Los rastros de los Simpsons en Barranquilla
La serie estadounidense cumple 25 años desde su primer capítulo.
Springfield se parece a Barranquilla porque ambas son ciudades con muchas historias absurdas y graciosas. Así lo considera Camilo Ángel, que se declara seguidor de los Simpson desde que tiene uso de razón.
‘‘Aquí la gente es muy impulsiva y pasan cosas como la mujer de la ‘barriga de trapo’ o lo de los arroyos, situaciones reales que parecen de ficción, muy absurdas’’, comenta Camilo, que tiene 26 años.
El primer episodio televisivo de Los Simpson fue emitido el 17 de diciembre de 1989; hoy, 25 años después, la serie sigue vigente con 561 capítulos a la fecha. Ha cosechado hasta ahora 27 premios Emmys y el reconocimiento mundial, incluso en Colombia.
La familia Simpson: Homero, Marge y sus tres hijos Bart, Lisa y Maggie viven en Springfield, el pueblo en el que discurren las historias con un sinfín de personajes que viven de manera absurda, irónica e irreverente, situaciones en que median temas políticos, religiosos, históricos y morales.
Jesús Rojas, seguidor de la serie, reconoce que hay personas a las que no les cae bien el tono del programa.
‘‘Algunos cristianos, por ejemplo, lo critican mucho porque consideran que es inmoral, pero aún ellos aparecen representados en personajes de Springfield, eso es curioso’’, comenta Rojas.
De la afición al emprendimiento. Diana Zapata y su esposo Julio Barrera hace tres años abrieron el Bar de Moe en Barranquilla.
‘‘Siempre nos ha gustado el programa, antes de abrir el bar pensamos mucho qué nombre ponerle y nos decidimos por el Bar de Moe. El concepto ha tenido mucha acogida’’, cuenta Diana propietaria del establecimiento.
El tema se replica en las paredes, mobiliario y en los curioso nombres de las bebidas.
‘‘Hay tragos en honor a Homero, Marge y otros como el coctel de ‘semen del abuelo Abraham’, que son inspiradas en varios episodios que disfrutamos al verlos’’, dice Diana Zapata.
Jesús Rojas también ha extendido su pasión a su negocio, el café internet los Simpson, ubicado en el barrio las Flores.
‘‘Se llama así porqe yo mantenía el televisor con los capítulos y la gente terminó referenciando el local con los dibujos animados’’, dice Rojas.
25 años después, los famosos dibujos amarillos siguen presentes en Barranquilla y en otros lugares del mundo. Para Julio Rojas esto se debe a que todos nos podemos identificar con los personajes: ‘‘Sprinfield puede ser cualquier lugar’’, concluye.