
Jardines del Recuerdo: el camposanto con historia que busca revivir
Tras reiteradas quejas por el abandono del cementerio, se confirmó la construcción de nuevas salas de velación y un horno crematorio de 27 toneladas.
El Cementerio Jardines del Recuerdo, al igual que la comunidad, se resisten a dejar morir el camposanto.
El panorama en el que se encontraba el cementerio no era muy alentador debido al estado de deterioro en el que se encontraba.
La maleza se había apoderado por dos años del primer cementerio campestre construido en Colombia, el cual consta de 120 mil metros cuadrados. A esto se le sumaron las intervenciones arbitrarias en las tumbas, como la construcción de bancas y baldosas sobre estas, que terminaron por dañar el concepto original de este recinto.
A sus 75 años, Don Rafael Joaquín Fernández camina entre las tumbas, algunas visibles, otras no tanto, describiendo el lugar por el que ha trabajado incansablemente para recuperarlo.
Cementerio Jardines del Recuerdo: se reconstruirá el camposanto
Se llevará a cabo la recuperación del camposanto que consta de 120 mil metros cuadrados.








Cuenta que los diferentes problemas con los socios fueron el detonante para que por un tiempo el cementerio se viera abandonado y se entretejieran versiones sobre una posible venta de este complejo sacramental. Lo anterior derivó además que muchas personas realizaran la exhumación y traslado de los cuerpos de sus familiares.
“Aquí hubo un éxodo y todo el mundo fue sacando los cuerpos y se los fueron llevando. Ya la gente está enterrando y usando nuevamente el cementerio porque se están dando cuenta por dónde vamos”.
Ante las múltiples situaciones decide tomar las riendas de Jardines del Recuerdo. Sostiene que hay un plan de intervención que se viene ejecutando en el cementerio y en el que busca la recuperación de los espacios olvidados, así como también la creación de nuevos servicios.
Fernández cuenta que en reuniones con socios y herederos aprobaron en Junta Directiva una inversión que permitiría crear salas de velación y un horno crematorio de aproximadamente 27 toneladas.

Para la construcción de estos nuevos espacios –dice– se realizó una alianza con Jardines del Renacer, segunda empresa del sector funerario en Colombia.
Adicionalmente, entre las refacciones que se realizaron en el Cementerio está el vitral de la iglesia, el cual tuvo un costo de 40 millones de pesos y que en su momento fue construido por un arquitecto panameño llamado Fran Kur Vanjey.
En el proyecto de recuperación del Cementerio, según su propietario, está contemplada la intervención de las calles de acceso a los distintos sectores.
“Se está proyectado un cenizario y un pabellón de cenizario que será precioso. Es deprimido, es hacia abajo, y el techo es de vidrio, o sea que la gente va a caminar sobre el techo del cenizario, es algo hermoso”, explica muy emocionado Fernández.

Rafael Fernández asegura que no tiene pensado vender el cementerio, porque además, lo califica como impagable por el alto costo que tendría además el valor de la tierra, el tener que exhumar cada cuerpo, lo que costaría alrededor de $1.900.000 y hay 22 mil restos en el cementerio.
“Todavía hay lotes, quedan 17.000, por eso lo digo, no tienen idea de lo que vale y lo que significa para las familias”, menciona, recalcando así que no existe posibilidad de vender los 124 mil metros cuadrados.
Asegura, además, que con él trabajan 82 personas más que están encargados de limpiar toda la maleza que por mucho tiempo se apoderó de las 22 mil tumbas que reposan en Jardines del Recuerdo.
Precisamente, para contratar una agencia de seguridad le piden que el lugar esté sin matorrales para que así permita la visibilidad del lugar, la misma que fue retirada y permite a la ciudadanía barranquillera volver a uno de los lugares emblemáticos de la ciudad, no solo por visitar tumbas de familiares, de artistas reconocidos y personajes de la vida política, sino por apreciar las esculturas que fueron construidas en el campus santo y el particular nombre que tuvo cada sección del Jardines del Recuerdo.
Estas fueron llamadas así: Torre musical, Buen Pastor, Jardín del Cristo Redentor, Jardín de la Vida Eterna, Jardín de Crucifixión, Jardín del Padre Nuestro, Jardín de la Última Cena, Jardín Nuestra Señora del Lago, Jardín de la Resurrección y María Reina.
Hoy por hoy se levanta nuevamente el primer Cementerio Jardines del Recuerdo, aquel que fue la morada de personajes ilustres de Barranquilla y que perdurará en la memoria colectiva no solo de los dolientes, sino de aquel que aprecia el arte, la cultura y la simbología católica.

De acuerdo con Rafael, Jardines del Recuerdo fue constituido inicialmente en abril de 1965 con una firma norteamericana llamada Midwest Development Corporation. Relata que el hijo del dueño de aquel entonces del consorcio estudiaba con él en Estados Unidos y fue así como conoció del concepto de un cementerio estadounidense.
Los dueños de la firma, que además eran esposos, fallecieron tras una dura enfermedad. Los hijos quienes heredaron las inversiones de la pareja, le manifestaron a Don Rafael que no querían vivir en Colombia, pues no concebían su vida en un lugar al que consideraban riesgoso.
Aseguró que convenció a su padre de realizar la inversión y adquirir el cementerio ubicado en la vía al municipio de Puerto Colombia. Desde allí arrancó en este negocio.
“Yo le comenté a mi papá, pues creí que era un buen negocio. Nosotros teníamos un apartamento en Miami donde vivíamos y lo entregamos como parte de pago y se hizo además un crédito con el Banco del Estado. Ellos (primeros propietarios del cementerio) tenían ganas de vender y mi papá hizo el negocio. Ahí arrancamos nosotros siendo propietarios”.
La firma Midwest Development Corporation desarrolló tres parques cementerios que se hicieron en América Latina: en Barranquilla, Bogotá y Caracas (Venezuela). Rafael Fernández se quedó con el de la capital del Atlántico.