Atlántico

En video | Iota causa graves daños en 17 municipios del Atlántico

Erosión costera deja sin playas a Santa Verónica. Operadores turísticos piden construir espolones para recuperar la zona.

El huracán Iota de categoría 4 que se encuentra en el Mar Caribe impacta con un fuerte oleaje a Santa Verónica, jurisdicción de Juan de Acosta.

De acuerdo con los operadores turísticos, los 70 metros que comprendía la playa desaparecieron desde este sábado, cuando se presentaron las incesantes lluvias, producto del paso de Iota por el Caribe.

La altura y fuerza de las olas llegó hasta la zona de los quioscos y restaurantes que habitualmente ofrecen sus servicios a los turistas.

“Queremos dejar claro que nosotros no nos estamos robando el espacio del mar, el problema radica en la erosión y la falta de sedimentación, aquí ya no tenemos arena”, señaló  Ricardo Elías, operador turístico de Santa Verónica

Con sacos de piedra, los moradores de Santa Verónica buscan combatir el embate de las olas que arrasa con fuerza y alcanza hasta los 2 metros de altura. 

“Estamos muy afectados, y con sacos no vamos a poder frenar la fuerza del mar, si no se toman medidas reales, Santa Verónica va a desaparecer”, enfatizó Amanda Padilla, habitante de la zona. 

Son 23 operadores turísticos los que piden una pronta solución, argumentando que además de las afectaciones de infraestructura y del impacto en su economía también están poniendo en riesgo su integridad. 

Esta es la crónica de un hecho que hemos venido anunciando hace años, pero tiene que ocurrir una emergencia para que puedan tomar decisiones sobre la estabilidad de este lugar”, agregó Ricardo Elías. 

En respaldo a los afectados, el alcalde de Juan de Acosta, Carlos Higgins, visitó el sector y pidió apoyo de la Bancada Caribe para que se logren recursos desde el Gobierno nacional con el fin de ejecutar las obras de infraestructura que necesita este balneario para contrarrestar la erosión costera. 

“Ya tenemos los estudios, necesitamos alrededor de $40 mil millones para estabilizar la línea costera de Juan de Acosta. Lo que está ocurriendo es grave y necesita atención urgente”, indicó el mandatario.

Higgins evalúa desalojar los negocios en caso de que la situación continúe. 

Sobre el impacto de la erosión, la Corporación Autónoma Regional (CRA)  consideró que este es uno de los puntos más críticos del departamento, por esa razón anunciaron realizar un operativo para controlar la minería artesanal desarrollada sobre el arroyo de Juan de Acosta, en donde se estaría extrayendo la arena que debe llegar a las playas. 

Mientras que la Gobernación, a través de la subsecretaria de Gestión del Riesgo, Candelaria Hernández, se refirió al apoyo que necesita Santa Verónica para evitar inundacciones. 

Este es el panorama en las playas de Santa Verónica por huracán Iota

La zona de playa desapareció debido al fuerte oleaje producto de las contantes lluvias en Atlántico. El mar arremete con fuerza y supera una altura de hasta 2 metros en sus olas.

Caño dulce

En el balneario Caño Dulce, la acción de las fuertes olas también redujo la zona de playa, aunque el impacto es de menor proporción que en Santa Verónica, igualmente el acceso está restringido por inundación en las zonas de los quioscos.  

“Son muchas las familias que viven de estos negocios y que han resultado afectadas por los cierres producidos por la ola invernal. Necesitamos que las autoridades piensen en ayudas para nosotros”, indicó Lewis González, uno de los 32 operadores turísticos de Caño Dulce. 

Otra de las zonas afectadas en Juan de Acosta es el corregimiento de Chorrera, bordeado por un arroyo de alto caudal, el cual está en una ladera y presenta deslizamientos que ponen en gran peligro la integridad física de los habitantes. 

Por esta razón la subsecretaria de Gestión del Riesgo recomendó intervenir este arroyo. 

Balance de municipios

Además de la instalación de un puesto de mando unificado (PMU) con los organismos de socorro, la Gobernación del Atlántico recorre todo el territorio para obtener de primera mano un reporte general de las emergencias.

De acuerdo con el balance de la administración departamental, hay un total de 17 municipios afectados con viviendas inundadas, deslizamiento de tierras y colapso de viviendas.

En Santa Lucía se evidenció la alta sedimentación de los canales de riego, provocando inundaciones que afectaron a 40 familias. También se reportó la destrucción total de dos viviendas por derrumbe.

En Campo de la Cruz se registraron inundaciones en las zonas rurales, debido al taponamiento de canales de drenaje.

En estado crítico se encuentra Candelaria con 500 damnificados en el casco urbano, la zona rural y el corregimiento de Leña. 

En Palmar de Varela hubo creciente súbita de dos arroyos, mientras que en Sabanagrande se presentan niveles altos de sedimentación en los arroyos Cañafistola y el sector de Los Caracoles. Santo Tomás también reportó afectaciones en cuatro barrios. 

Tubará reportó 30 viviendas inundadas, en Usiacurí fueron 105 familias damnificadas y en Repelón 205. 

El registro en Luruaco es de 40 casas destechadas.

“Seguimos inspeccionando los municipios para conocer las necesidades de los afectados. En algunos municipios se requieren con urgencia colchonetas y mercados para atender esta situación, en otros se requiere de horas de máquinas para retirar la sedimentación de los arroyos que bordean los respectivos territorios”, informó la subsecretaria de Gestión del Riesgo. 

Cierran las compuertas para disminuir riesgos de inundación

El sistema de compuertas, ubicado en inmediaciones del corregimiento El Porvenir, jurisdicción del de Manatí, fue cerrado en su totalidad, al igual que las seis compuertas ubicadas en Villa Rosa, corregimiento de Repelón, para disminuir riesgos de inundación en estos territorios. 

“El crecimiento del nivel del embalse del Guájaro generó está decisión que fue concertada con la ciudadanía. Esperamos que esta semana el nivel disminuya sustancialmente. Seguiremos ejerciendo monitoreo constante”, dijo el alcalde de Sabanalarga, Jorge Manotas. 

Un equipo de la CRA también estuvo monitoreando los niveles del embalse y encontró el nivel en una cota de 4.94, su límite es 5.20. También se informaron sobre deslizamientos en el corregimiento La Peña, en el sector Altos de Vendaval. La autoridad ambiental revisó el desbordamiento del arroyo Loma Grande en el municipio de Repelón.

Para reportar las emergencias ambientales por las lluvias que se presenten en el departamento se habilitó la línea gratuita 01-8000-110-102. 

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