Arca Luminosa le alumbró las noches a 68 perros callejeros
En varias jornadas le colgaron collares reflectores a los canes. Esperan contar con más voluntarios para el mes de mayo.
Una jornada de caricias, ladridos y sonrisas vivieron los cerca de 30 voluntarios que recorrieron diferentes sectores de Barranquilla alimentando e identificando a perros callejeros. Con collares luminosos, que brillan en la noche para llamar la atención de los conductores, fueron beneficiados estos animales, cachorros o adultos.
Un total de 68 perros callejeros, entre peludos, flacos y algunos maltratados, recibieron alimentos, agua y un collar especial, que refleja la luz de los vehículos en las noches. El proyecto, liderado por voluntarios de la fundación Arca Luminosa, tiene sede principal en Bogotá, pero diferentes células lo han replicado en diferentes ciudades de Colombia como Cali, Medellín y Barranquilla.
Aunque algunos de los animales, debido al maltrato y a sustos previos, fueron reacios al contacto con los voluntarios, gran parte de ellos acudieron gustosos a comer el concentrado y los alimentos que les ofrecieron al tiempo que les colgaban los collares.
Bajo el sol y durante más de ocho horas los jóvenes recorrieron los sectores de Villa Carolina, el Gran Malecón del Río, la Vía 40, Villatarel e Intendencia con el objetivo de brindarle a estos perros mayor seguridad a la hora de circular por las calles, el lugar en el que sobreviven día a día.
“Yo quise ser embajadora y traer este proyecto a Barranquilla. Afortunadamente todo ha salido muy bien. Lo que queremos es poder conquistar a los perritos para que se puedan acercar a nosotros y dejar un granito de amor dentro de ellos”, dijo Stefanny Salazar, líder de los voluntarios de Arca Luminosa en Barranquilla.
Los voluntarios de Arca Luminosa en Barranquilla planean una nueva jornada para el mes de mayo, en donde recorrerán otras zonas de la ciudad en búsqueda de más perros callejeros para colgarles los collares y darles alimento.
“No es solo acercarse al perro y ponerle el collar. Hay que ganarse su afecto y generar el lazo para que él se pueda acercar. Es bastante extenuante, pero muy gratificante, porque los perros no entienden como nosotros y toca explicarles con cariño”, manifestó Edson Ballestas, uno de los voluntarios.
