La ola invernal de 2022 golpeó con fuerza al departamento del Atlántico. Superando los promedios históricos en un 40 %, las intensas lluvias dejaron a más de 15 mil familias damnificadas, según el Registro Único de Damnificados de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo (Ungrd).
Desbordamiento de arroyos, inundaciones, deslizamientos de tierra y viviendas colapsadas hacen parte del balance de estas afectaciones que, sin duda alguna, pusieron a prueba la rápida respuesta de las autoridades para atender dichas emergencias.
El hecho que marcó la historia de Piojó
El 6 de noviembre de 2022 se convirtió en una fecha inolvidable para los piojoneros. Un movimiento de remoción en masa, producto de más de 36 horas consecutivas de intensas lluvias, los despertó en la madrugada de ese domingo.
Un total de 151 familias damnificadas dejó esta emergencia, 85 viviendas colapsadas y el Cementerio Municipal destruido en un 90 %. Aún se adelantan estudios hidrogeológicos para determinar el origen de este movimiento.
La Institución Educativa San Antonio de Piojó se convirtió en el albergue temporal de las familias que lo perdieron todo; otras, por su parte, se refugiaron en casas de familiares, amigos y vecinos, o en su defecto fueron beneficiadas con los subsidios de arriendo que otorgó la Gobernación del Atlántico por tres meses.
Las afectaciones en este municipio también revivieron los duelos de quienes habían perdido a sus seres queridos. Con la destrucción de gran parte del camposanto se hizo obligatorio el traslado de los cadáveres a cementerios vecinos, pues las condiciones no permitían que los restos continuaran allí, a la intemperie.
Hasta el 3 de diciembre del presente año se trasladaron 23 bóvedas. Adicionalmente, 38 bóvedas fueron priorizadas para traslados por las malas condiciones. En términos generales, la Secretaría de Salud del Atlántico estimó un total de 187 bóvedas y 397 fallecidos en todo el cementerio.
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Vivir después de las emergencias
Yarelis Revueltas Escobar fue una de las personas reubicadas en la Institución Educativa San Antonio de Piojó, junto a su familia y tres vecinos más. En diálogo con EL HERALDO explicó que no ha sido fácil continuar después de lo sucedido.
Un mes y 14 días después de la emergencia en la que lo perdió todo, esta mujer de 38 años sigue viviendo en el salón del grado 1A; sin embargo, espera que para antes de la celebración de Año Nuevo pueda mudarse al municipio de Soledad, a casa de su suegra. Aunque no ha podido recibir el subsidio de arriendo, guarda la esperanza de recibir su casa nueva una vez se dé el proceso de reubicación de los damnificados.
'Nos toca irnos y empezar de cero en otro lugar, mientras aquí nos solucionan lo de las viviendas, ya casi es enero y sabemos que necesitan las instalaciones del colegio. No ha sido fácil todo esto, pero poco a poco hemos ido asimilando que la vida nos cambió', dijo Yarelis.
La Peña y el embalse del Guájaro
El corregimiento de La Peña, en Sabanalarga, no fue la excepción a los embates de la ola invernal. La noche del 6 de noviembre, mientras el departamento aún no asimilaba lo sucedido en Piojó, las calles de este corregimiento eran inundadas por las aguas del embalse El Guájaro.
El sector de Puerto Bello fue el primero en llenarse de agua. Seguidamente la plaza del corregimiento, pasando por su parque principal, viviendas y los restaurantes del Malecón.
De acuerdo con el alcalde de Sabanalarga, Jorge Manotas, hasta el 14 de noviembre fueron evacuadas 425 familias de La Peña.
Por su parte, la Subsecretaría de Atención y Prevención de Desastres del Atlántico informó que en este corregimiento fueron censadas alrededor de 1.075 viviendas y aproximadamente 4.003 personas registradas en La Peña como damnificadas y afectadas por la emergencia invernal.
Para mitigar estas emergencias se realizaron planos del corregimiento con información básica de manzanas, identificando las zonas de riesgo, amenaza y vulnerabilidad por inundación, por medio de la cartografía temática dispuesta en los documentos de Ordenamiento Ambiental suministrados por la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA).
También se inició el levantamiento de un muro de contención con 22 mil sacos de polipropileno que comprenden un kilómetro de trayecto sobre el jarillón del Embalse del Guájaro para de esta manera proteger el corregimiento de La Peña; sin embargo, la fuerza del agua irrumpió sobre ellos.
De manera simultánea se trabajó en la rehabilitación y limpieza de 122 kilómetros de canales de drenaje, con los que se procuró la evacuación controlada las aguas del embalse hacia el Canal del Dique.
Cabe resaltar que el nivel máximo al que llegó el embalse fue de 6.01 metros, el 15 de noviembre, siendo 5.20 metros su cota de desbordamiento.
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B/quilla también sufrió graves emergencias
En la capital del Atlántico, las emergencias están relacionadas con inundaciones por desbordamientos de arroyos y deslizamientos de tierra debido a la acción de las fuertes lluvias que se presentaron en la ciudad, tras lo que se conoce como fenómeno de movimientos en masa.
Los barrios que padecieron estas situaciones fueron Siete de Abril, Bajo Valle, Carlos Meisel, sector de Villa Tablitas en Carrizal, El Silencio, La Esmeralda, La Manga, Loma Roja, Nueva Colombia, Santa María y Villa del Rosario, dejando como saldo un total de 3.844 viviendas afectadas, con sus núcleos familiares. Sin embargo, el mayor número de afectados los arrojó el barrio Nueva Colombia.
En este punto, entre destrucción total y parcial se censaron 454 casas e igual número de familias. La Alcaldía de Barranquilla, por intermedio de la Oficina de Gestión del Riesgo, entregó ayudas humanitarias a la población más afectada, especialmente a las familias que por deslizamientos de tierra e inundaciones perdieron sus viviendas y sus enseres, o cuyas residencias resultaron averiadas.
Estas ayudas consistieron en ollas comunitarias, alimentos, ropa, calzado e implementos de aseo. Asimismo, se procedió a la entrega de un subsidio de subsistencia para 590 familias que fueron priorizadas dada la magnitud de las afectaciones. En el barrio La Manga, resultaron con afectaciones 104 viviendas.
Proceso de reubicación
Con vivienda de interés social en los sectores de Caribe Verde y Juan Mina, la Alcaldía de Barranquilla proyecta la reubicación de las familias más afectadas por la ola invernal que azotó al Caribe colombiano en los meses de septiembre, octubre y noviembre.
El proyecto se ejecutaría en aproximadamente 15 hectáreas de tierra, donde se construirán cerca de 1.200 viviendas con acceso a servicios públicos como agua, energía y gas. La iniciativa, liderada por el alcalde Jaime Pumarejo Heins, tiene el visto bueno del Ministerio de Vivienda, cuyo apoyo será fundamental para su desarrollo y posterior reasentamiento de las familias damnificadas por el invierno.


