Obras de la IED Técnica de Rebolo se reanudarán el viernes: Distrito
Docentes, padres de familia y vecinos denuncian que los cerca de 700 estudiantes están en “hacinamiento” y no cuentan con las condiciones óptimas para asistir a sus clases.
Después de las denuncias de la comunidad del barrio Rebolo, en las que manifestaron que, tras casi tres años de espera, las obras de la Institución Educativa Distrital Técnica están suspendidas, la Secretaría de Educación aseguró que “este viernes se reanudarán las obras”.
“Queremos dar un parte de tranquilidad a las familias, docentes y estudiantes, pues este viernes 22 de marzo las obras serán reanudadas”, dijo Bibiana Rincón, secretaria de Educación de Barranquilla.
Esto, luego de que docentes, padres de familia y vecinos de Rebolo manifestaran su inconformidad y preocupación con respecto a la construcción del megacolegio, que debió haber sido entregado en 11 meses y ya han pasado más de dos años, según expresaron.
Además, pidieron al Distrito una solución al problema ya que “los niños no pueden vivir en estas condiciones”.
La construcción, que sigue suspendida, luego de que este medio hiciera un recorrido por la institución en noviembre de 2018, muestra signos de deterioro y abandono. Para los docentes, esta obra ubicada en la calle 21 con carrera 32, es un peligro para los estudiantes, quienes son los mayores afectados.
Luego de que en noviembre de 2016 se celebrara la ceremonia de la primera piedra, las obras de ampliación del colegio, según denuncian los docentes y padres de familia, han sido suspendidas en varias ocasiones, lo que terminó por estancar la construcción.
La coordinadora de primaria, Yomira de Arco, aseguró que “a comienzo de año se acercaron varios funcionarios del Distrito que dijeron que iban a reanudar las obras, pero no ha pasado nada”. “El estado actual del colegio es preocupante y peligroso para los niños, que no tienen un comedor y deben comer en los salones. Tampoco hay espacios óptimos para sus clases”, dijo.
Los docentes de la IED Técnica de Rebolo, con cerca de 700 estudiantes, le piden al Distrito una solución a su problema de “hacinamiento”, pues hay varios salones de clase con más de 30 niños. Además, denuncian que el espacio es insuficiente y varios menores deben compartir asientos y, en hora del almuerzo, comer en sus pupitres.
Cuando llueve, el agua ingresa por las ventanas y, según denuncian los docentes, la ventilación es insuficiente. A la hora de la salida, los menores deben abandonar el colegio por un portón estrecho y cerca de diferentes piezas de acero.
“Es inaceptable que nuestros niños tengan que entrar y salir del colegio en estas condiciones. Llevamos ya mucho tiempo esperando que nos den una solución, pero acá nadie viene a ver qué está pasando. Lo único que falta es que uno de los niños resulte herido por algún elemento de la obra”, aseveró Mildred Silva, madre de familia.