Barranquilla se respira y se vive la pasión por el fútbol, el béisbol, el BMX y el rugby. Esas son algunas de las disciplinas deportivas que han ido abriéndose campo en este sector de la ciudad con la habilitación de varios escenarios deportivos, que han posibilitado dinamizar un proceso de transformación social que ya empieza a dar frutos.
A través del deporte, muchos habitantes de esta zona de la ciudad le han apostado a dejar atrás estereotipos de violencia y delincuencia, así como a “sacar pecho” de la historia que ha rodeado a míticos escenarios como el estadio Moderno.
“Los escenarios deportivos se han ido transformando de forma paulatina. Lo que vemos hoy es algo muy distinto y beneficioso para la comunidad”, sostuvo Rafael de León Pacheco, líder del club Academia de Rebolo, un grupo deportivo que se ha convertido en un “segundo hogar” para decenas de niños y jóvenes de esta zona de la ciudad.
Para este hombre, contar con estos espacios le ha “facilitado” el trabajo formativo que adelantan: “El principal objetivo es alejarlos de las drogas, de la delincuencia y que tengan disciplina, para avanzar en sus estudios. Es un legado para su vida”.
Una apreciación similar hizo María Niebles, quien desde hace 32 años es vecina de la cancha de fútbol y el estadio de béisbol del barrio La Victoria.
“Ha tenido un gran efecto en la comunidad. Antes los niños no podían practicar ni jugar bien, porque el entorno no era el mejor. Hay veces que no se quiere salir de la cancha o del estadio, porque se sienten motivados para practicar deportes”, destacó.
Rafael Iriarte, miembro de la asociación de padres de un club infantil de béisbol, destacó que la práctica de este deporte se ha vuelto a “masificar” debido a que cuentan con espacios renovados para tal fin, así como por la incorporación de menores migrantes con gran fervor por la pelota caliente.
“En la familia del béisbol hemos podido observar un renacer de esta disciplina. La población migrante ama este deporte y ha impulsado su práctica. Vemos con mucho positivismo y esperanza que se estén realizando adecuaciones de los escenarios deportivos de la localidad”, indicó el hombre desde las gradas del estadio ubicado en el mencionado barrio.

En el polideportivo ubicado en el “corazón” del barrio La Magdalena los jóvenes y niños pueden practicar disciplinas como fútbol, béisbol, baloncesto y boxeo. Aunque las distintas canchas no se encuentran en las mejores condiciones, esta situación pasa a segundo plano cuando se trata de darle rienda suelta a su pasión.
A diario, sin importar la hora o las condiciones meteorológicas, cada uno de estos espacios es utilizado por decenas de niños y jóvenes para la práctica de dichos deportes. Tampoco es extraño observar a adultos y personas de la tercera edad realizando ejercicios o simplemente deleitándose con las gambetas o un uppercut, propios del derroche de talento y disciplina que se vive en este lugar.
“En este escenario deportivo donde muchas personas se están beneficiando, a pesar de estar en malas condiciones. Si estuviera remodelado, el impacto sería mayor. Muchas más personas estarían haciendo deporte en este sector”, sostuvo el edil Anthony De Ávila.
En su concepto, recuperar el polideportivo ayudará a fortalecer la vocación deportiva de la localidad Suroriente, que es la ‘cuna’ de figuras como Iván René Valenciano y Teófilo Gutiérrez, entre otras glorias del balompié local.
“Con la intervención de estos escenarios también se fortalece la educación de los niños que viven en nuestra localidad. Son muchos los barrios que son potencias en el deporte y sin duda se podrá fortalecer. Con este escenario también se pueden fortalecer otros deportes que no tienen tanta fuerza en la ciudad como el boxeo y el béisbol”, dijo De Ávila.
Una petición similar hacen los habitantes del barrio La Luz, donde la única cancha de fútbol no se encuentra en las mejores condiciones, a pesar de haber sido sometida a un proceso de recuperación por parte de las autoridades distritales.

“La Luz es un sector muy estigmatizado, pero se ha venido cambiando ese pensamiento. Nosotros solo tenemos este escenario deportivo y tiene algunas falencias. Sin embargo, no podemos negar que los niños y jóvenes cuentan con un espacio para su recreación y poderlos alejar de la delincuencia”, indicó Oscar Padilla, un líder de este sector desde hace más de 50 años.
Puso de presente que muchos jóvenes han optado por trasladarse a otros barrios para usar escenarios deportivos en mejor estado, pero en algunas oportunidades se han presentado enfrentamientos con otros grupos.
“Necesitamos que se intervenga y poder mejorar su estado, para así evitar ese tipo de situaciones”, expuso.

La pavimentación de vías, habilitación de nuevos espacios para atención de salud y el mejoramiento de colegios son otras de los proyectos que –de acuerdo con la comunidad– han permitido que el Suroriente tenga una “nueva cara”.
Tan solo en esta localidad, el Distrito ha intervenido más de 40 parques, lo que ha devuelto áreas para el sano esparcimiento, así como para ejercitarse y divertirse. También ha adelantado las obras de canalización de los arroyos de la carrera 21 y Hospital.
Rosa Hernández, una vecina del barrio La Luz, sostuvo que la recuperación de la malla vial es un “anhelo” que se está volviendo realidad.
“Nosotros llegamos al barrio cuando no había nada. Nosotros teníamos que caminar por puentes de madera para no tener contacto con un arroyo que llegaba hasta el caño. Ahora que están pavimentando, nuestras casas se van a valorar y se va a mejorar nuestra calidad de vida”, recordó la mujer, quien junto a sus vecinos conformó el comité ‘Juntos Podemos’ para impulsar las obras de pavimentación.
Es por eso que, para los habitantes de la localidad Suroriente, el trabajo en equipo se ha convertido en el principal catalizador para impulsar el desarrollo de sus barrios.

En las cuadras del barrio Rebolo se respira Carnaval. En este territorio, considerado uno de los primeros barrios de la ciudad, tuvieron origen varias de las manifestaciones culturales que han engrandecido a la principal fiesta de nuestro país.
A pesar de su gran aporte a la capital del Atlántico, sus habitantes se sienten sumidos en “el olvido”. En su concepción, son muchas de las “necesidades” que no han sido resueltas durante los últimos años, mientras que otras zonas de la ciudad “avanzan a pasos agigantados”.
“El barrio se ha quedado estancado en el tiempo. Nosotros no tenemos un CDI, ni una casa de cultura. Tampoco contamos con un parque para que los niños se diviertan. Incluso, no tenemos ni una iglesia para que las personas se puedan congregar”, dijo Adalberto Utria, un rebolero “raizal” que durante varios años se ha dedicado a visibilizar las problemáticas que aquejan a la comunidad.

Indicó, además, que una de las pocas inversiones que se ha hecho en la zona corresponde a la canalización del arroyo Hospital, un proyecto que ha tenido un “sinnúmero de inconvenientes” y ha generado “inconformismo entre la comunidad”.
Para Juan Carlos Mosquera, otro “rebolero de pura cepa”, la principal preocupación que tienen es la creciente inseguridad.
“Hay mucha incertidumbre. La Policía nos hace acompañamiento durante gran parte del día para garantizar la seguridad”, dijo el hombre, quien vive en este sector desde hace más de 30 años.
Indicó que las líneas invisibles siguen siendo una problemática que impacta –de forma negativa– en su calidad de vida: “Queremos que instalen un CAI móvil, para que la comunidad pueda vivir sabroso”.
Por su parte, Shakira Zambrano, otra residente de la zona, expuso que “la principal petición es que haya más presencia de la Policía. A cualquier momento se pueden presentar enfrentamientos y eso atenta contra nuestra tranquilidad”.
Ante este panorama, los habitantes de este populoso barrio hicieron un llamado a las autoridades locales para que se “voltee la mirada” y se adelanten proyectos que permitan impulsar su desarrollo y así “saldar” una “deuda histórica” con los reboleros.

La localidad Suroriente está conformada por 37 barrios, en los cuales se encuentran ubicados distintos sitios de relevancia histórica y cultural.
Uno de ellos es el Monumento a la Aviación, ubicado en el barrio Simón Bolívar. Este es una réplica del avión que Knox Martín piloteó en el año 1919, cuando voló de Barranquilla a Puerto Colombia en un biplano modelo Curtiss, junto con el copiloto colombiano Mario Santodomingo.
En esta zona también están ubicados el antiguo y nuevo puente Pumarejo, que se han consolidado como obras icónicas de la infraestructura en nuestro país. Estas estructuras han permitido la conexión de la ciudad con el departamento del Magdalena y el resto del país.

Otro de los puntos de gran interés es el Jardín Botánico del barrio La Victoria, una reserva forestal que tiene una extensión de 54.833 metros cuadrados, de los cuales 32.472 metros cuadrados son de zona verde. Se encuentra ubicada en las calles 44 y 40B con la carrera 13C y la calle 45.
De acuerdo con el Distrito, el parque Jardín Botánico alberga una “extensa variedad de especies vegetales de gran altura”, ubicadas la mayoría al interior del cauce del arroyo de 850 metros lineales y otras en ambas márgenes de los taludes, con 817 árboles de especies como roble morado, mamón, bonga, almendro y matarratón.
La localidad también cuenta con parques de gran relevancia, tales como el Ernesto McCausland (La Chinita), Almendra (San Roque), Domingo Marino (Bellarena), Las Nieves, Boyacá, Salcedo, Bellarena, Moderno y La Gloria, entre otros.
En esta zona también se encuentran ubicados un sinnúmero de almacenes comerciales y tiendas de cadena, así como los centros comerciales Panorama y Parque Allegra. Además cuenta con una variada oferta de bares, discotecas y restaurantes a lo largo de la carrera 8, considerada como una de las ‘zonas rosas’ de la ciudad.

La alta tarifa de los servicios públicos es otro de los “flagelos que azotan” a los habitantes de la localidad Suroriente de Barranquilla.
Luis Alejandro Santander, habitante del barrio La Unión, sostuvo que durante los últimos meses se ha presentado un “incremento insostenible” en el costo de la factura del servicio de energía eléctrica.
“En Bogotá, las tarifas de energía son más baratas y ellos no tienen que usar abanicos o aires acondicionados por el calor, para tener un mínimo de calidad de vida”, sostuvo el hombre, quien es miembro de la Veeduría Ciudadana Acción Vital.
Indicó, además, que se han hecho varios llamados a las autoridades para que se revise la situación, sin obtener respuesta alguna.