Lectores escriben | El último baile de la vida
Era de esas personas, que apenas uno se fija en la forma de su rostro refleja la actividad a la que se dedican.
Por Eliécer Nieto
*Usuario de Wasapea
El pasado sábado 19 de enero, estaba compartiendo en la casa de mi amigo Antonio de Alba, quien es artista plástico, graduado en Bellas Artes. A la reunión llegó un personaje que ya había visto en oportunidades anteriores. Nos saludó y me percaté en su cara redonda.
Era de esas personas, que apenas uno se fija en la forma de su rostro refleja la actividad a la que se dedican. Su cara era como la de un mimo, no sé si era por utilizar la crema blanca o por su redondez, en la que pude distinguir varias arrugas pronunciadas.
Sabía que lo conocía de antes. La silla contigua a la mía estaba vacía y él la ocupó. En el equipo de sonido estaba de turno Ismael Rivera con Mañana es domingo. En eso, me dijo, con su voz ronca: “eso sí es un soneto”, refiriéndose a la canción. El personaje era un excelso melómano.
Seguimos charlando y lanzó su verdad: “al Carnaval de Barranquilla lo están matando, van a presentar al grupo Maná”, en ese momento le respondí que tenía toda la razón.
En la conversación le pregunté si aún seguía bailando en ‘El Garabato’. “Lo mío es un amor verdadero, no lo cambio por nada. Hasta que muera seguiré bailando en el Garabato. Yo, soy la muerte”, me respondió.
El domingo 27 de enero me llamó mi amigo Antonio de Alba a contarme que “Nito” Montaño se había muerto en pleno baile. En ese momento, pensaron que era parte de su drama, pero no. El corazón le falló y murió en su ley; representando a la vida en su Garabato del alma.