El Heraldo
Un grupo de personas caminan por la esquina de la iglesia de San Roque, en el centro de la ciudad. Tres Jhonny Olivares
Barranquilla

¿Quién frena la indisciplina social en tiempos de cuarentena?

Secretaría de Control Urbano ha hecho campañas pedagógicas a vendedores informales y ha entregado más de 4.687 auxilios. Se han impuesto más de 17.000 comparendos. 

A una semana de que finalice la segunda fase del aislamiento preventivo obligatorio decretada por el Gobierno nacional (la medianoche del domingo 26 de abril), la cantidad de ciudadanos en las calles, incumpliendo la cuarentena, ha ido en aumento en los últimos días.

Así lo pudo evidenciar EL HERALDO durante un recorrido que realizó por varias zonas de Barranquilla y su área metropolitana, donde el incremento de personas en las calles y en el servicio de transporte público era mayor al identificado los primeros días del inicio de la cuarentena.

En supermercados y compra-ventas, varias personas que se encontraban haciendo filas indicaron que los encargados de realizar la logística devolvieron a varios ciudadanos que salieron a hacer las compras ignorando la medida del ‘pico y cédula’.

Los casos específicos se presentaron en dos supermercados del sur de la ciudad. “En uno la fila era como de 50 personas y devolvieron a 20 personas, en otro habían como 15 personas y regresaron a 6 personas. La situación da a entender que no se están cumpliendo las medidas”, dijo Mónica Rodríguez, una ama de casa que salió de su hogar para comprar algunos productos de la canasta básica.

Por otra parte, la mayoría de los vendedores de frutas y verduras –que se encontraban en los andenes del centro de Barranquilla– han optado por reemplazar las ‘chazas’ por carretillas para poder movilizarse por la ciudad. Ante esta situación, las autoridades se encuentran realizando jornadas para evitar que estas personas continúen violando la cuarentena.

Vendedores

 La Secretaría de Control Urbano y Espacio Público de Barranquilla, en compañía de la Policía Nacional, se encuentra realizando campañas pedagógicas a los vendedores informales que sorprenden vendiendo en las calles, los cuales son ingresados en unas bases de datos para que reciban ayudas alimentarias. Si son hallados reincidiendo en el acto se les decomisa –en compañía de la Policía– las carretillas, mesas, sillas, entre otros, que podrán reclamar cuando acabe la crisis sanitaria.

Así las cosas, la secretaría explica que a la fecha ha entregado más de 4.687 auxilios entre los vendedores estacionarios, semiestacionarios y ambulantes de Asolibros, Asoveab, Asovendedores, Asoveme, Cabrito, Casa del Vendedor, Centro cultural del libro, Coomulveba 2000, Esquina del arte, Galería la 32, Galería la 72, Plaza de San Nicolás, Metroplaza, Paseo del sabor, Sindivesab, Sintraloteros, Sintroagrícola, Sinuncom, Sinvoprensa, vendedores plaza San José, zapateros plaza de San Nicolás, vendedores de Simón Bolívar y vendedores ambulantes varios.

José Fontalvo, un vendedor que antes tenía su carreta en el sector de Barranquillita, aseguró que tuvo que salir a las calles porque la Policía no los dejaba trabajar en esa zona de la ciudad. Indicó que mandó a hacer una carretilla para poder moverse por otros lugares.

El pequeño comerciante destacó que por el barrio donde habita repartieron compras, pero que no alcanzaban. “Por eso tengo que salir, tengo hijos que tienen que comer”, dijo.

José, quien llevaba guantes y tapabocas, reconoció que los últimos días que estuvo en Barranquillita no vendió tanto como ahora que está saliendo. “La gente no estaba llegando por miedo de la enfermedad, caminando vendo más”.

Un vendedor con tapabocas empuja una carretilla llena de frutas y verduras por una vía de la ciudad.

La Secretaría de Control Urbano y Espacio Público explicó que con el ‘pico y cédula’ –según el decreto nacional– dejan trabajar a algunos sectores, entre esos el alimentario; sin embargo, los ambulantes no tienen este permiso.

Los comparendos

  Desde el 25 de marzo, cuando se dio inicio a la primera temporada de la cuarentena en Barranquilla y los cuatro municipios del área metropolitana, 14.257 personas han sido sancionadas con un comparendo tipo 4, establecido en el Código de Policía, el cual estipula el pago de $936.320 por violar la restricción y salir a la calle sin justificación y en los días que no les corresponde de acuerdo con el ‘pico y cédula’.

La Policía Metropolitana señala que los barranquilleros han sido los más multados con un total 9.808 comparendos impuestos.

Le sigue el municipio de Soledad con 2236; Galapa con 941; Puerto Colombia con 590, y por último Malambo con 682 multados.

Vale recordar que contra esta sanción cabe un recurso de apelación si la persona afectada no está de acuerdo con la misma y tiene la manera de probar, con evidencias, si está dentro de las 34 excepciones establecidas por el Gobierno nacional.

En Atlántico

 De acuerdo con el Departamento de Policía Atlántico (Deata), han sido impuestos 3.697 comparendos a ciudadanos por violar la cuarentena.

El secretario del Interior del Atlántico, Yesid Turbay, señaló que estas sanciones corresponden a las impuestas por la Deata hasta el sábado 18 de abril, de manera especial a aquellas personas que han sido encontradas en la calle de los municipios y que están incumpliendo con alguna de las excepciones del decreto expedido por el Gobierno nacional.

El coronel Hugo Molano, comandante del Deata, manifestó que durante el fin de semana se presentaron unas nuevas “tendencias de indisciplina” relacionadas con la realización de eventos en sitios rurales.

“Logramos evitar que se dieran tres eventos de galleras y algunas fiestas en los patios de las casas. Si bien no está prohibido ingerir licor, si están restringidas las aglomeraciones”, destacó.

Los municipios con mayor número de comparendos son Sabanalarga con 751; Ponedera, 330; en tercer lugar Sabanagrande con 273, seguido del municipio de Santo Tomás con 269 y Baranoa con 226.

Según información suministrada por la Policía en el departamento del Atlántico y el Sistema de Información Estratégico para la Gobernabilidad, SIES, también han sido impuestos 344 comparendos a conductores de vehículos por desacato al Decreto 457 del 22 de marzo de 2020.

La vía en la que se ha impuesto el mayor número de comparendos es la Cordialidad con 123; Oriental, 118; seguida de la vía de la Prosperidad, 75, y Vía al Mar, 28.

Usuarios del Transmetro en un bus del sistema masivo.

Aumentó el número de usuarios en transporte público

Los servicios de transporte público y de Transmetro reportaron en los últimos días aumento en el número de usuarios movilizados, sobre todo después de la aplicación de la medida ‘pico y cédula’.

Así las cosas, Transmetro señaló que pasó de 25 mil personas transportadas a 26 mil pasajeros en promedio por día hábil, durante la primera semana de la segunda parte de la cuarentena nacional

El Sistema Masivo registró 155.150 validaciones entre el lunes 13 y el sábado 18 de abril. En este mismo periodo, tuvo que realizar 221 viajes adicionales para cubrir la demanda a diferentes horas y cumplir la disposición del Ministerio de Transporte en cuanto a la ocupación de los buses. Las rutas con mayor número de adicionales fueron las troncales S1 – R1 – B1 y las alimentadoras A3-3 Manuela Beltrán, U-30 Universidades y A3-4 Villa Sol. “Un total de 545.048 usuarios fueron movilizados por Transmetro entre el 25 de marzo y el 18 de abril, lapso en el que se ha dado una constante: el miércoles es el día en el que, generalmente, se presenta la mayor afluencia de personas en el Sistema”, señaló la compañía del Sistema Masivo.

A este medio varios usuarios del servicio Wasapea en EL HERALDO reportaron que los buses del transporte público, en horas pico, han tenido un incremento de pasajeros. Además, que el número de vehículos ha disminuido. Este medio conoció que en efecto el número de buses de transporte público ha disminuido por el temor de los conductores a enfermarse con el virus, eso ha hecho que el Sistema Masivo y varias rutas del servicio público hayan tenido un incremento en la movilización de pasajeros.

Algunos factores

Gabriel Orozco Restrepo, PhD internacionalista y director del doctorado Sociedad y Cultura Caribe de la Universidad Simón Bolívar, considera que el problema durante estos días de aislamiento obligatorio ha sido la población que no ha guardado las medidas de confinamiento.

“Hay factores tanto económicos, sociales y psicológicos que motivan a que las personas no se confinen dentro de sus casas y se arriesguen con ello a un posible contagio. Algunos ven en las medidas un intento por controlar su libertad y por reafirmar su derecho a la libre expresión y con ello demuestran un ímpetu de rebeldía y desconocimiento de la ley en función de su afirmación individual”, dice el especialista.

Destaca Orozco que para otros la medida también representa una amenaza para su estilo de vida y para las condiciones de subsistencia que normalmente han tenido. “Es por ello que prefieren arriesgarse, no acatando las medidas”.

Tres mujeres en las afueras de un establecimiento venden café, agua, gaseosas y golosinas.
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