El Heraldo
Barranquilla

Alza de útiles escolares también resiente bolsillo de hogares

Aumento del dólar impulsa precios de los artículos de papelería. Una lista de implementos que el año pasado le costaba $120 mil a una familia, hoy le sale en más de $150 mil.

Entre los estantes con cuadernos, lápices, borradores y marcadores, camina Juan Cassiani mirando los precios y va calculando en su cabeza por cuánto le van a salir este año los útiles escolares de su nieto.

Cassiani es un jardinero de 63 años que trabaja en el norte de la ciudad y vive con uno de sus tres hijos en un barrio de la localidad suroccidente. Debido a la precaria situación económica que atraviesan en su vivienda, ayuda con los gastos del mayor de sus nietos, que va para quinto grado en un colegio del Distrito.

El hombre mira diferentes artículos y murmura “esto me va a salir caro” con las cejas fruncidas. Mira al niño que juega entusiasmado con una caja de colores y su expresión se suaviza. Asegura que gana cerca de 370.000 pesos y que el año pasado se gastó unos $120.000 en útiles.

El jardinero sostiene en sus manos curtidas un cuaderno con jugadores del Real Madrid en la carátula y apunta que ese seguramente le gustará al niño que es fanático del fútbol. Pasa las palmas ásperas por la portada mientras lo coloca en el estante y saca una lista del morral que carga, con los artículos que debe comprar.

“7 cuadernos rayados y 1 cuadriculado, a $2.400 cada uno; 2 lápices, uno negro a $700 y otro rojo a $650; una regla a $5.850, un pegante a $2.850, un paquete de ocho cartulinas en octavos a $950, una tijera a $1.250, 2 marcadores borrables, negro y rojo, cada uno a $1.950; un borrador de nata a $550, una caja de colores a $8.500, 2 blocks, uno sin rayas a $2.850 y otro con rayas a $2.050, y una carpeta que la más barata cuesta 11.300 pesos”, desmenuza el documento Cassiani, con la experiencia de quien sabe que cada peso cuenta.  

Sacando cuentas, el hombre se estaría gastando $59.650, sin meter los libros de ocho materias ni la renovación de los uniformes o un morral nuevo, “porque el del año pasado ya llevaba tres de uso y era heredado de un primo”.

“A vuelo de pájaro van a ser unos $150.000 solo en útiles escolares y yo no recibo aumento del mínimo, el mío es menor. Lo que me gano va a alcanzar para menos este año, pero no puedo dejar que mi nieto se quede sin estudiar”, sentencia el jardinero de rostro cetrino como si hiciera una promesa, y toma al nieto de la mano para salir de la papelería.

El nieto de Juan Cassiani será uno de los cerca de 315.000 niños y jóvenes (alrededor de 213.000 en el Distrito y 102.000 en Atlántico) que ingresarán en los próximos días a las instituciones educativas públicas del departamento. La inminente entrada a clases para el primer semestre de 2016 está impactando el bolsillo de las familias, que tendrán que sacar dinero extra de su presupuesto de comienzos de año.

El motivo de esto es el encarecimiento de los útiles escolares, sobre todo los libros y cuadernos, por cuenta del aumento del dólar, algo que también ha afectado a las importaciones de papel e insumos para fabricarlo. 

De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane), las compras de bienes traídos del extranjero han caído en un 10,6% para las pastas de madera, desperdicios de papel o cartón; en un 14,2% para papel, cartón y sus manufacturas, y de un 24,7% para productos editoriales, prensa y textos.

Esa menor entrada de insumos va a afectar el abastecimiento de productos en el mercado, lo que conllevaría a un alza de precios de los libros y cuadernos que se comercializan este año, explicó Ximena Lombana, directora de la revista especializada Economía Aplicada.

Entre el 15 de enero de este año y el mismo día del 2015 el precio del dólar tuvo una variación de 33%, es decir, a mediados de este mes el dólar costaba $800 más que en la misma época del año pasado.

El analista económico, Joseph Daccarett, refuerza la explicación de que el precio de los útiles escolares se ve especialmente afectado por el alza de la divisa internacional. “Muchos de los útiles escolares, partiendo por el papel, son importados y en su gran mayoría son fabricados en China. En el caso de los que son manufacturados en Colombia, también se utilizan insumos que vienen de afuera. Indudablemente todos estos elementos aumentan de precio por cuenta del dólar”, explica el analista.

En una de las góndolas con cuadernos, Johanna Álvarez observa los tipos de productos que hay este año. La madre cabeza de hogar manifiesta que tiene dos hijos, uno en quinto y otro en décimo grado, y las listas de este año le aumentaron unos $100.000 con respecto a 2015. “Lo de mi hijo mayor son alrededor de $450.000 y el menor $550.000, eso sin meter uniformes nuevos, morrales y otras cosas extras.

Dentro de los costos van unos módulos de textos que vende exclusivamente el colegio y ahora estoy averiguando el resto de materiales”, afirma mientras esgrime un par de hojas donde estaban consignados artículos como caja de colores, sacapuntas, lápices y lapiceros negros y rojos; reglas y marcadores borrables, entre otros. 

Al salir de la caja de pago, Álvaro Manotas también saca cuentas de la compra que hizo para el inicio de clases de su hijo que empezará a cursar octavo grado el próximo 1 de febrero. “Solo en cuadernos, bolígrafos y productos de papelería gasté $120.000 el año pasado, y este año fueron por lo menos $30.000 más”.

Manotas, que es empleado de un banco, calcula que el gasto en útiles escolares representa por lo menos el 35% de sus ganancias este mes. “Yo hago un presupuesto a fin de año y anticipo el gasto de la entrada al colegio, pero los textos han subido de precio y van a costar no menos de $700.000”.

Frente a las molestias de los padres de familia que afirman ‘sentir el golpe escolar’, Daccarett aclara que hay que tener en cuenta una conjunción de factores que hacen que la variación de precios este año sea mayor. En cuanto al dólar, “en los últimos años el dólar se mantuvo razonablemente estable entre los 1600 y los 1800 pesos, y las variaciones en los precios de estos productos eran menores”.

Al incremento de la moneda norteamericana se suma que la inflación registrada en la ciudad en 2015 fue mayor que el incremento del salario mínimo decretado por el Gobierno Nacional el pasado 30 de diciembre. Es decir, mientras que el aumento generalizado de los precios en Barranquilla fue del 7,65% el año pasado, este año el salario mínimo subió 7%; de $614.350 a $689.454.

Jairo Parada, Ph.D. en Economía y docente de la Universidad del Norte, afirma que ante esta situación los padres de familia tienen pocas alternativas. “Me temo que poco podrán hacer a la hora de comprar por cuenta del pobre aumento salarial”, asegura el economista. Añade, sin embargo, que la compra de libros de segunda es una opción para aliviar los bolsillos, siempre y cuando los propios colegios lo permitan.

Noris Vargas recorre la sede de una de las papelerías más grandes de la ciudad y comprueba en la práctica, y sin saberlo, que lo que el especialista de la Universidad del Norte indica es cierto. A sus 70 años afirma que este año le está siendo difícil conseguir opciones más baratas de los útiles que le exigen a su nieta para empezar el primer grado. “El año pasado gasté unos $100.000 en artículos de papelería, pero este año no sé porque apenas estoy empezando y por lo menos ya veo que no hay cuaderno grapado”. Mientras examina algunos cuadernos cocidos y con espirales de metal concluye: “a veces el comercio lo induce a uno a gastar más”.

En contraposición a lo que percibe Noris Vargas, una administradora de una de las papelerías de la ciudad argumenta que si bien es cierto que ha habido un aumento en los precios este año, los negocios han tenido que hacerlo frente al incremento en los productos por parte de los proveedores. “Si el proveedor -que distribuye productos importados- justifica que el precio es mayor porque subió el dólar, la papelería también le tiene que subir”, sostiene la empleada.

Sin embargo, agrega que algunos productos variaron en mayor medida que otros. “En los lápices, borradores y sacapuntas no hubo mucha variación, pero en otros como cuadernos, insumos de oficina y pegantes es más notorio el cambio en el precio”.

El reporte de inflación del Dane permite identificar la tendencia al aumento en los precios de estos implementos por cuenta del alza del dólar desde 2015. Mientras que la inflación anual en el país fue de 6,77%, los textos, cuadernos y otros costos educativos tuvieron un aumento del 4,47%. Otros artículos escolares superaron el promedio de la inflación con un incremento de 9,19%.

 En las papelerías hubo una gran cantidad de compradores el pasado fin de semana por causa de la quincena.

Crédito versus efectivo

Para Joseph Daccarett, el impacto actual del aumento de los precios se verá  reflejado especialmente en el sistema financiero. “Los padres van a hacer lo que sea necesario para que sus hijos tengan los útiles y ante la falta de recursos acudirán al crédito. A su vez, en la medida en que suban las tasas de interés un asalariado empezará a notar cómo le afectan sus cuotas”, aclara el especialista.

Ximena Lombana, directora de Economía Aplicada, no comparte la posición de Daccarett, por el contrario, considera que el consumo se reducirá y las familias van a priorizar gastos ante el encarecimiento de los productos y servicios en general. “Cuando el ingreso se reduce, los hogares hacen un listado y priorizan los gastos que no pueden dejar de hacer, como los alimentos o los servicios públicos. Pero, en el caso de los útiles escolares, las personas sí pueden recortarlos, así que la demanda caerá”, concreta la analista Lombana.

Juvenal López, padre de dos niñas del colegio Humboldt, es consciente de las opciones entre las que puede escoger a la hora de pensar en el financiamiento de los útiles escolares de sus hijas. De pie frente a un estante de cuadernos con avisos de descuentos, observa los precios y confiesa con cierta expresión de tranquilidad “yo pago en efectivo; la tarjeta de crédito la devolví ayer”. 

López, que junto con su esposa acumula unos ingresos mensuales en torno a los $3.000.000, piensa pagas una parte en efectivo y otra con bonos de subsidio de Combarranquilla. “Uno tiene que enseñarles a sus hijos que cuando hay para comprarlos, se les compra, pero cuando no se puede, se reutilizan”.

En este punto parece estar de acuerdo Roxana Reyes, que afirma intentar conseguir libros usados a pesar de que algunos de los que exige el colegio para el plan lector cambian todos los años. La madre de 32 años, que estima para cada hijo un gasto de $1.000.000 entre cuadernos y textos escolares, afirma que también busca descuentos en los útiles. “En la asociación de padres de familia le hacen un descuento del 10%, entonces conviene comprarlos con ellos”.

En este sentido, María Mercedes Botero, directora de la empresa especializada en psicología del consumidor Inpsicon, señala que ante un posible aumento de precios, es importante que los padres anticipen el gasto que tienen que hacer en enero. “Las compras de útiles deben ser una compra razonada y no compulsiva”. Según Botero, los padres sí tienen cierta libertad a la hora de decidir los elementos que necesitan sus hijos y deben pensar en ahorrar e ir comprando poco a poco.

 Una madre compara los artículos que le pidieron con la oferta de la papelería.

Aumento del 5% a cuadernos y libros
La dinámica del mercado se da en medio del debate que causó la reciente propuesta de gravar con 5% los libros y cuadernos, que fue presentada por la Comisión de Expertos Tributarios al ministerio de Hacienda. Con ese insumo y otros más, el ministro Mauricio Cárdenas alista el proyecto de Ley de la Reforma Tributaria que radicará ante el Congreso en marzo próximo. Si la propuesta es aprobada por el Legislativo, los padres de familia tendrán que pagar un nuevo IVA de 5% para estos productos, a partir de 2017. Hay que recordar que actualmente, tanto libros como cuadernos están exentos de ese impuesto por ley. Sobre esto Ximena Lombana, directora de Economía Aplicada, indica que “el impacto que la aplicación de ese IVA tendrá en el bolsillo de los colombianos es muy fuerte, porque el ingreso de los hogares está muy mermado debido al alza de otros productos de la canasta, como los alimentos”. Por su parte, la ministra de Educación Gina Parody, calificó la medida como un pésimo mensaje al país. Desde su cuenta en Twitter, Parody rechazó la propuesta que, asegura, afectaría a los padres de familia que trabajan para llevar a sus hijos al colegio. Por su parte, desde el partido de la U criticaron la posibilidad, pues argumentan que las condiciones económicas de los padres no son adecuadas para pagar más por estos productos para sus hijos.

Curiosas ‘sugerencias’ de los colegios
En un recorrido que hizo EL HERALDO por diferentes papelerías de la ciudad, se pudo comprobar que varias de las listas de instituciones educativas, tanto privadas como oficiales, estaban impresas en hojas membreteadas con logotipos de algunas marcas de productos escolares. Inclusive, algunos de estos documentos ‘sugerían’ a los padres comprar referencias específicas de los ‘patrocinadores’. Sobre esto el secretario departamental de Educación, Dagoberto Barraza, señala que por directriz del ministerio de Educación, está estipulado que ningún colegio puede obligar a un padre de familia a adquirir una determinada marca de útiles escolares. La instrucción emanada de Mineducación es la circular 03 del 21 de enero de 2014, que establece que “los materiales educativos tienen por objetivo apoyar los procesos educativos de los estudiantes y no pueden representar para las familias una carga desproporcionada”. Sobre esto, Barraza indica que el Gobierno Nacional fijó la gratuidad en el acceso a la educación y la dificultad para adquirir los útiles escolares “no debe ser excusa para que los niños dejen de asistir a clases”. La circular del ministerio de Educación consigna expresamente que “los establecimientos educativos no pueden exigir útiles o uniformes de una marca específica o de un proveedor definido” y aclara que el motivo es que “las familias pueden escoger en el mercado los que mejor se adecúen a sus requerimientos”. Por último, el texto recuerda que la Ley 1269 de 2008 dispone que los establecimientos educativos que incumplan las indicaciones descritas sobre útiles escolares, podrán ser sancionados con multa que oscilará entre los 50 y los 200 salarios mínimos legales mensuales vigentes  y en caso de reincidencia se dispondrá el cierre definitivo del establecimiento educativo.  

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