Cuando urge una desconexión digital para reconectarse con la vida
Iniciativas propenden por ‘descansos tecnológicos’ para superar dependencias.
Aunque pudieran ser considerados exageraciones, los memes que muestran a personas desmayadas o en medio del llanto por la supuesta pérdida del celular o por la falta de conexión a internet, parecen no estar muy alejados de la realidad.
La tecnología está facilitando cada vez más la vida de las personas, acortando distancias, permitiendo escuchar una infinidad de opiniones, dando la posibilidad de realizar cualquier diligencia desde un teléfono, etc., pero también ha terminado por captar casi por entero la vida de muchos. El tiempo que la gente permanece conectada a sus teléfonos, computadores u otros equipos es prolongado, muchas veces sin importar los efectos que sobre las condiciones físicas y mentales esto pueda traer.
El siquiatra Jaime Eroles se refiere en un reciente artículo del diario La Vanguardia, de España, a la dependencia a las redes sociales, a las aplicaciones de mensajería interactiva instantánea y videojuegos. Según dice, “…el infosurfing ('navegación' continua y prolongada por Internet sin objetivos claros), la pornografía, la compra compulsiva online (oniomanía), los juegos de azar (gambling) y la infidelidad online, entre otros, tienen cautivos a un creciente número de incondicionales que extiende el fenómeno de la ciberdependencia a diferentes ámbitos de la vida. Dado que el acceso a estas actividades se produce a menudo a través del móvil, la nomofobia (pánico a no disponer del móvil) refleja esta amalgama de dependencias, sobretodo entre la población más joven”.
Asimismo BBC Mundo habla de la organización Digital Detox que surgió en Estados Unidos para promover la desconexión digital. Se trata de una iniciativa de Levi Felix, quien cuenta que trabajaba 70 horas a la semana en una startup, hasta que fue recluido en un centro de salud en 2008 por agotamiento. Su experiencia lo llevó a desconectarse y a mudarse a una isla en el sureste asiático, a partir de lo cual creó su empresa “para organizar retiros de yoga y meditación que ayuden a la gente a desconectar de la tecnología”.
En su sitio web, Digital Detox expone datos como que el estadounidense promedio dedica el 30% del tiempo de ocio a leer la web, que el 50% de las personas prefieren comunicarse digitalmente que en persona, que el 33% de las personas adm iten esconderse de su familia y amigos para revisar las redes sociales y que la luz artificial de las pantallas aumenta el estado de alerta afectando negativamente el sueño, el rendimiento y el estado de ánimo. Y añade que desconectarse por lo menos un día puede incidir de manera favorable en la salud mental de las personas.
Poner límites
Una de las recomendaciones que se suele hacer a las familias es monitorear el uso de las herramientas tecnológicas por los más jóvenes, y enseñarles a autocontrolarse explicándoles las razones para ello.
El ministro de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, David Luna, dice -en una columna publicada en la web del Mintic-, que “los padres también tenemos la obligación de poner límites y condiciones para la utilización de nuevas tecnologías. Por ejemplo, fijar unos horarios claros para navegar por la red, poner el computador en lugares abiertos de la casa o limitar el uso de algunas aplicaciones móviles, como servicios de mensajería y chat, entre otras reglas”.
Datos del Ministerio indican que, para el tercer trimestre de 2016 Colombia ya contaba con 15.130.185 de conexiones a internet, de las cuales 5.889.626 son fijas y 9.240.559 son móviles. La meta del Gobierno a 2018 es multiplicar las conexiones de banda ancha en Colombia hasta alcanzar las 27 millones de conexiones.
Síntomas
Para detectar si se es adicto al teléfono celular o a la conexión a Internet y/o redes sociales, expertos recomiendan revisar síntomas tales como:
- Mirar el celular todo el tiempo, sin necesidad aparente, aun estando de descanso o en un plan distinto a las actividades usuales.
- Sentir ansiedad cuando no se está conectado o una especie de efecto de abstinencia.
- Presentar inconvenientes para dormir a raíz del excesivo uso de estos sistemas.
- Distraerse frecuentemente en las reuniones laborales o informales por el uso de estos sistemas.
- Circunscribir los diálogos familiares o con amistades a las actividades en las redes sociales.
