Atlántico

La lucha del sur del Atlántico para no sucumbir ante el Dique

EL HERALDO realizó un recorrido por la zona para conocer las acciones de mitigación. Experto dice que algunos municipios se ubican en “zonas naturalmente inundables”.

Con sacos, los habitantes de Santa Lucía han empezado a construir una barrera de contención para evitar que los crecientes niveles del canal del Dique se acerquen hasta el carreteable. Su única intención es reducir cualquier riesgo de volver a ser afectados por el agua.

Para ellos, la posibilidad de volver a vivir otro episodio como el de 2010 les genera “pánico y angustia”. Por eso es que hombres y jóvenes se han unido para tratar de apaciguar al indomable monstruo marrón y generar un poco de tranquilidad entre los moradores de este municipio.

José Alejandro Ospino es uno de los hombres que ha estado al frente de las labores de vigilancia y construcción de la “barrera”. En una lancha, casi que a diario, recorre las “zonas más críticas” para identificar el avance de las aguas y alertar a la comunidad. Es por eso que, entre los lugareños, es una voz autorizada sobre la actual situación.

“Estamos haciendo una lucha humana con la puesta de más de 15 mil sacos para contrarrestar este peligro que tenemos. Trabajamos día y noche porque no queremos padecer lo mismo que en el 2010”, manifestó el hombre.

En el municipio de Manatí, la alerta no es menor y así lo referenció Warner Masa Bergudo, quien indicó que muchos ciudadanos aún no han logrado reponerse de la tragedia vivida en el 2010, donde “lo perdimos todos”.

 “En ese entonces sentí un miedo horrible que hasta las piernas me temblaban, ahora también siento pavor por lo que pueda pasar. Mi mamá casi no duerme por pensar que vivirá lo mismo otra vez, por otro lado mis primos se encuentran recogiendo sus enseres porque ven que el Gobierno nos dejó solos”, sostuvo el hombre con cierto dejo de preocupación en su voz.

William Lastra Ospino, presidente de las comunidades del sur del Atlántico, precisó que la falta de acciones del Gobierno nacional durante 12 años ha aumentado la incertidumbre entre los habitantes de la zona.

“El carreteable Calamar - Villa Rosa se ha convertido en una bomba de tiempo que no da más espera, porque la naturaleza nos amenaza. Por eso le hacemos un llamado al Estado para que finalmente nos escuche y así podamos evitar a tiempo una catástrofe”, apuntó el líder.

Los habitantes llenan los sacos de arena para crear la barrera de contención. Jeisson Gutiérrez
Hablan las autoridades

Yesid Turbay, gobernador (e) del Atlántico, aseguró que la administración ha hecho entrega de material para avanzar con los trabajos de contención del agua, así como ha prestado maquinaria amarrilla y un personal técnico para que los contratistas del muro de contención en Santa Lucía logren avanzar con la obra.

Turbay detalló que dicho muro es cercano a los 5 metros y se busca que cumpla la meta de proteger a la comunidad para que esté tranquila.

En ese sentido también agregó que con el río alto no hay obras estructurales ni de gran envergadura que se puedan hacer. “Más bien estamos a la espera de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) para que socialicen con la comunidad y los alcaldes la megaobra del Dique en qué consiste este proyecto y cuál es el desarrollo de ella”.

Por su parte, Candelaria Hernández, subsecretaria departamental de Prevención y Atención de Desastres, manifestó que el Consejo Departamental de Gestión y Riesgo está sesionando de manera permanente con el propósito de reaccionar ante cualquier eventualidad que se pueda presentar.

Entre esas mesas de trabajo, la funcionaria indicó que se establecieron diversos puntos para proteger a las comunidades  de una emergencia, una de las más importantes  hace referencia a la solicitud destinada a Cormagdalena, con el objetivo que controlen o la prohíban el tránsito de los remolcadores, ya que las olas que forman contribuyen a erosionar mucho más la ribera.

Paralelo a eso, se les pidió a los alcaldes que realicen visitas en las fincas del sur del Atlántico junto a sus inspectores de policía para que tapen las filtraciones que fueron detectadas en más de 20 predios desde la vía Calamar hasta Villa Rosa, donde hay un flujo permanente del Canal del Dique.

Adicionalmente, la funcionaria afirmó que los albergues se encuentran dentro de los planes de contingencia del departamento ante la continuidad de las lluvias.

A su turno, Rehunsen Martínez, alcalde de Santa Lucía, aseveró que la Alcaldía municipal se encuentra desarrollando obras “muy rudimentarias” para mitigar el riesgo en los más de 20 puntos detectados por el alto crecimiento de los niveles.

Mientras que Evaristo Olivero Sanjuanelo, alcalde de Manatí, subrayó que las autoridades municipales han venido haciendo solicitudes a la Ungrd y que el sur sigue en “riesgo” y no el Gobierno nacional no hace presencia para buscar soluciones.

Los niveles del canal del Dique en esta época han superado los promedios históricos. Jeisson Gutiérrez
“Es una zona vulnerable”: experto

Humberto Ávila, director del Observatorio del Río Magdalena de la Universidad del Norte, explicó que los actuales niveles se deben a que el año anterior se finalizó con caudales altos y el río “no tuvo oportunidad de reducir los niveles lo suficiente”.

Expuso que dicha condición, sumado al fuerte invierno y las inadecuadas prácticas de manejo de cuenca en las últimas décadas, “el río tiende a ser más sensible y los niveles suben como está sucediendo actualmente. Un escenario similar sucedió en el año 2011, cuando los niveles del año 2010 fueron altos y en el año 2011 continuaron las inundaciones en muchos sectores del río”.

Ávila aclaró que los niveles actualmente corresponden a niveles altos en comparación con los niveles promedio, aunque “todos los niveles que presente el río son normales, ya sean mínimos, medios o máximos, dado que lo normal es que el río responda a épocas secas y húmedas”.

Jeisson Gutiérrez

Expuso que en la estación de Calamar (punto de referencia conjunto para el río Magdalena y el Canal del Dique), el nivel promedio en esta época del año es de 6 metros, mientras que en la actualidad es cercano a los 8.1 metros. Es decir, está dos metros por encima del promedio para este mes.

“Es muy similar al comportamiento del año 2010, lo cual debe ser un indicador de alerta para intensificar las acciones de prevención”, agregó.

También sostuvo que una de las principales causas de alta vulnerabilidad ante la inundación en muchos municipios es su localización en zonas naturalmente inundables: “Esto hace que sea muy complejo evitar las inundaciones en muchas zonas, prácticamente porque son inevitables”.

Por esa razón dijo que es necesario robustecer el plan de ordenamiento del cauce del río Magdalena para darle la posibilidad de que inunde donde debe hacerlo para evitar que lo haga donde no debe hacerlo.

“Posteriormente, se deben revisar las obras de ingeniería necesarias para mitigar o evitar en lo posible las inundaciones en los sectores que deben protegerse”, puntualizó.

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