El Heraldo
La gobernadora entrega elementos de protección al personal sanitario del Hospital de Juan de Acosta. Cortesía
Atlántico

Las cuatro lecciones que dejó el pico de la Covid-19 en el Atlántico

La gobernadora Elsa Noguera aseguró que los meses críticos fueron junio y julio. La pandemia ha unido la labor de alcaldes.

Las últimas semanas de junio y primeras de julio fueron las más críticas para el departamento del Atlántico por el alto número de contagiados y la tasa de letalidad por coronavirus.

Entre el 17 de junio y el 11 de julio hubo días con reportes de 29 hasta 37 muertos por día. Mientras que en materia de contagios, entre el 22 de junio y el 16 de julio se alcanzaron cifras de 418 hasta 997 casos positivos diarios.

Sin embargo, con las medidas adoptadas por la Gobernación y el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad por parte de la ciudadanía se logró bajar las cifras y en agosto la tasa de letalidad se ha mantenido en un dígito, no obstante continúa el temor de enfrentar segundos y terceros picos.

A corte del 6 de agosto, en el departamento del Atlántico se registraban 24.320 casos activos de coronavirus, 18.136 recuperados y 1.114 fallecidos, sin incluir las cifras de Barranquilla.

La gobernadora Elsa Noguera De la Espriella explicó a este medio de comunicación que fueron cuatro las lecciones claves para darle la batalla al virus. La primera fue hacer un trabajo articulado con las alcaldías y el Gobierno nacional, con los que crearon estrategias rápidas porque el nivel de contagio de la Covid-19 iba acelerado y tenían el tiempo en contra.

“Nosotros vimos cómo en un corto tiempo cambiamos el comportamiento y logramos que todos tomáramos conciencia del autocuidado”, dijo la mandataria.

El trabajo en equipo con líderes, medios de comunicación, docentes, autoridades judiciales y los guardianes de la salud para multiplicar la pedagogía del autocuidado dio sus frutos y los atlanticenses comenzaron a adoptar las medidas de protección.

Señaló que la segunda lección fue ser oportunos en la entrega de resultados. Algunas personas presentaban síntomas leves, se tomaban la prueba y al cabo de algunos días dejaban de sentirlos y al no tener resultado dejaban de aislarse.

“La gran apuesta es fortalecer la capacidad diagnóstica de los laboratorios en el departamento para lo cual hoy contamos con dos equipos que nos permiten –de manera mecánica– procesar las pruebas en 24 horas”, aseguró Noguera.

La tercera enseñanza fue redoblar los esfuerzos, sobre todo en el cuidado de los adultos mayores, para bajar la letalidad, por eso el mensaje en el que insistirán las autoridades es en el de la prevención y el autocuidado, sobre todo con este sector de la población.

La cuarta lección fue la recuperación de la red hospitalaria departamental, con la reapertura del Cari, donde además instalaron en el parqueadero un hospital de campaña.

Lo que le dio apoyo al resto de los municipios y se fortaleció la capacidad de hospitalización y de cuidados intensivos.

“Atlántico demostró que tenemos una capacidad rápida de respuesta, ejecutamos rápidamente para poder recibir los ventiladores que nos mandaba el Gobierno nacional y los pusimos a funcionar (…) por eso, en el momento del pico, la gente contó con una unidad de cuidados intensivos”.

La gobernadora aseguró que al personal médico de los hospitales municipales se les dotó con elementos de autocuidado para que apoyaran con el seguimiento a la población.

“Hoy tenemos 50 pacientes de municipios en UCI y 200 en hospitalización, es decir, que logramos que la gente recuperara la confianza en los hospitales y clínicas. Llegan a una atención temprana y por eso se recuperan mucho más fácil”, añadió.

Restablecimiento de la vida productiva. Elsa Noguera recalcó que debemos empezar a reabrir la economía. “Nosotros somos conscientes de que la vida productiva tiene que restablecerse porque ya hay niveles de pobreza y necesidad muy altos”.

Indicó que se debe hacer de “manera inteligente, responsable y gradual”. Además, dijo que espera que la vida social se siga aplazando, pese a que reconoce que con el tiempo se pueden ir desmontando algunas normas. Sin embargo, insistió en que las personas deben ser conscientes de cuidarse y mantener el uso del tapabocas y más si se está cerca de un adulto mayor.

Momento difícil

Noguera reconoció que el momento más difícil durante su lucha contra el coronavirus fue a finales de junio y comienzo de julio cuando el departamento atravesaba el pico.

La mandataria indicó que en ese tiempo tenían una “gran demanda” de servicios hospitalarios. “Fue un momento muy duro para todos, afortunadamente pudimos responder, la capacidad fue ampliándose. Además, los trabajadores de la salud y el equipo de profesionales del departamento del Atlántico respondieron, se pusieron la camiseta a pesar del estrés que tenían”, dijo.

Aseguró que el personal enfrentó un fuerte estrés por tantos pacientes con Covid-19, que, de manera simultánea, se iban contagiando.

También dio a conocer que entre el personal de la salud tuvieron varias deserciones. “Hubo mucha gente que nos renunciaba, los auxiliares, los fisioterapeutas y especialistas”, dijo.

Un infectado contagia a menos de una persona

Edgar Navarro, epidemiólogo de la Universidad del Norte, explicó que –en las últimas dos semanas– en el departamento del Atlántico se ha notado una disminución en la tendencia de casos y fallecidos por Covid-19, lo que evidencia por indicadores la tasa efectiva de contagio en el tiempo (Rt).

Señaló que la tasa se encuentra en menos de 1.0, tanto para el departamento como para Barranquilla, lo que significa que cada infectado contagia a menos de una persona de sus contactos.

Además, afirmó que se ha notado una disminución en la proporción de pacientes hospitalizados en las salas generales y en las unidades de cuidados intensivos con respecto a los meses anteriores.

Navarro resaltó que lo anterior demuestra que las medidas adoptadas para cortar la cadena de transmisión de contacto y disminuir la interacción social han tenido impacto en el control de la enfermedad en el Atlántico.

Indicó que no se puede señalar una medida en particular como la de mayor éxito, sino su combinación.

Recordó que dentro de las medidas adoptadas se encuentran el ‘pico y cédula’, la ley seca los fines de semana, el toque de queda, los cercos sanitarios, la búsqueda activa de casos en poblaciones de alto riesgo (de 60 y más años), en barrios con altos niveles de transmisión y en personal de salud. 

A esto se le suman las campañas educativas para el cambio de conductas de riesgo y el suministro de tapabocas en poblaciones vulnerables en los municipios.

El epidemiólogo recalcó que la disminución de casos que se están presentando no implica que el riesgo –a nivel de la comunidad o de los individuos– desaparezca por completo, ya que la posibilidad de un rebrote siempre estará presente si no se garantizan las medidas de prevención y distanciamiento social al momento de las reaperturas graduales de varios sectores de la economía, como ha ocurrido en países europeos.

Además, que aún no se tiene el conocimiento completo de la enfermedad ni del grado de inmunidad de las personas que estuvieron contagiadas.

Por esta razón, recordó que las autoridades de salud deben continuar con el monitoreo permanente de los indicadores sociales y epidemiológicos que permitan identificar de manera temprana el incremento de casos en áreas específicas (localidades, barrios o municipios) para volver nuevamente a tomar medidas como las adoptadas en la fase de mitigación.

 Edgar Navarro indicó que a nivel individual las personas deben continuar con las medidas que garanticen reducir la posibilidad de contagio como quedarse en casa si no es necesario salir y ante cualquier malestar o síntoma consultar con las líneas dispuestas por las autoridades.

Por su parte, la epidemióloga Carmen Laborde indicó que la pandemia en el departamento está evolucionando de manera positiva. Sin embargo, no nos podemos confiar porque no sabemos qué cantidad de personas estuvo “verdaderamente” contagiada o si su cuerpo tiene la inmunidad. Recalcó que para eso se debe hacer un estudio epidemiológico de cómo está la población.

Por lo que las personas deben continuar cuidándose porque el riesgo aún existe y podría darse un rebrote si no se cumple con los cuidados.

“La gente debe salir solo si es estrictamente necesario”, ya que veníamos acostumbrados a un estilo de vida muy social, explicó.

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