El Heraldo
Trancón en la avenida Circunvalar con calle 90. Vendedores de agua y maní aprovechan el represamiento. Christian Mercado
Barranquilla

Los cinco embotellamientos que congestionan el sur

Fotomultas por invasión en carril de Trasmetro en Soledad confirma saturación vehicular de la calle Murillo Obras en la Circunvalar generan traumatismos.

El reloj marca las siete y media de la mañana. El día está nublado y un leve rocío cae sobre el parabrisas. La avenida Circunvalar, entre la calle 90 y la entrada al barrio de 20 de Julio, se ve atestada de vehículos inmovilizados por las obras de reparación de la vieja calzada.

A diferencia del centenar de neumáticos sobre el asfalto, el par de piernas de Freider Ortiz se mueven rápidamente de un carro a otro, vendiendo maníes.

“A mil barritas patrón”, responde el comerciante en la ventada de un furgón, mientras completa la quinta venta de la mañana. Desde hace 16 días él y 14 compañeros de trabajo, provenientes de los barrios La Sierrita, Villa San Carlos y La Cordialidad, se rebuscan en este sector de la vía debido al gran embotellamiento que genera la reparación en diferentes horas del día.

En un nuevo trabajo de campo, un equipo periodístico de EL HERALDO recorrió el sur de la ciudad para identificar y analizar los tranconces o represamientos vehiculares que congestionan el flujo vehicular de los barranquilleros.

En esta ocasión, evidenció como cinco embotellamientos están lesionando el tráfico en la zona. La construcción de obras y la incapacidad de una vía para manejar un enorme flujo vehicular fueron algunas de las causas.

Circunvalar
La avenida Circunvalar, entre la calle 90 y la entrada al barrio 20 de Julio, presenta represamientos en gran parte del día por las obras de mantenimiento de la primera calzada. Todo el flujo vehicular que va hacia la carrera 38 debe desviarse y utilizar un carril de la vía contigua, cuyo tránsito viene en sentido contrario. El embotellamiento más crítico se da alrededor de las tres de la tarde. Los vehículos, en su mayoría camiones de carga, pueden estar detenidos hasta por cinco minutos.

“Esta es la única vía que utilizó para llegar a mi lugar de trabajo. Sé que las obras son para mejorar la movilidad, pero mientras las hacen producen el efecto contrario y uno no puede hacer nada”, afirma Carlos Martínez, conductor de un camión de carga, mientras Ortiz y sus colegas se mueven entre los vehículos, buscando clientes.

Recursos por 31 mil millones de pesos fueron asignados para ejecutar trabajos de mantenimiento y rehabilitación de la primera calzada de la avenida Circunvalar, un tramo total de 16 kilómetros. Las obras fueron adjudicadas a la firma Valores y Contratos S.A. (Valorcon), e incluyen estabilizar la sub-rasante existente de la vía; construir los box culverts necesarios para la evacuación de las aguas y la estructura de pavimento de estos sectores. Además, la construcción de tres puentes peatonales en estructura de concreto armado.

 Trancón en el puente de la Murillo, en el carril que va hacia Soledad. 

Puente de la Murillo
A las ocho de la mañana, una larga fila de carros y buses de servicio público parecen emplazados desde el puente de la Murillo con Circunvalar hasta la carrera uno. Los vehículos avanzan, en promedio, 50 centímetros cada dos minutos. Hace ocho días el Instituto de Tránsito de Soledad puso en funcionamiento las fotomultas por invasión al carril solobús de Transmetro, entre la Estación Pedro Ramayá y el Portal de Soledad, ubicadas sobre la calle Murillo. Tan solo en el primer día unos 28 carros fueron retenidos, pero la esperada medida también ha puesto de manifiesto una vieja realidad: la vía no da abasto para el flujo vehicular que transita en ella.

“Ahora el trancón es más notorio porque la gente ya no invade tanto el carril como antes. Barranquilla necesita vías más amplias porque la Murillo ya se quedó pequeña”, comenta el conductor Hernán Torres, quien empieza a subir el puente, luego de siete minutos de espera.

Según la Encuesta de Percepción Ciudadana 2015, Barranquilla Cómo Vamos, solo el 46% de los barranquilleros está satisfecho con las vías de la ciudad en general, y el 64% está satisfecho con las vías en su barrio. William Bermúdez, mensajero desde hace 14 años en la ciudad, opina que el Distrito debe trabajar más por la ampliación de vías principales y alternas en el sur.

“Creo que La Cordialidad es una de esas. Solo tiene dos carriles y no tiene vías alternas”, señala el veterano de 62 años, luego de tomar agua en un puesto de venta de minutos cerca al puente.

 Represamiento de la calle 30 con la carrera 6, a las 7:05 de la noche.

Calle 30
A las 6:30 de la noche, en la calle 30, entre carreras 2 y 8, barrio Galán, la velocidad del tráfico disminuye por la cantidad de carros que transitan por las intersecciones de la vía y los pocos semáforos.

La ‘inteligencia vial’ debe primar en este sector, donde un orientador de movilidad se ubica en la carrera 6B para mejorar el tiempo de desplazamiento en diferentes horas del día.

Édgar Galaraga, vigilante de bar, mientras espera que  terminen de lavar su moto,  afirma que el pesado tráfico se debe por un sobrecupo de vehículos en la ciudad, pero advierte que con el orientador de turno la vía ha tenido una leve mejora.

“Barranquilla se está quedando pequeña para tantos carros y motos”, expresa Galaraga, quien dice llevar recorriendo las calles por más de 10 años.

 Congestión vehicular en la calle 30 con carrera 8.

Bulevar de Simón Bolívar
Por las mañanas el bulevar de Simón Bolívar, a la altura de la carrera 5B, evidencia alto flujo vehicular. Las motos y los taxis son los que más se movilizan en el tramo y por momentos se generan embotellamientos, que pueden detener  a los conductores por 3 y 4 minutos. Por las noches el tráfico es ligeramente más transitable. Habitantes y conductores de la zona también comentan que el trabajo de los orientadores viales del Distrito en ese punto ha mejorado un poco el tráfico.

“Aquí se forman trancones porque son muchos los caros que utilizan la vía. Por eso colocaron un orientador porque esto aquí es bravo, sobre todo en la hora pico de la mañana”, advierte Zoraida Gutiérrez, vendedora de tintos en el bulevar.

Calle 17
En el barrio La Chinita algunos de sus habitantes dicen que la calle 17 con carrera 15 no solía ser una vía de embotellamientos. Sin embargo, hoy suelen presentarse en las horas pico de la mañana y la tarde.

A pesar que aquí el flujo vehicular retiene los vehículos un promedio máximo de minuto y medio, los conductores perciben la afectación en sus recorridos.

 Embotellamiento de la calle 17 con carrera 15, en el barrio La Chinita. Hora: 6:40 p.m.

Más comparendos
Según los comparendos digitados en el sistema de la Secretaría de Movilidad, en las calles del sur de la ciudad es donde más comparendos se imponen. En enero de este año el despacho registró 11.106 comparendos impuestos, lo cual evidencia un incremento de 93% con respecto al mismo periodo de 2015, con 5.748.

Con base en los registros, el 15% de los comparendos impuestos se realizaron en la calle 30, un 6% en la carrera 38, un 5% en la avenida Circunvalar, otro 5% en la calle 17, un 4% en la calle Murillo y otro 4% en la calle 19. 

El corredor vial con más sanciones por transitar sin licencia de conducción fue la calle 30, con 198 casos, seguido por la Circunvalar con 90.

La calle 34, con 72 comparendos, fue la vía donde más conductores fueron sancionados en enero por estacionar en sitios prohibidos.

Porfirio Ospino, arquitecto, especialista en planificación urbana y regional, considera que las soluciones viales van más allá de ampliar vías o crear autopistas.

Indica que la saturación de carros en las avenidas Murillo y la calle 30 se debe a la proliferación de barrios de invasión que dividieron la urbanizaciones formales del norte, como El Prado, con las formales del sur, como San José, y por ello es necesario nuevas rutas en la ciudad.

La movilidad, explica, está fundamentada en el origen y el destino de los viajeros, y en el caso de Barranquilla, la mayoría de viajes se originan en el sur y tienen como destino el norte.

“La gente se está viendo obligada a coger las mismas rutas principales porque son las únicas. Los viajes de sur a norte se tienen que hacer atravesando barrios informales, en los cuales no hay avenidas. La única es Murillo y la 30, y por eso ambas hoy están saturadas. Solo quien conozca cada vía de la ciudad podría mejorar su movilidad”, argumenta Ospino.

Cae la noche, los vehículos descienden por el puente vehicular de la calle Murillo con Circunvalar. Los habitantes van retornando a sus casas. La congestión es menor a la de la mañana.

En el interior de algunos vehículos, no todos los puestos son ocupados. En los andenes u orillas de la vía solo dos personas se ven conduciendo bicicletas. Sin embargo, dentro de los buses de transporte público, incluyendo Transmetro, los apretujados pasajeros viven su propio ‘trancón’.

Parque automotor
Según recibos de caja a 31 de enero de 2016, el parque automotor de Barranquilla alcanza los 167.937 vehículos, de los cuales 78.642 (46.83%) son automóviles, 32.653 (19.44%) motos, 24.967 (14.87%) camionetas y 4.415(2.63%) buses, entre otros tipos de vehículos matriculados en la ciudad.

En enero de 2015 el parque era de 151.260, lo que significa un aumento de 16.677 vehículos con placas de Barranquilla.
 

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