El Heraldo
Rafael Polo
Barranquilla

Quemas en Isla Salamanca, otro gran contaminante

Según expertos en salud, la exposición prolongada al humo que generan puede acarrear problemas respiratorios e incluso provocar la muerte • Esta situación multiplica por 20 la contaminación ambiental.

Las quemas en Vía Parque Isla Salamanca no solo afectan al ecosistema natural, sino también, según expertos, la salud de los barranquilleros. Un muestra hecha por la Universidad de la Costa  (CUC) revela que la contaminación se eleva 20 veces más con los incendios.

Aunque este parque está en jurisdicción del departamento del Magdalena, las columnas de humo que expulsa la conflagración llegan hasta la zona norte de la ciudad y la ‘lluvia de cenizas’ cubre gran parte de siete barrios de las localidades Norte Centro Histórico y Riomar, de acuerdo con las quejas que recepciona el Cuerpo de Bomberos de Barranquilla.

Villa Country, Las Flores, Siape, San Salvador, Paraíso, Bellavista y Barlovento, barrios ubicados a la ladera del río Magdalena y zona cercana, son los más afectados. Al menos 28.491 personas de estos sectores —según el censo de 2005— tienen una mayor exposición al humo producto de la quema forestal. Con excepción de Villa Country y Bellavista, los otros barrios mencionados son afectados, además, por la contaminación producida por los vertimientos y emisiones de la zona industrial.

De acuerdo con Patricia Saldaña, directora del Vía Parque Isla Salamanca, en lo corrido de 2018 se han presentado dos incendios, afectando 17.5 hectáreas de las 56.200 con las que cuenta este ecosistema. En 2017 —indicó— se dieron siete quemas en las que se vieron comprometidas 61.84 hectáreas y en 2016 nueve eventos que afectaron unas 48 hectáreas. 

¿Aire de calidad?

En un monitoreo realizado por el Departamento de Civil y Ambiental de la Corporación Universidad de la Costa (CUC), el pasado 19 de febrero, durante la quema más reciente en Isla Salamanca, se detectó que los niveles de concentración del contaminante atmosférico black carbon o carbono negro, se acrecentaron con el incendio.

El resultado de los datos del monitoreo mostró que los niveles de concentración de este contaminante, antes de la quema, era menor de 2.5 microgramos sobre metro cúbico,  mientras que el día de la conflagración registró 45 microgramos sobre metro cúbico de carbono negro esparcido en el aire. 

“Este contaminante es un material incompleto del proceso de combustión de la quema de llanta, combustibles fósiles, madera, biomasa y otras fuentes. En el monitoreo se observó que los niveles de concentración era menor a 2.5 que es un comportamiento normal, luego con la quema llegaron hasta 45, es decir 20 veces superiores a lo que es normal en esta época del año”, explicó Ismael Schneider, investigador y director de maestría en Desarrollo Sostenible de la CUC. 

Luis Silva, investigador y director del departamento de Civil y Ambiental de la Universidad de la Costa, indicó que la emisión de estos compuestos tóxicos como el carbono negro cuando alcanzan altas concentraciones y las personas han estado expuestas por un tiempo prologando “afectan la salud y generan graves problemas de estrés oxidativo, daños en el ADN, implicaciones respiratorias, otras afecciones y hasta la muerte”.

Para Amín Ariza, biólogo y presidente de la Fundación Ambiental para el Desarrollo Sostenible (Funad ONG), las quemas se han convertido en un problema de salud pública, puesto que generan contaminación a la atmósfera a través de material particulado Pm 2.5 y Pm 10, provocando “gran afectación” al ser humano.

“Esas partículas de ese tamaño llegan a los alveolos pulmonares y pueden generar crisis aguda o irse acumulando y más adelante, si continúan las quemas, ocasionar afecciones aún mayores”, dijo Ariza. 

Rafael Polo

Afectaciones

Iván Stand Niño, neumólogo pediatra, indicó que el material particulado y la biomasa que se genera de esta combustión, ha demostrado un incremento en la presencia y frecuencia de las crisis de asma, las infecciones respiratorias altas como la amigdalitis, rinofaringitis e infecciones respiratorias bajas como la neumonía y la bronquitis. 

“Se ha demostrado que con estos altos niveles de contaminación se aumentan las consultas a urgencias y las hospitalizaciones por estas enfermedades respiratorias”, sostuvo el neumólogo pediatra, quien agregó que la exposición a largo plazo puede traer riesgos desde el punto de vista cardiovascular, como el impacto del miocardio y derrames cerebrales.

Aseguró que la población infantil, por tener vías aéreas más pequeñas y proporcionalmente un metabolismo aumentado, los hacen más susceptibles a los efectos nocivos de estos agentes contaminantes. 

Igualmente, tienen efectos sobre las mujeres embarazadas que a través de la placenta —explicó— pueden trasmitir sustancias que posiblemente afectaría el desarrollo cerebral y pulmonar de los fetos.

Por su parte, Jorge Quintero, neumólogo adscrito a la clínica Portoazul, sostuvo que los efectos en la salud respiratoria de las personas no solo se dan por inhalación del humo de la conflagración, sino también por el tiempo de exposición. 

“Los efectos irritantes se pueden dar en los ojos, en la parte nasal, empeoramiento de condiciones rinitis alérgicas e irritación de las mucosas. Los pacientes que tienen antecedentes de enfermedad pulmonar pueden tener crisis con mayor facilidad”, aseveró Quintero. 

Los síntomas respiratorios —dijo— se pueden ver disminuidos con el uso de tapabocas en el momento en que se estén presentando las quemas. 

“La persona que tiene una enfermedad y de nuevo presenta un empeoramiento clínico asociado a la exposición, debe acudir a su médico de base, ya sea un neumólogo u otorrino. En el caso que presente manifestaciones oculares acudir a la consulta con un oftalmólogo”, puntualizó.

La secretaria de Salud del Distrito de Barranquilla, Alma Solano, ha dicho que el sistema de salud del Distrito no ha atendido casos por afectación producto de inhalación de humo por las quemas y aseguró que hay que estar atentos ante cualquier eventualidad.  

“No hemos notado ningún incremento en situaciones con hiperactividad bronquial o asma. Lo que hay que seguir es estar atentos, porque si bien nos ha ido bien por la forma en como la brisa ha manejado el humo en este caso”, indicó Solano. 

Agregó que “estamos muy atentos a los cambios en los diagnósticos de las atenciones de urgencias. Si se aumentan las situaciones respiratorias para cualquier intervención las urgencias tanto las públicas o privadas de la ciudad, están abiertas para la atención de los pacientes”. 

Las quemas

Luis Silva, director del departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad de la Costa, aseguró que este tipo de incendios forestales pueden convertir bosques lluviosos como el de la selva amazónica en un “gran desierto”.

“La isla Salamanca absorbe muchas toneladas de carbono anualmente. Como el área de la selva es enorme, esto tiene un impacto muy grande sobre el ciclo global de carbono. Si la isla pierde un porcentaje de esa capacidad de almacenar carbono, el efecto invernadero se agrava”, indicó Silva.

Frente a esto, la directora del Parque Isla Salamanca, Patricia Saldaña, sostuvo que las quemas son originadas, en su mayoría, por dos factores: uno natural que se da por la sequía y el segundo por factor antrópico (intervención del hombre). 

“Hay un trabajo que se viene haciendo desde 2014 donde tuvimos las crisis más grandes de incendios. Se están haciendo acciones conjuntas con la Policía y Guardacostas, en patrullaje y prevención”, comentó Saldaña, quien agregó que también se realiza un trabajo con las comunidades aledañas al Parque para capacitarlas y lograr prevenir estos eventos. 

“Garantizar que no ocurran más incendios es realmente es imposible, porque se darán ya sea de manera natural o antrópica. La tarea sí es disminuir y es lo que venimos haciendo”, puntualizó. 

De acuerdo con Ayari Rojano, bióloga de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA), la realidad social de las comunidades cercanas a este ecosistema es muy compleja  y termina ejerciendo presión sobre la flora y la fauna el parque, lo que ocasiona deterioro en el mismo. 

“Mientras no solucionemos el tema social y no le demos opciones productivas a la gente no hay posibilidad de que ningún ecosistema sobreviva”, sostuvo Rojano, quien al mismo tiempo indicó que las quemas son ocasionadas,  en su  mayoría, por actividades socioeconómicas ejercidas por las personas, como extracción del mangle, de hicoteas y animales del monte. 

Según la bióloga de la CRA, las quemas seguirán si no se generan estrategias productivas y proyectos que les permitan a la gente vivir sin necesidad de depender de todos los ecosistemas por completo. “El uso va ligado a la conservación siempre”, advirtió la bióloga.

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