Atlántico

El calvario de los beneficiarios de viviendas del Fondo Adaptación

Entre los proyectos hay obras inconclusas, casas invadidas y a medio terminar.

Es un anhelo que resguarda en lo más profundo de su ser desde hace once años, cuando los embates de la ola invernal le arrebataron todas sus pertenencias. Un deseo que sigue encendido como una luz, que ni los cientos de percances vividos han podido desvanecer.

“El tiempo que ha transcurrido ha sido bastante. Son once años en los cuales no hemos obtenido respuestas claras”, sostuvo Bertilda Díaz, una de las beneficiarias de la Urbanización La Arenosa, ubicada en Santo Tomás.

A pesar de haberse estructurado como una solución de vivienda para decenas de familias afectadas por las inclemencias de las lluvias entre 2010 y 2011, el proyecto no se ha materializado en su totalidad y actualmente se encuentra a la merced de la maleza.

Esta situación no ha sido impedimento para que Bertilda –en más de una oportunidad– se haya imaginado el momento en que recibe las llaves de su casa.

“Ahora mismo estoy viviendo arrendada, pero a mi pareja no le alcanza lo que hace con las carreras como mototaxi. A ese proyecto le deben prestar atención porque –prácticamente– es un ‘elefante blanco’; las casas están y no están”, agregó la mujer.

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Así se encuentran las casas en Santo Tomás. Mery Granados

Por una situación similar atraviesa Gilda Vásquez, otra de las beneficiarias de este proyecto. Las demoras en la entrega de la obra la han llevado a vivir en distintos barrios de Sabanagrande junto a sus familiares.

“Estamos pasando trabajo. La verdad es que mi hogar se ha sustentado por la misericordia de Dios”, dijo la mujer, quien en más de una oportunidad ha tratado de visitar las obras para conocer –de primera mano– los avances.

“Nunca nos han dejado entrar. La verdad es que ahí no hay nada. Ese proyecto lo deben acelerar, que las obras estén listas en el menor tiempo posible”, agregó.

Para Marcos Vallejo, otro de los beneficiados con este proyecto,  se ha notado la falta de gestión  y apropiación por parte de las autoridades competentes.

“En Santo Tomás no quieren que vayan a vivir personas de otros municipios. Han sacado miles de excusas, incluso, un proyecto que estaba proyectado al lado ya está listo y las personas viven en sus casas”, dijo el hombre.

Sin embargo, el alcalde de Santo Tomás, Tomás Guardiola, indicó que en una mesa de trabajo reciente con la Gobernación, Fondo Adaptación y Comfenalco Valle se anunció una ruta para la reanudación del proyecto.

“Ha sido una situación difícil, que tiene más de 10 años. La idea principal es que se solucione antes de que se finalice este periodo”, dijo el mandatario local.

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El actual panorama en Santa Lucía y Puerto Colombia
 
Urbanización Primavera, ubicada en Santa Lucía. Mery Granados

El panorama en las urbanizaciones Primavera (Santa Lucía) y Altos de Girasol (Puerto Colombia) es distinto, aunque no escapa de los problemas.

En el municipio del sur del Atlántico, por ejemplo, algunos propietarios aún no han podido recibir sus viviendas porque las familias invasoras se “rehúsan” a salir sin tener un espacio al cual trasladarse.

“Yo soy propietaria de mi vivienda, pero me preocupa la situación de mi mamá, quien no ha podido recibir su casa porque la familia dice que no saldrá hasta que reciba alguna ayuda”, sostuvo Nelly Arévalo, habitante de dicho proyecto de viviendas.

Para Sandra Martínez, lo más importante en este momento es que se entreguen las escrituras para “sentirnos más seguros de estar en nuestras casas”, así como que se haga la habilitación de los servicios públicos.

“Las calles nunca están secas. Nos han engañado mucho con relación a los servicios. Yo estoy contenta de estar en mi casa, pero quiero que solucionen esos inconvenientes”, expuso.

En Puerto Colombia, los beneficiados de la Urbanización Altos de Girasol también esperan que les sean entregados los documentos que los acrediten como propietarios de las viviendas.

“Al principio nos metimos acá porque querían invadirlas. Nosotros hicimos valer nuestros derechos como propietarios. Lo único que nos faltan son los documentos para dejar atrás toda la zozobra que las lluvias generaron en nuestras vidas”, dijo Mariano Cantillo.

“Queremos una solución de vivienda”: invasores en Manatí
Una mujer a las afueras de una de las viviendas de la Urbanización Nuevo Manatí. Mery Granados

Completamente abandonadas. Así se encontraban, desde hace seis años, las viviendas de la Urbanización Nuevo Manatí debido a la suspensión de las obras por parte del contratista.

En marzo de este año, un grupo de habitantes del municipio de Manatí tomó la decisión de asentarse en estas casas debido a la “necesidad” de contar con un techo digno. 

“Las casas quedaron en obra gris y llenas de maleza. Nos refugiamos acá para que nos den una solución de vivienda. Hemos tocado varias puertas y no hemos recibido respuesta”, sostuvo Joselin Machacón, quien llegó a este sector hace cinco meses.

La mujer expuso que son conscientes de que no son los propietarios de las viviendas, pero que a través de estas vías buscan “alzar la voz” en búsqueda de soluciones.

“Ha sido un proceso difícil. No estamos en las mejores condiciones. Algunos hemos hecho los techos con plásticos u otros materiales”, expuso Machacón.

Karen*, otra de las personas que habita en la Urbanización Nuevo Manatí, puso de presente que la pandemia fue uno de los motores de la situación que actualmente se vive en la zona.

“Muchas de las familias quedamos sin empleo y no tenemos la oportunidad de pagar un arriendo, por eso vimos la oportunidad de tomar las viviendas para resguardarnos”, expuso la mujer.

Cabe destacar que en este municipio, el Fondo Adaptación –en marzo de este año– hizo la entrega de 102 viviendas, que tuvieron un costo de $5.202 millones y fueron adquiridas a través de la modalidad de compra-venta. Dichas casas, que fueron entregadas en la Urbanización Manatí Primero, tienen un área de 44 metros cuadrados. Asimismo, otras 99 familias fueron beneficiadas con una vivienda en junio de 2020.

Viviendas en la Urbanización Altos de Girasol en Puerto Colombia. Mery Granados
Estado de los proyectos

De acuerdo con el Fondo Adaptación, en el proyecto de la Urbanización La Arenosa se han iniciado 54 soluciones habitacionales que cuentan con muros divisorios, algunas a nivel de cubiertas aunque han sido objeto de vandalismo.

Asimismo, otras 34 viviendas cuentan con cimentación construida y hay 12 pendientes por construir. Asimismo, el proyecto cuenta con andenes y bordillos en concreto, así como redes de acueducto y alcantarillado.

Por su parte, el proyecto Nuevo Manatí tiene 93 viviendas con muros, de las cuales, 56 ya cuentan con cubiertas. Otras 15 casas están a nivel de cimentación y en 3 más no se han iniciado las obras.

La entidad expuso que 57 viviendas actualmente están invadidas, una situación que fue puesta en conocimiento de las autoridades competentes.

Fondo de Adaptación agregó que se han contemplado acciones de desalojo, las cuales quedaron detenidas por un decreto local, adoptado para atender los efectos de la emergencia sanitaria.

En el municipio de Santa Lucía, la Urbanización Primavera tiene 88 viviendas que –a la fecha– se encuentran “totalmente terminadas”, pero a la espera de realizarse las conexiones de redes de servicios públicos.

“De estas viviendas, 55 están entregadas a los hogares beneficiarios y 33 fueron invadidas por personas ajenas a los registros. El urbanismo se encuentra ejecutado con andenes, bordillos y vías”, informó el Fondo Adaptación a EL HERALDO.

Cabe destacar que en este proyecto se invirtieron $1.476 millones para beneficiar a 149 personas.

En el proyecto de la Urbanización Altos de Girasol (Puerto Colombia) se invirtieron $5.898 millones para edificar 105 viviendas, de las cuales, 61 están terminadas y 44 se encuentran en ejecución, de acuerdo con Fondo Adaptación.

Del grupo en ejecución, 11 no fueron recibidas por Fondo Adaptación al evidenciarse un posible riesgo de drenaje y sedimentación, colocando en riesgo su estabilidad, mientras que las otras 33 se encuentran a nivel de muros.

Familias en la Urbanización Nuevo Manatí. Mery Granados
Las acciones adelantadas para destrabar los proyectos

En el marco del programa de reubicación y reconstrucción de viviendas para los hogares damnificados por el fenómeno de La Niña entre 2010 y 2011, el Fondo Adaptación suscribió, en el 2012, un contrato con Comfenalco Valle para realizar las funciones de operador zonal en los departamentos de Atlántico, Cauca y Nariño.

Los cuatro proyectos de vivienda se encuentran incluidos en dicho contrato, cuyo plazo de ejecución venció el 30 de enero de 2018. Por esta razón, la entidad instauró una demanda de controversias contractuales ante el Tribunal Administrativo del Atlántico por el presunto incumplimiento en las entregas.

La mencionada demanda fue admitida mediante auto del 23 de septiembre de 2020: “Es claro que para el Fondo el fin único es poder satisfacer las necesidades de la población damnificada”.

El Fondo Adaptación indicó que se ha venido adelantando un “trabajo arduo” para concretar la suscripción de contratos de transacción que permitan resolver, en el menor tiempo posible, los detalles pendientes en este proceso judicial.

“El principal fin es que se terminen las unidades pendientes y para poder entregarlas a los beneficiarios”, recalcó la entidad.

Además, Fondo Adaptación dijo que con Comfenalco Valle se concretaron las condiciones para la suscripción de la primera transacción, documento que no incluye los proyectos consultados: “A la fecha está muy adelantado y se espera tener firmado a finalizar el mes de octubre”.

Es importante destacar que,  una vez se suscriba el contrato de transacción, se procederá a su radicación ante el operador judicial para la correspondiente aprobación.

“Esta primera transacción posibilitaría cerrar proyectos de intervención que conduzca a la liquidación final de los proyectos de vivienda a cargo los operadores y continuar con los proyectos con dificultades como los consultados”, recalcó la entidad.

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