El Heraldo
Edificio Duncan ubicado en la calle Comercio, entre carreras 20 de Julio y Cuartel; Actualmente corresponde a la calle 32, entre carreras 43 y 44. Archivo y Josefina Villarreal
Barranquilla

Nombres de calles y callejones de la ciudad, un reencuentro con la historia

En diálogo con EL HERALDO, historiadores recordaron algunos de los acontecimientos o personajes con los que se bautizaron algunas vías de la ciudad. Piden retomar este sistema en el Centro.

El olvido no es necesario cuando se quiere avanzar en temas de desarrollo urbano. Reconocer y aceptar lo que en algún momento nos identificó no necesariamente debería convertirse en un obstáculo para la transformación.

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Hace más de 70 años, las calles y callejones (actuales carreras) de Barranquilla no se referenciaban con números sino por nombres basados en hechos representativos que se daban en la ciudad, la capacidad de los habitantes de interpretar algunas situaciones de la cotidianidad o por mensajes “espirituales”. 

Pero la curiosidad por saber más sobre aquellos tiempos cuando la Vía 40 se llamaba Francisco de Paula Santander o Avenida Barlovento; la carrera 38 era el Callejón de la Igualdad; y la calle 34 –hoy conocida como el Paseo Bolívar–, fue el Paseo Colón, Calle Ancha, Camellón Abello o calle España es nula en los escenarios académicos, laborales y culturales, algo irónico en este último aspecto dado que en cada rincón de Barranquilla se respira arte. 

En diálogo con EL HERALDO, Leslie Smith, experto en comunicación y desarrollo, manifestó que la población adulta le ha “fallado” a los jóvenes por no velar por la conservación de la historia de la ciudad. 

“El sistema educativo no visibiliza esa riqueza cultural que tenemos en los nombres de calles y carreras; los viejos no nos preocupamos por sentirnos orgullosos de esos nombres. En ese sentido estas efemérides deben ser un “jalón de orejas” a que volvamos a tener esas denominaciones en nombres primitivos”, sostuvo.

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Aseguró que uno de los grandes impactos que trajo quitarle los nombres a las calles y carreras fue una desconexión entre las nuevas generaciones y la historia de la ciudad en esencia. 

“No se puede criticar directamente que los hubiesen quitado ya que era un mal necesario para poder hacer actividades como enviar el correo –principalmente al extranjero– o las posibilidades laborales. Era apropiado que se tuviera en cuenta que esa designación, pero lo que no era necesario es el olvido porque no habían razones de peso para que no coexistieran los dos sistemas de direcciones especialmente en el Centro Histórico”, expresó. 

Por su parte, el historiador Moisés Pineda manifestó que la  discusión sobre si el actual sistema de nomenclatura es más adecuado que el anterior puede tomar años en terminar, pero  sin duda “su antecesor era mucho más hermoso y revelador”.

También coincidió con Smith en que se le ha restado importancia a la reivindicación de la historia y su impacto en la población barranquillera que “desconoce el pasado de su ciudad”.

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Organización urbana

De acuerdo con el historiador Ignacio Consuegra, la toponimia se dio con mayor fuerza cuando se cumplieron los 100 años de la muerte de Simón Bolívar y el Gobierno nacional de entonces decretó por ley que las ciudades del país le pusieran nombres de héroes de la patria a sus calles. 

“Cuando Barranquilla comenzó a poblarse en el centro el Paseo Bolívar se llamaba así porque era el recorrido que hacía el libertador Simón Bolívar entre el cuartel de la carrera 45 y la casa de Bartolomé Molinares que quedaba en la carrera 41”, dijo. 

 En ese sentido –agregó– Barranquilla comienza a poner los nombres a las calles cuando la ciudad llegaba hasta la que hoy se conoce como avenida Murillo, en honor al expresidente Manuel Murillo Toro. 

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“Esta es una ciudad que tuvo un crecimiento rápido y desmesurado porque comenzaron a llegar personas de otros países a hacer barrios El Prado, allí no pusieron nombres de héroes sino que organizaron las direcciones con las letras del alfabeto”, aseveró .

En cuanto al hilo articulador entre las viejas generaciones y las nuevas, el experto  afirmó que este se ha perdido y no vislumbra que pueda recuperarse. 

“Nuestros padres y abuelos todavía podrían decir: voy para Caldas con Paseo Bolívar, pero con esa ruptura que hubo y se mantiene con la historia, se fortaleció la comodidad de la comunidad y los gremios taxistas a quienes les parece más útil solo utilizar los números para orientarse”, dijo.

Recuperar la identidad

Que los jóvenes validen las calles y callejones de Barranquilla como una historia viva podría verse como algo utópico teniendo en cuenta las mejoras en la movilidad que se evidencian en la ciudad actualmente. 

Los expertos indicaron que implementar estos sistemas de ubicación en puntos específicos de la ciudad no significa que se volvería a ellos de forma permanente ya que es poco funcional, puesto que la nomenclatura reemplazó las calles primitivas

 Sin embargo, aseguraron que es necesario un símbolo que recuerde el pasado de esa calle o carrera para evocar e ilustrar a los más jóvenes, manteniendo un componente indispensable en la esencia de un territorio: la identidad y el orgullo. 

“Hace treinta años en el Concejo distrital se habló este tema y sacaron una ordenanza, que no se ha cumplido, y que obligaba a que las calles del Centro y El Prado fuese por numeración y la tradicional, por nombres”, aseguró  Pineda. 

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Dentro de las observaciones que entregaron destacaron que las obras que se han realizado en la ciudad como el Malecón y los parques, entre otros espacios públicos, han sido positivas para el mostrar a Barranquilla como una ciudad de progreso y oportunidades para todos. 

Además instaron a las autoridades distritales a contemplar la ejecución de trabajos para la recuperación del Centro Histórico que permitan resaltar su arquitectura y así se logre tener una oferta comercial agradable para quienes lo visiten, pero también lógica y coherente con lo que este especio representó para la ciudad en sus inicios.

“Sería interesante buscar la manera de volcar la buena actividad económica que hay en el Centro para que las personas sientan el deseo de vivir o frecuentarlo más. Aprender de las experiencias en la zona céntrica de ciudades como Cartagena o de Bogotá”, reiteró Smith. 

Calle San Blas con Carrera 20 de Julio o calle 35 con carrera 43. Barranquilla Gráfica
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