
El lío por las parcelas de la isla Pensilvania
Algunos campesinos que viven en la isla ubicada debajo del viejo puente Pumarejo aseguran que no vendieron sus parcelas a Invías. Una demanda está en curso.
Desde hace varias décadas, debajo del viejo y ahora clausurado puente Pumarejo, reside una comunidad en una isla llamada Pensilvania, un minúsculo cuerpo de tierra que pertenece a Sitionuevo, Magdalena.
Pequeños agricultores de Soledad se asentaron en 1965 —y hasta la fecha— las nuevas generaciones continúan labrando esa tierra fértil, donde se cultivan frutas, hortalizas y tubérculos.
Sin embargo, algunos campesinos denuncian que cuando se iniciaron las obras del nuevo puente Pumarejo, en el 2015, fueron “engañados en su buena fe”, razón por la cual hoy en día hay en curso una demanda.
Sostienen que funcionarios de Invías y del Consorcio Vial Pumarejo les hablaron de contratos de arrendamientos de sus predios; no obstante, el Consorcio asegura que fueron de compra, en respuesta a un derecho de petición para conocer cuáles habían sido los pagos realizados al campesino Régulo Orellano.
Según Invías, el futuro del antiguo puente lo determinará un estudio y diseño por valor de 4 mil millones de pesos.
Este hombre, de 66 años, firmó —en su momento— un contrato en el que se le efectuó un pago por tres conceptos: 1. Arrendamiento provisional ($1.378.910). 2. Reconocimiento de compensación social por factor traslado ($1.378.910). 3. Compensación social por unidad mínima económica ($6.205.095).
No obstante, en el documento solicitado al Consorcio aparecen otros pagos prediales realizados a Orellano. Uno por la suma de $8.077.200 y otro por $7.457.500, este último corresponde a unos cultivos. Lo que llama la atención del abogado Luis Alberto Gabalo Fandiño, que lleva el caso, es que al finalizar el documento se afirma que los predios del campesino sí fueron adquiridos por el Consorcio. “Respecto a la petición relacionada con el oficio SMA-24-197 del 25 de mayo de 2016, el mismo corresponde al proceso de adquisición del predio en comento (....)”, se lee en la petición.
“Mi papá es una persona adulta, él ya no entiende muchas cosas y menos iba a entender esos tipos de contratos”, dice Omar Díaz de la Cruz, hijo del agricultor.

Por su parte, Gabalo asegura que la voluntad del agricultor no fue vender y afirma que lo que resulta aún más grave es que los precios que les pagaron a los campesinos por los predios son “irrisorios”. Pues el total entregado a Orellano fue $24.497.615.
“Yo he estado pendiente del caso de mi papá. Me dolió que recibiera tan poquita plata cuando él tenía cientos de palos de mango y de coco sembrados. ¿Usted cree que eso costaba 24 millones? Yo me he asesorado con gente que sabe y todos me dicen que eso cuesta más”, explica Díaz, quien hace parte de la comunidad de 100 personas que habitan en la isla.

Falta de pago
Erasmo Monsalvo, otro agricultor, también sostiene que resultó afectado.
“A mí me dieron una bonificación para que yo buscara arriendo mientras ellos trabajaban en mi parcela, me dijeron que me iban a pagar los cultivos que tenía y hasta la fecha no me han dado nada”, dice Erasmo, quien vive en la isla hace más de 20 años.
Pensilvania es un minúsculo cuerpo de tierra que pertenece a Sitionuevo, Magdalena, y por encima le pasa el puente Pumarejo.
Monsalvo señala que recibió alrededor de $400.000 por el arriendo del predio. La tierra en su momento contaba con 2.000 palos de yuca, 10 palos de coco y 5 matas de plátano. “Me “tumbaron todos los cultivos, ya han pasado 4 años y no me han dado nada. Ahora estoy trabajando con las uñas, me dejaron manos abajo”.
Acciones legales
El 12 de abril del año en curso se realizó una audiencia entre Orellano, el Consorcio Vial Pumarejo, Invías y el Ministerio de Transporte, pero no hubo conciliación entre las partes implicadas. “Se hizo una constancia de no acuerdo de conciliación en la Casa de Justicia, en Barranquilla, y en ese documento quedó plasmado el inconformismo de mi cliente. Él aclara que nunca vendió y que si quieren comprar que lo hagan por el valor que es”, indica el abogado.
El jurista explicó que años atrás el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (Incora) les adjudicó legalmente predios a los campesinos que habitan la isla y a la fecha los que llevan largo tiempo allí cuentan con acta de posesión. Es válido aclarar que los campesinos que “arrendaron” sus predios continúan viviendo en la isla.

Voces
Héctor Carbonell, veedor de las obras del puente Pumarejo, afirma que en la última asamblea que se realizó el año pasado el director de Invías dio la instrucción para que se hiciera la revisión de esos valores pagados a los campesinos para su reubicación y el resultado arrojó que los montos que se entregaron corresponden al marco legal.
EL HERALDO se puso en contacto con Invías para obtener información sobre los supuestos dineros que se les adeudan a algunos campesinos; sin embargo, —a través de la oficina de comunicaciones— manifestaron que entregarán una respuesta la próxima semana.

Futuro de la Isla
Algunos habitantes de Pensilvania dicen estar en incertidumbre, pues han escuchado que la isla se convertirá en un sitio turístico. “Aquí nadie nos ha venido a decir nada, pero eso es lo que se comenta desde hace tiempo. Lo único que pedimos es que nos tengan en cuenta y no pase como la construcción del nuevo puente”, dice el campesino Ángel Cruz.
Con relación a los trabajos de demolición de la parte central del viejo puente Pumarejo, Juan Esteban Romero, director operativo de Invías, dijo que el futuro del antiguo puente lo determinará un estudio y diseño que contratará la entidad por un valor de $4.000 millones y que durará nueve meses.
