¿Cuál es la solución para que Transmetro salga de la crisis?
La disminución de los usuarios movilizados generó una diferencia abismal entre los costos de la operación y los ingresos recibidos por pasajes.
Una caída abrupta de transporte de usuarios por consecuencia de la pandemia ha sido determinante para que las finanzas del Sistema de Transporte Masivo de Barranquilla y su área metropolitana se desmoronaran.
Como un efecto dominó, desde marzo, la operación mes a mes empezó a sentirse trastocada por los cambios que se impusieron desde el Gobierno nacional para evitar la propagación del virus.
En tiempos críticos de la pandemia, Transmetro movilizó 145 mil usuarios en una semana, cifra que representaba la movilidad diaria, antes de la crisis sanitaria.
La flota activa operativa del Sistema es de 265, el servicio operacional en los últimos meses se programó con menos de 200 buses.
Un tirón que no ha sido fácil para Transmetro, sobre todo porque dentro de su planeación se había visionado atraer a más pasajeros con la mejora del servicio, en especial a aquellos que se movilizaban en el transporte informal.
Pero las cifras en el 2020, producto de la emergencia por el coronavirus mostraron un evidente declive en el índice de pasajero por kilómetro recorrido, el cual debe marcar un indicativo que en época normal de 3 y hasta finales de agosto pasó a estar por debajo de 1. “Esto es realmente crítico para el sistema”, manifestó una fuente cercana al Sistema.
Eso conllevó a que en el mes de mayo se abriera una gran brecha entre la tarifa técnica y la tarifa usuario. La primera corresponde a una tarifa de equilibrio que refleja los costos de la implementación, puesta en marcha, operación, mantenimiento y escalabilidad del Sistema, representados por los pagos a todos los agentes que hacen parte de este. Es el resultado matemático de dividir la sumatoria de los egresos representados por la remuneración a los agentes del Sistema entre el total de viajes que constituyen pago, en un período de tiempo determinado. Su costo alcanzó los $8.735.
Mientras que la tarifa usuario, que es el costo del pasaje, seguía en $2.400; es decir, se generó una diferencia de $6.335. Esto sumado a que el sistema dejó de recibir una de sus fuentes de ingreso que proviene Fondo de Estabilización Tarifaria del Área Metropolitana, el cual representa $200 pesos del pasaje de buses que se paga en el Transporte Público Colectivo. (Ver histórico de los últimos cinco años).
Uno de los retos, según el Área Metropolitana de Barranquilla (AMB) para oxigenar el Sistema, busca el equilibrio entre ambas tarifas que ya eran deficientes antes de la pandemia y que se incrementaron con la restricción del aforo del 35% inicialmente y que se aumentó en un 15% adicional en la nueva fase de aislamiento inteligente.
Esa diferencia es lo que terminó por agudizar el déficit que los concesionarios han repetido hasta la saciedad durante los últimos meses.
Según las proyecciones del ente gestor, al cierre de este año, el sistema movilizará a unas 20 millones de personas, menos de la mitad de los transportados en 2019, periodo que culminó con un poco más de 43 millones de usuarios.
La estimación del gerente de Transmetro está basada en las cifras que hasta agosto registraron un total de 12 millones de pasajeros.
Sin embargo, el reto de los operadores y del sistema en general es aumentar el número de pasajeros movilizados en la medida en que el Gobierno permita subir el aforo en concordancia con la reapertura de las actividades económicas, en medio de la nueva realidad de la ciudad.
Como salvavidas a esta situación, a principios de septiembre, a través de la línea de crédito suscrita con el Gobierno nacional, Findeter le aprobó al Distrito de Barranquilla $40.000 millones.
La aprobación del crédito público se da luego de expedirse el certificado de potencial beneficiario por parte del Ministerio de Transporte y surtir toda la solicitud ante Findeter, como entidad financiera.
El empleo de los recursos adicionales para el componente de operación del SITM Transmetro es temporal, de acuerdo con la vigencia del estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica decretado por el Gobierno.
La Alcaldía, como entidad territorial, fue la encargada de realizar todo el trámite para obtener el crédito con Findeter, tal como lo indica la hoja de términos de requisitos.
Aunque los operadores han reiterado que esto no es una solución definitiva, reconocen que sí aliviará la crisis que empeoró este año con la pandemia.
Por su parte, el gerente del AMB dice que la situación requiere un entendimiento del Gobierno nacional para que se dé un abordaje diferente al tratamiento de sus problemas estructurales.
En concepto de la entidad, es necesario que el Gobierno habilite recursos directos para equilibrar el déficit operacional del sistema de transporte dado que los entes territoriales no pueden solos con esta responsabilidad.
“Sus fuentes son limitadas, sus ingresos se han reducido y los gastos producto de la pandemia como salud, educación, alimentación y reactivación económica, han dejado con estrecho margen fiscal a los territorios para apoyar a los sistemas masivos”, señala el AMB.
El gerente de Transmetro, Fernando Isaza, ha dicho en varias oportunidades que la ciudad se debe conceptualizar con la realidad del mundo, para ello se necesita fortalecer el sistema de transporte público y apostarle a una ciudad en la que más usuarios se movilicen en el sistema masivo y menos en vehículos particulares.
Bajo este argumento, en la ciudad ya se habla de la necesidad de poner en marcha la Red Integrada de Transporte Metropolitano, Ritmo, un proyecto de $2.2 billones que ya fue presentado al presidente Iván Duque con la intención de articular los diferentes modos de transporte (Transmetro, transporte colectivo, Ríobus y tranvía) en un solo sistema de cara al usuario.
El propósito, según las autoridades, es ofrecer calidad con una flota moderna de buses, con mayor cobertura y accesibilidad, mejores frecuencias y uso de la tecnología para permitir mejores tarifas, pues no tendrán que cancelar varios pasajes, sino hacer un solo pago y el transbordo en varios modos hasta llegar a sus destinos.
“La integración del transporte implica inversiones millonarias en infraestructura, renovación de flota, tecnología, paraderos entre otros. Bajo el liderazgo del alcalde Jaime Pumarejo le apuntamos a un nuevo Conpes de cofinanciación para poder solventar las necesidades descritas y tener un transporte de calidad en el área metropolitana de Barranquilla”, señaló el gerente del AMB, Libardo García.
La ampliación de la estación de retorno Joe Arroyo es un proyecto que fue aprobado en el 2018 por el Ministerio de Transporte.
La plataforma que actualmente ocupa 1.500 m2, duplicará su tamaño y se convertirá en un área de 3.000 m2. La obra de ampliación contempla un segundo piso donde funcionará el centro de control de operaciones, que actualmente tiene sus instalaciones en las oficinas de recaudo SIT. También se habilitarán espacios para beneficio de los usuarios. Antes de poner en marcha la obra, el ente gestor ha hecho énfasis en la necesidad de resolver la sostenibilidad del Sistema.
