El Heraldo
Obreros trabajan en la estabilización de la ladera de Campo Alegre y El Rubí. El suelo en esta zona está compuesto por arcilla, lo que la hace vulnerable al fenómeno de remoción en masa. Jesús Rico.
Barranquilla

¿Qué tan vulnerable a los temblores es el suelo de Barranquilla?

Expertos coinciden en que el relieve de la ciudad es el resultado de la “interacción tectónica” de las placas de Nazca, Caribe y Suramérica.

El sismo que se sintió en Barranquilla el pasado 5 de marzo habría sido uno de los de mayor magnitud registrado por el Servicio Geológico Colombiano (SGC) en el departamento desde 1993. Este hecho generó un revuelo en redes sociales, como Twitter y Facebook, donde se preguntaban cuáles son las zonas de mayores amenazas geológicas y sísmicas en la ciudad y qué tan vulnerable está.

Según los expertos consultados por EL HERALDO, el departamento del Atlántico (incluyendo Barranquilla) aún tiene suelos “jóvenes”, que están en crecimiento; es decir, en formación. Esta situación los hace vulnerables a distintas fallas geológicas y, por consiguiente, propensa a actividades sísmicas. Una de las zonas de mayor vulnerabilidad está entre Juan Mina, la zona suroccidental de Barranquilla y Galapa.

El SGC informó que el sismo tuvo su origen en las inmediaciones del puente Pumarejo, en el río Magdalena, justo en medio de las formaciones montañosas que componen la serranía del Cinturón Plegado de San Jacinto.

El movimiento, que tuvo una profundidad cercana a los 30 kilómetros, supone para  Marta Lucía Calvache, directora de geoamenazas  del SGC, “una ruptura de una roca” que tenía cientos de años “soportando una presión” que al ser liberada “generó la onda sísmica”.

El sismo, explica Calvache, se generó al suroriente de Barranquilla, una zona que hace parte de las formaciones jóvenes del departamento que están en constante crecimiento, lo que hace que las rocas ejerzan presión entre sí hasta que se rompen.

El hecho de que este último evento sísmico se haya generado en aguas del río Magdalena “no es algo absurdo”, dice la funcionaria de SGC. “El río tiene una profundidad de menos de 50 metros, el sismo se produce a varios kilómetros de esa superficie, el hecho que se haya dado acá es irrelevante”, señala. 

Camilo Montes, geólogo y docente del departamento de Física y Geociencias de la Universidad del Norte, afirma que la Región Caribe se considera una zona “sísmicamente activa”, debido a que es atravesada por varias fallas regionales que se convierten en los mayores precursores de los sismos.

“Debido a esas fallas, la Región Caribe cuenta con un gran potencial para que se presenten eventos sísmicos de alta incidencia”, asegura el experto.

Geología de Barranquilla

Nayib Moreno Rodríguez, profesor de la Corporación Universidad de la Costa, en su trabajo de investigación “Zonificación geotécnica de los suelos en Barranquilla”, detalla que los registros geológicos y geotécnicos realizados en la capital del Atlántico “establecen que el subsuelo estudiado está constituido por depósitos sedimentarios de origen fluvial y marino que datan del terciario y el cuaternario”.

De acuerdo con los mapas geológicos publicados por el Ingeominas en 1977, desde hace 55 millones de años el subsuelo donde se localiza Barranquilla ha registrado cambios. Las formaciones de los terrenos son recientes, comparados con los demás suelos de la Región Caribe. Gran parte de ese territorio estuvo sumergido en el mar y fue emergiendo progresivamente.

Por lo tanto, determina la investigación, que el subsuelo de la ciudad está “influenciado” por fenómenos sedimentarios de origen marino y fluvial que coadyuvaron a la formación de depósitos de arenas de playa, margas, calizas de arrecifes coralinos y cieno.

Por su parte, Nairo Tarazona, profesor del programa de ingeniería civil de la Corporación Universidad de la Costa, señala que la formación del terreno de Barranquilla está dividida en varios tipos de relieves que son el resultado de la interacción tectónica de las placas de Nazca, Caribe y Suramérica.

“La zona del norte y centro, donde está asentada la mayoría de la ciudad, tiene suelos de mayor consistencia, pero los ubicados a la ribera del río y al mar son más cuaternarios; es decir, de origen reciente y son las que más propensas son a sufrir eventos sismológicos o afectación por una onda sísmica”, explica el docente.

Precisamente la zona donde se registró el sismo, destaca Tarazona, es un terreno que sufre mayor compresión del choque de le placa del Caribe con la placa suramericana. Sobre estas placas “confluyen” el Cinturón de San Jacinto, la falla de la Oca y la de Bucaramanga.

“La variación del relieve de Barranquilla viene atado a estas placas. Vemos que la ciudad no es plana, tiene distintas elevaciones que a simple vista se ven. Todo esto se debe a la formación del relieve”, detalla el especialista. 

El Instituto Geográfico Agustín Codazzi señala que Barranquilla está a 4 metros sobre el nivel del mar al oriente de la ciudad,  y a 98 metros sobre el nivel del mar el occidente de la capital del Atlántico.

Plancha cartográfica

El SGC elaboró en 2001 una “memoria explicativa” en la que ubica a Barranquilla en la plancha 17 de su cartografía geológica, con el objetivo de proveer mapas de las formaciones regionales esenciales para la evaluación de los recursos minerales e hídricos, así como para la identificación de amenazas que puedan afectar las obras civiles y la infraestructura.

La plancha cartográfica indica que el área comprendida entre Cuatro Bocas (Juan Mina), Barranquilla y Galapa, morfológicamente, presenta un relieve “suavemente ondulado”, con pequeñas colinas que rodean el occidente y norte de esta área del departamento.

“Estas colinas están constituidas por la falla de la Formación Las Perdices que tienen una amplia extensión cartográfica; sin embargo, la exposición de los afloramientos son pequeños. Dentro de estas elevaciones vale la pena destacar las que se encuentran en el kilómetro 1,3 desde Juan Mina hacia Tubará”, explica el documento.

La Formación Las Perdices es una secuencia de shales (roca detrítica de grano fino) y shales arenosos y algunas areniscas observadas al suroccidente de Barranquilla, cuyo nombre se debe al sector rural denominado Las Perdices.

En esta zona de la ciudad hay una formación que aflora en una extensa área, principalmente hacia la parte media y baja de las laderas occidentales de Barranquilla. En esta área es predominantemente arcillosa constituida por arcillolitas gris verde oliva, con abundantes cristales de yeso.

Llamado de atención

El SGC en su documento geológico llama la atención sobre la necesidad de “adelantar estudios más detallados” de zonificación de amenazas geológicas y sísmicas en gran parte de los municipios del departamento del Atlántico.

“Las zonas más propensas a los deslizamientos o al menos los más conocidos del área, se localizan en la parte occidental de Barranquilla, donde recientemente han afectado varios sectores, dejando un gran número de damnificados. Los más importantes son los ocurridos en los barrios Las Terrazas, Carlos Meisel, San Felipe, Cuchilla de Villate y Me quejo”, dice el estudio de 2001.

Estas zonas de la ciudad tiene suelos de arcillas que “presentan propiedades disímiles”, que corresponden a los tipos de minerales arcillosos presentes en su estructura.

Por lo tanto la entidad sugiere que los deslizamientos presentes en el área de Barranquilla y las áreas “ameritan” realizar estudios detallados de zonificación de amenazas, que permitan delimitar con mayor precisión las zonas de la ciudad con estos problemas y sus posibles soluciones, así como las áreas de futura expansión de la ciudad.

 

“No podemos descuidar el tema de los sismos”

El evento sísmico del pasado 5 de  marzo es calificado por Carlos Arteta, profesor de Ingeniería civil de la Universidad del Norte,  “como la bienvenida” al Plan de Gestión de Riesgos y Desastres del Distrito Especial.

“Afortunadamente estos eventos nos van avisando que hay sismicidad y hay que estar atentos. Somos un país pobre, donde hay que concentrar recursos en cosas fundamentales, como la alimentación de las personas, pero no podemos descuidar esto”, dice el experto.

El plan en mención tiene dentro de sus normativas velar por la reducción del riesgo sísmico. De acuerdo con Arteta, doctor en Ingeniería de la Universidad de California-Berkeley, el distrito tiene en este una hoja de ruta que ahora necesita de un presupuesto y un grupo de expertos enfocado en ese tema.

Históricamente, en el Caribe se habla de que Santa Marta es una zona de amenaza sísmica intermedia y Barranquilla no, pero el docente opina que eso es solo una interpretación de la amenaza sísmica real, es “el mejor conocimiento que tienen los ingenieros hasta el momento del tema, pero ya hay indicaciones de que la amenaza sísmica en Barranquilla puede ser un poco más alta”.

“Barranquilla puede comenzar con una microzonificación sísmica, en donde se analizaría cuáles son las fuentes sismogénicas que afectan a la ciudad; es decir, las que producen terremotos. Por ejemplo, sería bueno saber qué produjo el más reciente sismo”, puntualiza Arteta.

Edifico que detecta sismos

Por otro lado, la Universidad del Norte, desde la División de Ingenierías, da una respuesta local al cumplimiento de la norma de sismoresistencia de las estructuras que se construyen en el país, pues tiene el único edificio en la costa norte colombiana que registra aceleraciones sísmicas: el Edificio de Ingenierías o Bloque K.

El monitoreo se da con la colocación de sensores de bajo costo en el edificio para verificar periódicamente las propiedades de su estructura, incluso cuando ocurre un sismo en la ciudad.

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