‘Whatsappitis’, una patología emergente
Los movimientos repetitivos en los pulgares pueden afectar los tendones. Especialistas sugieren pausas activas en el uso del celular.
La postura encorvada de hombros hacia adelante, cabeza gacha, las manos que sostienen el celular donde los pulgares digitan mensajes de forma repetitiva, son el caldo de cultivo para lo que los médicos denominan ‘whatsappitis’: una afección en los tendones provocado por el uso excesivo de la aplicación telefónica.
El primer caso registrado, desde el cual nació este particular nombre, ocurrió en 2013 cuando una mujer de 34 años, con 27 semanas de embarazo, al llegar a casa después de trabajar, procedió a contestar los mensajes que tenía en Whatsapp y tras seis horas continuas usando la aplicación comenzó a sentir dolor en el pulgar.
Los médicos le diagnosticaron una tendinitis. El caso aparece reseñado en la revista británica The Lancet.
La doctora española Inés Fernández-Guerrero explica en la publicación científica su experiencia en la detección de esta patología que consiste en una tenosinovitis o inflamación del tendón y de la membrana sinovial que lo recubre.
Movimientos repetitivos.Alejandra Llanes cuenta que usa su smartphone para revisar correos electrónicos, mirar noticias y, sobre todo, para tener una comunicación constante con sus amigos y colegas por medio de Whatsapp.
‘‘Es una herramienta útil porque tenemos acceso a información, datos de trabajo y entretenimiento en un mismo lugar’’, dice la profesional en biblioteca de 28 años. Sin embargo, asegura que cuando permanece más de dos horas usando el celular de pantalla táctil empieza a tener molestias físicas.
‘‘Cuando paso mucho tiempo chateando, en la misma posición, siento dolor en las palmas de las manos y los pulgares’’, explica.
Las señales de fatiga en las articulaciones pueden derivar en tendinopatías, como lo explica Yaneth Herazo, fisitorapeuta, para quien la llamada ‘whatsappitis’ es uno de estos trastornos musculo-esqueléticos que están relacionados con movimientos repetitivos.
‘‘Estos movimientos, aunque son pequeños, superan las capacidad de los tejidos y generan microtraumas’’, afirma Herazo, quien aclara que no son los equipos electrónicos sino los movimientos repetitivos los que generan las afecciones.
‘‘Se convierte en un problema crónico, un círculo vicioso entre movimiento, repetición, microtrauma y dolor, y por el uso el ciclo se repite’’, enfatiza Yaneth Herazo.
La también fisioterapeuta Diana Castro señala que las afecciones en los tendones son recurrentes con el auge de las tecnologías. ‘‘Esas molestias –agrega– son muy frecuentes, sobre todo, en personas como las secretarias que están digitando todo el tiempo’’. Dice que las puede ocasionar toda actividad que implique movimientos repetitivos e inusuales.
‘‘Son lesiones de mucha importancia porque el dedo pulgar está implicado en la mayoría de movimientos que ejecutamos con nuestras manos’’, comenta la fisioterapeuta, quien resalta la utilidad del pulgar para facilitar el prensar y agarrar objetos.
Las molestias y alteraciones crónicas pueden evitarse siguiendo las recomendaciones de los especialistas. (Ver recuadro: Prevención).
Formas de comunicación. La psicóloga Adriana Silva considera que estas afecciones físicas están directamente relacionadas con la redefinición en las formas de comunicación actuales. ‘‘Es una consecuencia natural del cambio en la calidad de la comunicación que ahora se establece con más fluidez en lo digital que en lo personal’’, opina la psicóloga y agrega que por ello la gente pasa mucho tiempo pendiente de los celulares y ‘‘desconectada de la realidad’’.
Alejandra Llanes es una de los 800 millones de usuarios activos que tiene Whatsapp. Por medio de la aplicación móvil a diario se envían alrededor de 30.000 millones de mensajes a un ritmo tan constante y en un proceso repetitivo que el acto frenético de escribir con los pulgares puede pasar factura.
Recomendaciones
Al presentar molestias, disminuya el uso del celular.
Haga pausas activas, es decir deje el celular y realice actividad física que pongan en movimiento los músculos de las extremidades y las manos.
Si presenta fatiga en los tendones realice terapias de contraste, alternando temperaturas frías y calientes, bajo la valoración y sugerencia de un experto.
Ante un incremento de los síntomas de dolor y limitaciones funcionales remítase a consulta médica o de fisioterapia.
