Barranquilla, más cerca de completar canalización de arroyos
La ADI informó que las canalizaciones avanzan en un 70 %. Las obras del arroyo El Salao 2 finalizarían entre febrero y marzo y las de La Felicidad en abril del 2022.
El miedo, la zozobra, el pánico y el terror de los barranquilleros a ser arrastrados por los arroyos que persisten en algunos sectores de la ciudad pronto cesarán. Al menos en aquellas zonas de la ciudad en la que se ejecutan trabajos de canalización, pues falta muy poco para completar el 100 por ciento de los trabajos en curso.
El Distrito informó que las obras –con avances cercanos al 70 por ciento– no solo mejorarán la movilidad, también serán un alivio para los ciudadanos que han tenido que sufrir por la presencia de las “peligrosas” corrientes de agua que recorrían las calles de la capital del Atlántico.
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El gerente de la Agencia Distrital de Infraestructura (ADI), Alberto Salah, se mostró muy optimista con el sueño de tener una ciudad libre de arroyos y espacios más seguros.
“Las obras van muy bien en los frentes que estamos actuando. Hoy es un ejemplo ver cómo el tramo Felicidad, segunda etapa, prácticamente está listo”, dijo Salah.
El trayecto intervenido en el arroyo La Felicidad arranca desde la carrera 38 con calle 54 y llega hasta la carrera 27 con calle 57.
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“Hay un kilómetro de box culvert debajo de está vía prácticamente listo y que conduce las aguas desde uno de los inicios del arroyo Felicidad en los sectores de Olaya, San Felipe y en esa parte alta que es la cuenca de inicio de este arroyo, incluyendo el sector de Los Andes y Los Pinos, que es donde está ubicada la gran captación de este tramo”.
El funcionario informó que actualmente la canalización de la carrera 35 o arroyo Hospital avanza en un 95 por ciento y que ya finalizaron las obras del Caño de la Ahuyama.
“Muy importante todo lo que se hizo cuando el decole del arroyo se colocó a 45 grados, lo que permitió que ganara la velocidad de flujo del arroyo y en una zona de muy poca pendiente este funcionará de mejor manera”, explicó el gerente de la ADI.
En el sector del Caño de la Ahuyama está pendiente la creación de una zona de amortiguamiento hidráulico que vamos a tener con el objetivo de que cuando existan excesos de agua en cuencas extras que se pegan al canal de la 35 halla una respuesta inmediata.
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En cuanto a la canalización del arroyo El Salao 2, entre las calles 103 y 110, comenzarán a desarrollar no solamente el proyecto de ampliación y mejoramiento de la Circunvalar, sino el ordenamiento hidráulico que se requiere para evitar afectaciones de esta arteria vial tan importante de la ciudad y en los barrios vecinos.
“En este momento tenemos cerca de 140 metros de canal ya ejecutado, de los 250 que tenemos proyectados y esto es muy importante. Barranquilla avanza demasiado en el tema de drenaje urbano”, mencionó Salah.
Luego de 14 años trabajando por acercarse a la meta de cero arroyos en Barranquilla, el funcionario de la ADI aseguró que van 60 kilómetros de arroyos canalizados.
“El propósito del gobierno de Jaime Pumarejo es llegar a una cobertura muy importante de cerca del 90 por ciento de los arroyos en la ciudad”, sostuvo Salah.
Obras Pendientes
Pese al “gran avance” de las obras, aún hay varios ramales pendientes de canalización como es el caso del canal de la calle 84. En este sector se deben ejecutar obras en el canal de la calle 85, cerca del parque Venezuela, para hacer una “gran” captación, antes de la carrera 46.
“Este es un proyecto que ya tenemos incluido ante la Unidad de Gestión de Riesgo y ya lo tenemos declarado viable y se trabajará en seis canales barriales más en sectores como Las Malvinas, Villas de San Carlos y La Chinita”, indicó el funcionario.
También está pendiente ejecutar labores en un sector del barrio Las Palmas y el ramal del arroyo de la carrera 65 con calle 54.
En cuanto a la posibilidad de la creación de nuevos arroyos por la canalización de las obras ejecutadas, el funcionario Salah afirmó que esto es “completamente falso” y que la limpieza en los canales es “permanente” para evitar que se “rebosen”.
El Distrio estimas que las obras del arroyo La Felicidad concluyan en el mes de abril de 2022 y las del arroyo El Salao 2, entre febrero y marzo del 2022.
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La comunidad
Los más felices con las obras son los habitantes de los diferentes sectores en los que han sido canalizados los temibles y peligrosos arroyos.
Rubén Moreno, residente en el barrio El Recreo desde el año 1974, indicó que es “notable” el cambio en la calidad de vida de los vecinos de la zona.
“Antes la gente no podía pasar, los carros no podían parquear en la calle porque se los llevaba el arroyo. Aquí muchas personas fueron arrastradas por los arroyos”, dijo Moreno.
Explicó que las viviendas se han valorizado en mayor medida y que la economía del barrio ha mejorado.
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“Hoy en día es una felicidad no solo para los del barrio El Recreo, sino para los de Los Pinos, El Lucero, Santo Domingo y ya esto es una realidad”, añadió el señor Moreno.
Miriam Ospino, residente del barrio Las Estrellas, contó que se siente más “tranquila” con el avance de las obras y que esperaron por mucho tiempo esta intervención.
“La diferencia ha sido mucha y ha mejorado la seguridad”, expresó Ospino.
Hilda Páez, también residente de Las Estrellas, aseguró que los trabajos de canalización han sido “claves” en esta temporada de lluvias.
“La diferencia se ha visto reflejada cuando llueve”, anotó Páez.
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Las víctimas
El intendente Roberto Carlos Olmos Orozco, jefe del Grupo de Manejo de Emergencias y Desastres de la región número 8 de la Policía (Ponalsar), informó que en lo que va corrido del 2021 han sido arrastrados por las corrientes de los arroyos dos menores, los cuales fueron encontrados –sin vida– por las unidades de rescate.
Señaló, además, que en los dos últimos años han muerto siete jóvenes ahogados en arroyos de la ciudad.
Por su parte, el obituario de la página web de la IED Marco Fidel Suárez, relacionada con la problemática de los arroyos en la ciudad, registra en los dos últimos años solo tres casos de personas, dos menores y un adulto, que murieron tras ser arrastradas por estas corrientes.
