Barranquilla

En video | Devotos imploran a San Roque por el fin de la pandemia

La fiesta en honor del patrono popular de la ciudad se desarrolló de forma virtual, implorando su intercesión para el fin del coronavirus.

En medio del comercio y los negocios del centro de Barranquilla, un monumento se erige como recuerdo de una promesa que tuvo su génesis en el siglo XIX y que, a pesar del tiempo, aún sigue vigente.

En la calle 30 con carrera 36 se encuentra ubicado este templo de estilo neogótico, que rinde honor a San Roque, el patrono popular de la ciudad, aquel al que le atribuyen haberla liberado de la epidemia del cólera.

Este domingo, por primera vez en muchos años, las puertas del templo estuvieron cerradas para la celebración de su día. En las bancas no estuvieron los feligreses, elevando plegarias de agradecimiento. Tampoco hubo procesión. Las medidas sanitarias que se han adoptado a raíz de la propagación de la Covid-19 hicieron que las actividades para homenajear a este santo francés se trasladaran al mundo virtual.

“Ha sido una celebración atípica. Durante varias semanas estuvimos a la expectativa de si se iba a permitir la apertura de templos en la ciudad, pero al final nos decantamos por hacerlo a través de las redes sociales”, aseguró Álex René Rodríguez, párroco de la iglesia de San Roque.

Para el sacerdote salesiano, las actuales condiciones de salubridad han sido un motor para avivar la devoción a San Roque, considerado como el santo protector ante la peste y toda clase de epidemias.

“Al inicio de la pandemia, recibí varias llamadas en las que me pedían que sacáramos la imagen de San Roque en procesión. Hemos realizado muchas eucaristías y oraciones, pidiéndole que interceda en estos momentos por la humanidad”, agregó.

El religioso también indicó que algunas personas se han acercado hasta el templo para llevar panes y otras ofrendas, las cuales normalmente eran repartidas durante las misas. Ahora han sido entregadas a personas que viven en los alrededores del templo.

“La gente ha venido constantemente. Han traído panes y estampas. Muchas personas han llegado de los municipios a traer sus ofrendas, dicen que es una tradición y que este año no puede ser la excepción”, sostuvo Rodríguez, quien se encuentra al frente del templo desde hace cerca de cinco años.

Devoción familiar

Durante los últimos años, Alfonso Uribe ha sido el encargado de organizar las fiestas en honor a San Roque. Para él, la devoción por el santo de origen francés es el reflejo de una “herencia familiar”.

“Mi mamá era muy devota de San Roque, le atribuía el milagro de que mi hermano no quedara parapléjico a los dos años, cuando tuvo una enfermedad muy extraña. También le pidió una hija y se lo cumplió”, recordó el hombre, quien es el coordinador de la Asociación San Roque.

Incluso, aseguró que gracias a la intercesión del santo se salvó de morir en un accidente de tránsito: “Un 12 de agosto, de hace más de 10 años, pensé que iba a perder la vida atropellado por una moto. En ese momento, a mi mente se vino la imagen de mi madre y de San Roque”.

Con relación a la celebración, Uribe indicó que si bien no ha sido como se realizaba tradicionalmente, se han hecho con el único objetivo de homenajear a este peregrino occitano, que fue canonizado en 1584.

“Las novenas han tenido mucha receptividad. Hemos visto que la gente ha recuperado esta tradición”, indicó Uribe, aunque reconoció que la gran ausente de esta celebración será la procesión por las principales calles del populoso sector. 

La historia

Cuando la ciudad daba sus primeros pasos para convertirse en la puerta de entrada de la modernidad al país y su población no superaba los 5.600 habitantes,  sus polvorientas calles se convirtieron en la última morada de cerca de 1.300 de personas que perdieron la vida a causa del cólera, una enfermedad infecto-contagiosa que afectaba sus intestinos.

El caos y la desesperación se apoderaron de los barranquilleros. Fue en ese momento cuando una vivienda situada en la carrera Progreso (carrera 41) con calle San Roque, (calle 31) se convirtió en un sitio de culto, para pedirle a San Roque que intercediera para diezmar la epidemia.

“La desesperación ante tanta epidemia y muertes hacen que muchos barranquilleros peregrinen a dicho hogar para cumplir con sus rogativas al santo popular: logran sacarlo en procesión con la promesa de levantarle un templo en su honor”, indicó el historiador Helkin Núñez, quien se desempeña como investigador del Archivo Histórico del Atlántico.

El historiador Dalim Miranda expuso que desde ese momento, la comunidad propendió por la creación de una parroquia para el santo, cuyo liderato estuvo a cargo del padre Rafael Ruiz.

“La Diócesis de Cartagena negó, en abril de 1857, el permiso para la construcción del templo, y ordenó invertir los esfuerzos en la refacción del templo de San Nicolás, lo que desató un conflicto entre la población y el obispado”, expuso.

Miranda, quien es magister en Historia de la Universidad Nacional, también recordó que el templo fue construido y entró en funcionamiento en 1858, sin el permiso de la jerarquía eclesiástica.

“Casi seis años duró funcionando al margen de las directrices de la Diócesis de Cartagena, hasta que, en 1864, se resolvió el conflicto, el padre Ruiz fue absuelto y la parroquia paso a formar parte de la Diócesis de Santa Marta”, agregó.

Asimismo, el historiador indicó que –en sus inicios–  la fiesta patronal estaba integrada por una parte religiosa integrada por la novena, misa, procesión, y una mundana, compuesta por juegos de todo tipo, carreras toros. Sin embargo,  dicha práctica se ha desdibujado por completo en el siglo actual.

Este templo, que fue diseñado por el arquitecto holandés Antonio Stoute, fue declarado monumento nacional por el Congreso a través de la ley 260 de 1996.

Aunque dicha declaratoria implica que sea objeto de especial cuidado y conservación, el paso del tiempo ya deja marcas en la iglesia: algunos vitrales están rotos y la pintura de varias paredes está desgastada.

Además de la iglesia, una de las sedes del colegio Don Bosco lleva el nombre del santo patrono popular, del que esperan que vuelva a interceder para poner punto final a esta pandemia de la Covid-19 que agobia a la ciudad.

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