¡La tradición gana la batalla!
En el principal desfile de Carnaval la tradición ganó ‘la batalla’ contra los errores logísticos del pasado • Directores de cumbiambas y el público en general elogiaron organización.
A las 12:30 de la tarde los bocadillos ya se derretían en las mochilas, el ‘guaro’ estaba al clima y las gotas de sudor escurrían sobre los rostros de los danzantes. Una sonora flauta de millo, seguido de tres golpes de tambora, dieron la señal en la calle 82 con Vía 40 para comenzar a celebrar la Batalla de Flores. El inicio del Carnaval de Barranquilla, la fiesta folclórica y cultural más importante del país.
“¡Ay que juepa, juepa, juepa jé!”, se escuchó entre los participantes. El público de los palcos y las sillas se levantó entre aplausos, al tiempo que una histeria colectiva se apoderaba de la vía. Su majestad la cumbia dio apertura al desfile con la Banda de Baranoa, y las tres cumbiambas más tradicionales de las carnestolendas: La Revoltosa, La Arenosa y El Cañonazo.
Pies derechos arriba, los izquierdos arrastrándose y el sombrero ‘vueltiao’ a la diestra. Faldas en bamboleo, caderas hipnotizantes y miradas cómplices. Todas y cada una de las cumbiambas, como hace años lo venían pidiendo, tuvieron el espacio necesario para ser protagonistas del principal evento de las fiestas.
Desde los palcos, las sillas y zonas para el público de pie, solo se escuchaban elogios y voces de aliento para seguir danzando. Para que los músicos dejarán el alma en las notas y las consignas grupales en el coreo de los espectadores.
“Se ha hecho justicia. Este año los directores de cumbia nos sentimos satisfechos con la gestión de Carnaval S.A.”, afirmó brevemente Rafael Altamar, director de la cumbiamba El Cañonazo, mientras observaba bailar a los 70 parejas de su grupo.
Este año Carnaval S.A. decidió exaltar todo el folclor de las carnestolendas en los tres primeros bloques del desfile: ‘Su majestad, la Cumbia’, para las cumbiambas; ‘Herencia Ancestral’, para garabatos y congos; y ‘Piel de Tambó’, para son de negros y mapalés.
Propios y extraños colmaron los más de 20 mil cupos de palcos y minipalcos dispuestos a lo largo de la Vía 40, y decenas de disfraces, desde el zombie hasta el Papa baranquillero, participaron de la ‘batalla ’ más alegre del país.
La soberana del Carnaval, Marcela Caballero, bailó y robó gritos de histeria a la gente desde su carroza, llamada Realismo Mágico, en honor al escritor Gabriel García Márquez. Como toda una reina, durante todo el recorrido, fue aplaudida y ovacionada por el público. “¿Dónde están los junioristas? Qué viva Barranquilla”, fueron algunas de la frases que, con voz ronca, usó para animar al público.
Carla Celia, directora de Carnaval S.A., se le veía acompañar la salida de las comparsas y caminar entre la calles 78 y 76, para bailar y saludar a conocidos dentro y fuera del desfile. Varios funcionarios públicos del Distrito desfilaron entre disfraces de la Batalla de Flores. Por ejemplo, Juan José Jaramillo, secretario distrital de Cultura, vivió el Carnaval a su manera y recorrió el desfile disfrazado de gorila. En los palcos se pudieron ver personalidades de la farándula nacional, como los presentadores de la Red, Frank Solano y Carlos Vargas.
Los otros dos bloques del desfile: ‘Fiesta de Tradición’ para las comparsas de tradición popular, y ‘Fantasía Caribe’ para las comparsas de fantasía, también se realizaron en orden y sin traumatismos en el recorrido.
Los espasmos de las marimondas de Barrio Abajo, el sabor de la comparsa de Son Latino, la elegancia rítmica del Fandango Candela, entre muchos otros hacedores del Carnaval, deleitaron al público con sus presentaciones.
Accidente
A la 1:26 p.m., a la altura de la calle 77, un menor de 8 años cayó de una silla plástica y, según un funcionario de la Cruz Roja, se fracturó la cadera. Fue atendido de inmediato por socorristas, que lo trasladaron a un centro asistencial cercano para una mejor valoración. La atención en la vía duró minutos por lo que no afectó de ninguna manera el desfile.
Terminó temprano
A las 4:10 de la tarde, en la carrera 78, el desfile llegó a su fin, lo cual sorprendió a varios espectadores. Caras extrañadas podían verse desde las gradas y la silletería. Espectadores del evento, como Andrea Barrios, afirmaron que la organización del desfile fue muy buena y esperan que el próximo año sea aún mejor. Otros, como Rubén García, también elogiaron la organización, pero sintieron que acabó muy rápido. A las 4:10 de la tarde los rostros sudorosos, contrastaban con las sonrisas satisfechas de bailarines y espectadores. Este año la tradición ganó ‘la batalla’ contra los errores del pasado.
Invasión de separador
Hacia las tres de la tarde, diferentes espectadores que no tuvieron acceso a palco o desde la silletería invadieron el separador vial del cumbiódromo. Algunos aprovecharon los pocos baches del desfile para volarse y en otras extrañas ocasiones empleadores de la empresa 911 cedieron el paso para que la gente se instalara en el restringido espacio. Al final ni la Policía ni la empresa 911 pudieron controlar al público entre las calles 74 y 79, y dejaron que finalizara el evento en medio del desorden. Horas antes, hacía las 12:20 de la tarde, un hecho similar ocurrió. Un grupo de personas se voló las vallas de seguridad y logró colarse a la Vía 40 con calle 79, superando por minutos los protocolos de seguridad. La Policía controló después de varios minutos a las más de 50 personas que lograron entrar a la vía.
