El Heraldo
Aspecto de la carrera 15 a la altura de la calle 10, en el barrio La Chinita, en la localidad Suroriente. Mery Granados
Barranquilla

“En La Chinita luchamos contra la estigmatización”

El bicitaxismo y el fútbol son dos aspectos que los habitantes de este barrio, en la localidad Suroriente de Barranquilla, resaltan, pero les preocupa la inseguridad.

Un mural en homenaje al reconocido futbolista profesional Teófilo Gutiérrez, una decena de bicitaxistas rebuscándose en una misma cuadra, dos veteranos que aseguran ser los primeros habitantes tras invadir el terreno, y demás habitantes que levantan el pulgar a conocidos y desconocidos. Es el panorama que le indica al visitante que se encuentra en La Chinita, donde la inseguridad preocupa a sus residentes.

Limita con El Ferry, Simón Bolívar, Las Nieves, La Luz y la Zona Franca. Está conformada por 119 manzanas, con calles angostas más que amplias, por lo que el acceso de carros es posible apenas en las vías principales.

Por lo anterior, se ven en los callejones y vías de este barrio popular hasta seis bicitaxis subiendo y bajando con más de dos pasajeros, entre niños, jóvenes y adultos, quienes le sacan el mayor provecho a este medio de transporte informal para ir a la escuela, ir al trabajo o para hacer diligencias.

Reina el bicitaxismo

A diferencia de otros barrios, en los que las mototaxis se parquean en las diferentes esquinas para recoger pasajeros, en La Chinita reina el bicitaxismo, un triciclo con una pequeña cabina en la parte de atrás del conductor, donde pueden ir sentados hasta tres pasajeros.

Uno de sus usuarios frecuentes es Geraldine Utria, quien dice que ante la falta de una ruta de bus que ingrese a las zonas de difícil acceso el bicitaxi es el indicado para hacer recorridos cortos, al menos hasta la periferia del barrio.

“El bicitaxi hace parte de las costumbres del barrio. Yo lo uso bastante para ir a hacer vueltas en Simón Bolívar, Las Nieves, por aquí mismo. No se hacen esperar tanto, porque hay muchos y termina siendo un viaje cómodo, rápido y barato”, manifiesta la mujer de 24 años.

Por su parte, Franyer Jiménez, quien se desempeña como bicitaxista desde los 15 años, sostiene que el bicitaxi no solo es el medio de transporte de los chiniteros, sino que es el medio de ingresos para sostener a su familia ante las complejidades para encontrar un empleo formal.

“Desde las 8:00 a.m. de lunes a domingo hago rondas por el barrio para llevar a los vecinos por acá cerca y así conseguir la plata suficiente para alimentarnos, hasta las 10:00 p.m. que me recojo con el carricoche (bicitaxi)”, dice el joven.

Cuenta que para manejar uno de esos bicitaxis es necesario tener fuerza en las piernas para poder llevar de subida y de bajada hasta cuatro personas. “De bajada es fácil, porque no hay que pedalear tanto. El problema es la subida que cansa mucho y por eso, en ese sentido, no llevo a tanta gente”, agregó.

Aunque el carricoche de Jiménez se destaca por su sencillez, otros sobresalen curiosamente por sus decoraciones y hasta los nombres que le ponen sus propietarios, como ‘El Chavo’ o ‘El Chapulín’, sus cubiertas tienen colores llamativos, tienen dibujos con escudos de equipos de fútbol, adornos que guindan del manubrio, y dedicatorias a los hijos de los conductores.

Franyer Jiménez transporta a un grupo en bicitaxi. Mery Granados

La ‘Calle de Teófilo’

Para los moradores de La Chinita, hablar del barrio y no mencionar a Teófilo Gutiérrez se les hace complicado. Es su personaje insignia, es el “orgullo nuestro”, como profesa un mural pintado por el artista ‘Sanandrés’, donde se resalta al jugador de fútbol vestido con el uniforme de la Selección Colombia y de Junior.

Está expuesto en la carrera 15 a la altura de la calle 9, el sector donde no solo viven familiares del futbolista, sino que fue ahí donde se crío y donde empezó a mostrar sus cualidades en el deporte, el cual practicaba con sus vecinos, jugando bola e’ trapo, con un par de piedras que hacían las veces de arcos.

“Teófilo no ha cambiado mucho. Se ha destacado fuera del país, ahora lo está haciendo con Junior y no olvida sus orígenes. Cada 23 de diciembre viene a esta calle a repartir regalos a los niños menos favorecidos, como en su infancia, cuando no había plata en su casa para comer”, sostiene Hilaria Gutiérrez, tía del delantero.

Por su momento en el fútbol y por sus actos de caridad en La Chinita, es muy querido en este sector, donde los niños lo ven como un ejemplo y emulan su movimiento con la pierna derecha al momento de patear la pelota en la misma calle donde el actual jugador de Junior empezó a hacer historia.

Teresa señala el mural en homenaje a su sobrino. Mery Granados

Cambios de La Chinita

Ángela Pérez y Luis Torres son vecinos y colonos de La Chinita, donde fueron partícipes de una invasión hace más de 40 años, según reconocen, tras ser “engañados” por unos individuos que les prometieron que les iban a vender unos lotes a bajo precio, en lo que ahora es un barrio habitado por 16.317 personas.

Precisamente resultaron invadiendo un terreno de una familia proveniente de China que tenía una granja, con cultivos de hortalizas. Y los primeros invasores, entre ellos Pérez y Torres, nombraron el sector como La Chinita, por el origen de los propietarios.

Para ambos, el barrio ha cambiado demasiado, incluso en la percepción de inseguridad. “Tenemos un puesto de salud cercano, pero el barrio no era tan inseguro como antes, donde éramos tranquilos. Ahora hay que estar pendiente de uno que otro vándalo”, dice la mujer.

Mientras que Torres sostiene que “antes teníamos que caminar bastante para tener agua potable. Ahora gozamos de esta en nuestras casas, pero es preocupante tanto maleante que hay en la calle”.

Sin embargo, otro morador, Forlin López, dice que la inseguridad en La Chinita se ve como en cualquier otro barrio de la ciudad, pero añade que el problema de la seguridad lo incrementa la estigmatización. “En La Chinita luchamos contra la estigmatización”, indica antes de sostener que prefiere ver al barrio desde lo bueno de la gente, el deporte y sus ganas de salir adelante, incluso montados en un bicitaxi.

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