Barranquilla

Cevillar “lucha” por su territorio

Este barrio está ubicado en la localidad Suroccidente de Barranquilla, donde sus habitantes defienden la propiedad de la cancha y piden por su conservación.

Cubierto por coposos y frondosos árboles frutales se esparce Cevillar desde hace 64 años en un sector de la localidad Suroccidente de Barranquilla, donde la tranquilidad y el silencio de las jornadas diurnas y vespertinas son interrumpida ocasionalmente por el ruido de las rutas de buses que circulan de sur a norte y viceversa cruzando el barrio, y por la inseguridad que perciben sus habitantes.

Está ubicado desde la carrera 20 hasta la carrera 14, entre las calles Murillo y Cordialidad. Y desde la Cordialidad hasta la calle 56, entre las carreras 14 y 18, limitando en esta área con los barrios San José, Villate, La Ceiba, La Sierra y La Victoria.

Allí residen más de 4.000 personas, de acuerdo con las declaraciones de los representantes de la Junta de Acción Comunal (JAC) del barrio en mención, quienes viven rodeados no solo por los inmuebles residenciales, sino que también encuentran entidades bancarias, supermercados, centros médicos, establecimiento con juegos de azar, bares, discotecas, centros bíblicos e instituciones educativas.

Sin embargo, un poco más de seis décadas atrás, los terrenos donde hoy queda Cevillar no se asemejan  a lo que ahora “es un barrio popular y folclórico de Barranquilla”, como lo definen sus moradores.

Fachada de Concentración Cevillar, en la calle 46B. Luis Rodríguez

Según el pensionado de Colpuertos, Jaime Vargas Colina, Cevillar antes era una finca con una extensa vegetación de tres hectáreas que, posteriormente, se dividió en dos partes iguales no solo para ubicar a Cevillar, sino también a San José.

“Esto era un potrero que ya contaba con la Cordialidad, donde existían ya unos lugares de diversión desde la carrera 12 hacia adelante con calle 47”, sostiene el agrónomo de 63 años, quien es oriundo de Puerto Colombia, pero desde hace 60 años se radicó en la calle 46B con 14E.

Vargas Colina, quien se muestra interesado por las historias que han surgido del barrio donde habita hasta ahora, explica por qué se le denomina Cevillar a esta urbanización estrato tres de la capital del Atlántico.

“El potrero le pertenecía al señor Celio Villalba Rodríguez, por eso se llama Cevillar con c y con v, porque no es de Sevilla (España), como se rumoraba por ahí, sino que es proveniente de los nombres y los apellidos del dueño de estas tierras en ese entonces”, manifiesta el hombre.

Es así como el propietario santandereano, que se dio a conocer como un empresario que administraba un negocio de café molido, donó la zona para ser urbanizada a través de los programas de interés social del Estado.

Un transeúnte pasa por la cancha de fútbol Cevillar. Luis Rodríguez

Con las viviendas listas, según narra, los primeros habitantes empezaron a poblar desde la carrera 16 a la carrera 14, entre las calles 45E y la 46. Pero de esas casas con concreto y tejas, poco o nada queda, pues sus fachadas y sus interiores han sido modificados con la intención de modernizar sus apariencias con plafones y decoraciones en la terrazas.

¿La cancha de Cevillar?

Otros vecinos, como Fausto Utria, destacan de Cevillar la unión de los vecinos y los innumerables colegios que posee como el colegio Concentración Cevillar, el Simón Bolívar y la institución Sarid Arteta de Vásquez, entre otros. Sin embargo, no deja de mencionar la cancha de Cevillar, donde se practica el fútbol.

Es un sentido de pertenencia que identifica a los habitantes de este barrio, quienes tradicionalmente identifican este escenario deportivo barrial como propio, al ubicarse entre las carreras 14 y 13C con calles 51 y 54. Pero una leyenda en la paredilla del campo indica otra cosa: “Bienvenidos al barrio La Sierra”.

“Esta no es la cancha de Cevillar, es la cancha de La Sierra”, dice Andrés Orozco, presidente de la JAC de La Sierra, mientras le muestra al equipo de ‘EL HERALDO en los barrios’ un documento de Planeación distrital que certifica que está localizada en terrenos del barrio vecino, justo al límite con Cevillar.

Pero Jaime Vargas Colina, quien además es hijo de la primera presidenta de la JAC en la historia de Cevillar, también facilita a este medio la escritura original, donde se expresa que “el Municipio de Barranquilla cedió un lote de terreno con fecha del 24 de septiembre de 1975 a favor de la JAC del barrio Cevillar”, y en la que detalla que está ubicado en la calle 45E con la carrera 13C, del barrio Cevillar, colindando con la carrera 14, con la carrera 13C, con la calle 45E y con la calle 45F.

Al final, la escritura No. 2.313 es firmada por la secretaria de la Notaría Tercera de ese entonces, Elodia Hernández Maya.

Mientras continúa la disputa, Deobaldo Muriel afirma que “siempre he referenciado a este sector como la cancha de Cevillar. Si alguien me dice que está en la cancha de La Sierra, fácilmente me puedo perder o no llegaré porque no la conozco”.

Las plantas adornan esta angosta calle de Cevillar. Luis Rodríguez
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